Amigos del Club del Lenguaje No Verbal, esta semana presentamos el artículo “In the blink of an eye: Quantitative blink dynamics predict deceptive personality traits in forensic interviews” de Gullapalli, A. R.; Anderson, N. E.; Yerramsetty, R.; Harenski, C. L. y Kiehl, K. A. (2021), en el que se analiza la hipótesis de que la detección automatizada del parpadeo y la frecuencia de parpadeo predicen los niveles de engaño en el ámbito forense.
El engaño se define como la transmisión intencional de un mensaje destinado a fomentar creencias o percepciones falsas en el destinatario. A pesar de la prevalencia de varias tácticas para detectar a un mentiroso, su fiabilidad es, en el mejor de los casos, controvertida. La investigación moderna sugiere que los humanos rara vez se desempeñan mejor que el azar cuando se les asigna la tarea de identificar mentiras.
Con la llegada de mejor tecnología, existe un mayor interés en los enfoques automatizados para la detección del engaño. Algunas de estas técnicas se basan teóricamente en observaciones de que mentir, al menos para algunos tipos de mentiras, puede ser más exigente cognitivamente que decir la verdad. Fabricar una mentira plausible con detalles relevantes requiere imaginación, planificación… entre otras estrategias cognitivas. El aumento de la demanda cognitiva de decir una mentira también se ha observado en estudios de resonancia magnética funcional. En estos se asoció con tiempos de respuesta más largos y una mayor actividad cerebral.
Una de las manifestaciones no verbales observables de la carga cognitiva se puede encontrar en los parpadeos. Los parpadeos no ocurren al azar; se ha dicho que se producen después de una alta carga cognitiva. Esto ha llevado a un mayor interés en el uso de la tasa de parpadeo como indicador de engaño, en función de la carga cognitiva en el cerebro.
Varios estudios han encontrado que las tasas de parpadeo disminuyen con un aumento en la carga cognitiva (durante la confabulación) seguido de un aumento compensatorio en los parpadeos inmediatamente después de la mentira, cuando la carga cognitiva ha disminuido. No obstante, otros estudios han propuesto el efecto contrario: la frecuencia de parpadeo aumenta mientras se dice una mentira.
El hecho común observable en todos los estudios es que hay una desviación de la frecuencia de parpadeo durante el proceso de decir una mentira.
El comportamiento deshonesto como la mentira patológica, engaño y manipulación son características clínicas de la psicopatía. Así, los autores investigaron si la frecuencia de parpadeo puede estar relacionada con rasgos de personalidad psicopáticos en un entorno orgánico, donde no se animó a los participantes a participar en conductas engañosas. El conjunto de datos comprendía grabaciones en video de hombres adultos encarcelados, 125 en total. Los voluntarios fueron filmados durante las evaluaciones clínicas basadas en entrevistas, incluido el PCL-R y el SCID-IV. Los datos se registraron a través de una cámara digital enfocada en los entrevistados, quienes estaban sentados y frente a la cámara.
Hay dos metodologías principales para detectar parpadeos: activa y pasiva. Los métodos activos son muy fiables, pero requieren hardware adicional que puede resultar intrusivo, por ejemplo, cámaras e iluminadores de infrarrojos, etc. Las metodologías pasivas generalmente se basan en datos de video adquiridos de una sola cámara. Los avances recientes en el procesamiento de imágenes han llevado al desarrollo de detectores de puntos de referencia faciales que exhiben robustez en la orientación, iluminación y expresiones de la cabeza. Este último método fue el que utilizaron los investigadores.
Los puntos de referencia faciales se detectan localizando primero el rostro en una imagen. Una vez que se identifica esta región de interés, se identifican las estructuras faciales clave. Hay varias implementaciones, pero todas etiquetan las regiones clave de la cara, como la boca, la nariz, la mandíbula, los ojos y las cejas.
Así, los resultados del estudio indicaron que los rasgos psicopáticos interpersonales están asociados con anomalías en el cambio de las tasas de parpadeo durante las entrevistas naturalistas.
Estas dinámicas anormales de frecuencia de parpadeo indican cambios más frecuentes en la frecuencia de parpadeo en bloques de tiempo cortos. Estos cambios en las tasas de parpadeo se han asociado anteriormente con la deshonestidad en las manipulaciones de laboratorio. Estos resultados pueden agregar credibilidad a la fiabilidad de los indicadores no verbales de deshonestidad, específicamente en este caso el parpadeo.
También debe tenerse en cuenta que los cambios en la frecuencia del parpadeo no son indicativos de engaño per se. Más bien puede considerarse indicativo de los cambios en la demanda cognitiva, entre otras influencias fisiológicas y ambientales. Es notable que no se encontró una asociación significativa con la puntuación general de psicopatía.
Los investigadores utilizaron las puntuaciones PCL-R del Factor 1 como una medida de los rasgos engañosos, en lugar del engaño por se. Esto es, más que detectar una mentira concreta en todo momento, la frecuencia de parpadeo puede indicar tendencias o aspectos engañosos sobre el mensaje del interlocutor, o el propio interlocutor, señalando una mentira o mentira parcial.
En los resultados, vemos una relación entre las co-ocurrencias de conteo de parpadeo más alto con las puntuaciones del Factor 1. Esto puede ser indicativo de ráfagas de parpadeo que se han informado previamente como asociadas con el engaño. La mayor incidencia de parpadeos, en este caso, puede ser indicativa de un comportamiento engañoso.
El enfoque de modelado dinámico propuesto también se puede ampliar para trabajar con datos de parpadeo, en los que se conocen casos explícitos de mentir frente a decir la verdad. Una limitación del estudio de los autores es que la muestra actual incluyó solo hombres adultos. Futuros trabajos deberían examinar si estos resultados se generalizan entre géneros y edades (es decir, jóvenes).
Además de los parpadeos, se han identificado otras señales no verbales del engaño, como el aumento de la velocidad del habla, el aumento del número de palabras habladas y los movimientos de la cabeza mientras se está acostado.
Los hallazgos de los autores se suman a un campo emergente de la literatura, el cual investiga el uso de los últimos avances tecnológicos hacia el modelado del comportamiento. Así, el método seguido en esta investigación resulta único para cuantificar la dinámica de parpadeo extraída de un entorno naturalista, en el cual no se pidió a los participantes ni que mintieran ni que dijeran la verdad.
También se ha demostrado que los patrones de parpadeo, en vez de las tasas generales de parpadeo, son indicadores útiles de los niveles de rasgos de engaño.
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