El líder da la mano con firmeza, pero no aprieta como si de un quebrantahuesos se tratase. El líder ofrece una presión adecuada y en ningún momento parece tener una sardina escurridiza por mano.
El líder da la mano de manera vertical ya que no desea estar ni por encima ni por debajo de ti. No es sumiso ni autoritario.
Un líder no parece una bomba de extraer agua. Un par de meneos es suficiente para el líder, él no necesita robarte la mano y estar agitándola durante varios minutos.