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Trastorno mental

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Amigos del Club de Ciencias Forenses, esta semana presentamos el artículo “The Salience of Antisocial Personality Disorder for Predicting Substance Use and Violent Behavior: The Moderating Role of Deviant Peers” de Wojciechowski, T. W. (2020), en el que el autor realiza un estudio para saber cómo y en qué influye que los jóvenes tengan relación con otros adolescentes con conductas desviadas, poniendo el foco de atención en los comportamientos violentos y el consumo de drogas.

Sabemos que los jóvenes son un grupo de la población especialmente vulnerable debido a que su personalidad se encuentra aún en formación, por lo que debemos prestar especial atención a lo que les ocurre en esta etapa de su vida para que se desarrollen de forma típica. 

Pues bien, un trastorno mental que es especialmente peligroso y que aparece con frecuencia en la adolescencia es el trastorno de personalidad antisocial (TPA de ahora en adelante). Esta enfermedad se caracteriza por un patrón de comportamiento manipulador, agresivo e impulsivo, que desprecia y viola los derechos de los demás y no se arrepiente de participar o realizar actos ilícitos. 

Se ha demostrado que el TPA está asociado con el uso de sustancias y los delitos violentos, entre otros comportamientos antisociales. 

Al igual que tener amigos a los que les gusta ir al cine puede hacer que nosotros disfrutemos más de ello, los autores se preguntan, pues, si en este contexto también influirá la asociación con jóvenes con conductas desviadas en el desarrollo de un TPA, en el consumo de drogas y en la comisión de delitos violentos

La asociación con jóvenes desviados ya se ha destacado en investigaciones anteriores como un factor de riesgo para desarrollar TPA. Se cree que una razón puede ser el hecho de que el TPA suele aparecer de forma temprana, en la época adolescente, cuando somos especialmente vulnerables a los actos desviados que realizan otros iguales. 

De hecho, según un estudio mencionado en el artículo, asociarse con jóvenes desviados, de hecho modela y refuerza la conducta antisocial. Si esto perdura, puede ser muy peligroso, ya que el afianzamiento reforzado de un estilo de vida desviado puede inhibir la transición a una vida normativa.

Se sugiere en otros estudios que, aunque la frecuencia de asociación con compañeros desviados tiende a disminuir en la edad adulta, si existiese podría seguir influenciando la aparición del TPA. 

Sin embargo, se debe mencionar que el TPA se caracteriza, como hemos señalado antes, por un comportamiento manipulador e impulsivo y el desprecio por las emociones de los demás, así que podemos entender que esto necesariamente debe disminuir las interacciones con compañeros. 

Es decir, cabe la posibilidad que tras desarrollar un TPA la persona se vea aislada según vaya creciendo, con los peligros que ello supone. Esto es algo que puede ocurrir tanto si alguien padece TPA como si no lo padece, pero es cierto que las personas que lidian con ello tienen unas circunstancias especiales que pueden hacer que estos eventos sean particularmente importantes. 

En este estudio, el autor se centra en estudiar cómo la relación con jóvenes desviados influiría en las conductas violentas y de consumo de sustancias. 

En primer lugar, porque la naturaleza impulsiva de este trastorno es una de las razones atribuidas al riesgo alto de consumo de drogas. Además, los jóvenes a menudo consumen drogas entendiéndolo como un ritual social. A medida que ocurre la transición a la edad adulta, podría haber una continuidad en esta conducta para individuos diagnosticados con TPA. 

Por otro lado, la influencia de jóvenes desviados con relación a delitos violentos también puede amplificarse para aquellos que sufren TPA, lo cual se suma a conclusiones de investigaciones previas que dicen que las personas con TPA tienen un riesgo muy elevado de cometer delitos violentos. 

El autor utiliza datos obtenidos de un estudio previo con más de 1.000 delincuentes juveniles a los que se les hizo un seguimiento durante 84 meses.

Los hallazgos muestran que la asociación con compañeros desviados sí funciona como moderador del diagnóstico de TPA y sobre el consumo de drogas y comisión de delitos violentos

Sin embargo, no actúa como moderador tal y como se esperaba en los delitos violentos. Los individuos con TPA cometieron delitos violentos con mayor frecuencia, pero no afectó el contacto con jóvenes desviados. Por otro lado, sí influyó en jóvenes no diagnosticados con TPA, haciendo que participasen en delitos violentos con más asiduidad. 

Con respecto al consumo de drogas en jóvenes con TPA, se encontró que la asociación con jóvenes desviados influía de forma significativa únicamente en el consumo de marihuana, aumentándolo. 

El autor señala que se debería realizar un intensivo trabajo de prevención desde prontas edades para disminuir el desarrollo de trastornos de personalidad antisocial, ya que es ahí cuando empiezan a surgir.

También comenta que las investigaciones futuras podrían enfocarse en investigar por qué la asociación con jóvenes desviados afecta a los jóvenes con TPA en el consumo de marihuana, y no en el consumo de alcohol u otras drogas. 

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Amigos del Club de Ciencias Forenses, esta semana presentamos el artículo “Are Prisoners More Psychopathic than Non- forensic Populations? Profiling Psychopathic Traits among Prisoners, Community Adults, University Students, and Adolescents” de Boduszek, D.; Debowska, A.; Sherretts, N.; Willmott, D.; Boulton, M.; Kielkiewicz, K.; Popiolek, K. y Hyland, P. (2019), en…

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