Etiología de la Psicopatía. Club Ciencias Forenses.
Etiología de la Psicopatía. Club Ciencias Forenses.

Estimados suscriptores y seguidores del Club de las Ciencias Forenses, esta semana les sugerimos un resumen del artículo “La etiología de la psicopatía: Una perspectiva neuropsicológica”, de la autora Pamela R. Perez de la Universidad de Loma Linda (EE.UU.), sobre los patrones biológicos básicos de disfunción cerebral observados en psicópatas.

La psicopatía ha sido definida como un trastorno de la personalidad que se caracteriza por un comportamiento antisocial abierto, así como una serie de rasgos desviados de personalidad; como la falta de empatía, la falta de remordimiento, la insensibilidad, el afecto superficial, la baja tolerancia a la frustración o agresión y la manipulación. A pesar de que existe diferencia entre un psicópata y un sociópata, los términos psicopatía y sociopatía se utilizan a menudo indistintamente. Y por ello sigue habiendo confusión entre estos términos, aunque existen diferencias notables. Según Ramsland (2007), mientras que el psicópata no siente remordimiento por sus actos, el sociópata es capaz de sentir culpa y arrepentimiento, al menos en el contexto de grupo (pandilla) o relaciones familiares. Al sociópata, sin embargo, no le importan nada las normas sociales, y las infringirá sin dudarlo si al hacerlo satisface sus propios deseos o propósitos. Lykken (1995) diferencia entre el sociópata “común” y el psicópata señalando que la sociopatía suele ser resultado de factores ambientales, como la crianza, la ausencia del padre, y la falta de socialización, mientras que la psicopatía se debe a factores biológicos como el temperamento. Hare (1996) denominó a los psicópatas “depredadores intraespecies”, capaces de emplear los medios necesarios, incluida la violencia, para controlar a los demás y satisfacer sus deseos y necesidades. Se sabe muy poco acerca de las causas reales de la psicopatía. Sin embargo, existe cierto acuerdo en “que los factores sociales, especialmente las situaciones adversas en la infancia, como el abuso, juegan un papel en el posterior desarrollo de trastornos de la personalidad”.

Tal y como se ha podido demostrar, los vínculos afectivos formados en la infancia son fundamentales en el desarrollo de la personalidad. Lo que se sabe acerca de los antecedentes familiares de muchos delincuentes violentos, es que la mayoría han tenido historias de abuso y/o negligencia en la infancia, o han sido criados en entornos en los que la violencia era habitual. Existe un fuerte componente tanto ambiental como biológico en la psicopatía, que no debe pasarse por alto. Numerosos estudios han revelado una correlación entre la función del lóbulo frontal y el deterioro en tareas ejecutivas y de discriminación de inhibición conductual en delincuentes. Un primer síntoma importante de psicopatía es un “comportamiento asocial y antisocial persistente, frecuente y variado en edad temprana”. La correlación entre crimen violento y psicopatía es muy fuerte. No obstante, a pesar de ello poco se sabe acerca de por qué algunos individuos se vuelven asesinos en serie con una clara predisposición hacia la psicopatía y otros no. Fonagy et al. (1997), que han realizado un gran estudio sobre el caso de Aileen Wuornos y otros asesinos en serie depredadores, argumentan que la violencia y la delincuencia son en realidad trastornos del sistema de apego. A través del apego los seres humanos desarrollan las habilidades mentales necesarias para reflejar sus propios estados internos así como los de los demás. Sin esta capacidad, la violencia y los actos criminales son una manera de hacer frente a la falta de representación mental de otro. Otra cuestión importante que cabe mencionar, es que los psicópatas no solo son antisociales, sino que tienen claros marcadores neurocognitivos que indican un problema para procesar señales de angustia en otros. Mientras que biológicamente no hay una “causa” universalmente aceptada de la psicopatía, se han observado patrones básicos de disfunción cerebral en individuos que manifiestan tendencias psicopáticas.

La disfunción del lóbulo frontal, junto con la disfunción ejecutiva que resulta de ello, ha sido vinculada durante mucho tiempo a la psicopatía. De acuerdo con las investigaciones en este campo, las regiones específicas de la corteza frontal pueden estar implicadas en la psicopatía. Los individuos psicópatas muestran un deterioro significativo de la función de la corteza frontal orbital (CFO). La CFO se encuentra justo detrás de los ojos. Esta parte del cerebro está involucrada en los procesos cognitivos, incluyendo todo el proceso de toma de decisiones importantes. Se ha sugerido que la CFO podría estar implicada en la planificación de la conducta asociada con el refuerzo y el castigo, las emociones, el comportamiento social, y el aprendizaje de normas. Fallon (2006) declara que la psicopatología violenta en los jóvenes podría estar asociada con un daño estructural y funcional en la CFO, lo que podría afectar a los circuitos relacionados (amígdala, ganglios basales, y circuito córtico-subcortical estríado). Por otra parte, una reacción galvánica anormal ante la anticipación de situaciones aversivas es una reacción común tanto en psicópatas como en sociópatas. En estudios previos se ha observado que la región dorsolateral de la corteza frontal está relacionada con la agresión física. Estudios neuropsicológicos con sujetos con personalidad Grupo B (trastornos borderline, antisocial, histriónico y narcisista) indican que estos individuos presentan una variedad de déficits funcionales ejecutivos (prefrontal) y de memoria (temporal).

Además de regular las funciones ejecutivas, la región prefrontal del cerebro también parece jugar un papel fundamental en el razonamiento abstracto, el control de la atención, la memoria de trabajo, la integración a través del espacio y del tiempo, la anticipación y la planificación. Mientras que la amígdala, por ejemplo, estimula comportamientos instintivos como el hambre, el sexo, la agresión y otras emociones fuertes, la corteza orbital los inhibe. La clave es el equilibrio y un ajuste positivo. Aquí es donde entra en juego la neuroquímica. Los niveles de dopamina (DA) seguramente se verán afectados en esta interacción que tiene lugar en el cerebro, al igual que otros neurotransmisores. La principal preocupación para los neurocientíficos en el estudio de los efectos de estos procesos hormonales/químicos en el cerebro es cuando los niveles de neurotransmisores se desequilibran. Este desequilibrio parece ser el problema en muchos trastornos psicológicos, patológicos, y de la personalidad (incluido el trastorno antisocial de la personalidad). Según Palmer (2005), que trabaja en el ámbito de la criminología psicobiológica, existe un apetitivo (depredador), la fase de búsqueda del psicópata, y luego una fase de consumación (satisfacción). El psicópata buscará la excitación/reacción hormonal por sí mismo o a través de la víctima. Aquí es donde entran en juego las feromonas. La testosterona y los andrógenos son las hormonas más importantes que se han estudiado en criminología, y la serotonina es, probablemente, el principal neurotransmisor estudiado. Del mismo modo, la serotonina (5-HT), la dopamina (DA) y la noradrenalina (NA) son los tres neurotransmisores más comúnmente estudiados por criminólogos, puesto que los individuos antisociales tienden a tener niveles más bajos de serotonina.

Para las personas corrientes, la idea de vivir sin conciencia, sin sentimientos de remordimiento o culpa o vergüenza, y especialmente por el dolor y sufrimiento infligido a los demás, es inimaginable. La incidencia de la psicopatía tiene un impacto tan profundo y terrible en la sociedad que es sorprendente lo poco que la mayoría de la población sabe acerca de ella.

Fundación Universitaria Behavior & Law – Club de Ciencias Forenses

Traducción y edición: Leticia Moreno

1 Comment

Write A Comment

Club de Ciencias Forenses