Amigos del Club de Ciencias Forenses, esta semana presentamos el artículo “Identifying and predicting criminal career profiles from adolescence to age 39”, de Kim, B. E.; Gilman, A. B.; Tan, K. P.; Kosterman, R.; Bailey, J. A.; Catalano, R. F. y Hawkins, J. D. (2020), en el cual, utilizando unos datos obtenidos en otro proyecto, los autores intentan identificar qué factores influyen en el desarrollo de una carrera criminal, además de cómo prevenirlo.

 Conocer los factores de riesgo y protección del desarrollo de las carreras criminales es un tema que se estudia en criminología con especial interés debido a su complejidad.

Proteger a los más jóvenes de la delincuencia y sus consecuencias sociales y personales es una de las ambiciones del área de estudio criminal.

Debido a la importancia de conocer estos factores, los autores del artículo se preguntan tres cuestiones.

Primero, cuáles son los perfiles de delincuentes en función de las diferentes edades que van a estudiar (es decir, entre 12 y 39 años). En otras palabras, se interesan por saber cuál es el perfil en la adolescencia, cuál en la adultez temprana y cuál en la tardía.

Por ejemplo, se sabe según estudios anteriores, que la mayoría de los adolescentes experimenta con factores y conductas de riesgo que pueden desembocar en problemas de comportamiento al ir creciendo.

Otra de las preguntas de los autores, es cómo los perfiles basados en autoinformes se pueden comparar con los datos oficiales de las autoridades.

Este estudio se realiza con datos de ambos tipos. Por un lado, los autoinformes, que son información y datos proporcionados por los participantes. Por otro, los datos oficiales de las autoridades sobre los delitos que ha cometido esa persona y sus antecedentes.

Investigaciones previas han señalado que los autoinformes son un método de obtención de datos dudoso y que se debería confiar únicamente en los registros oficiales.

Este es el motivo por el que los autores deciden utilizar información que proviene de ambas fuentes, para así comprobar cómo se adecúan los autoinformes a los datos oficiales y saber si se puede confiar en ellos.

La última cuestión que se plantean es cuáles son los factores de protección que se pueden perseguir en edades tempranas para evitar la adscripción de los jóvenes a la delincuencia.

Para este estudio se analizaron datos obtenidos de otro proyecto anterior en el que participaron 808 jóvenes y sus familias.

Por un lado, se realizaron entrevistas a modo de autoinformes a los participantes y sus familias cuando los primeros tenían 11, 16, 18, 21, 24, 27, 30, 33, 35 y 39 años.

Además, se obtuvieron datos recogidos de fuentes oficiales sobre las carreras criminales (si las había) de los participantes a lo largo del tiempo.

Después, se categorizaron los datos, obteniendo tres tipos distintos de sujetos: adolescentes, adultos tempranos y adultos medios.

A su vez, se estableció una clasificación de los delitos registrados, de baja (por ejemplo, robar algo de menos de 5 dólares), media (golpear a alguien con la intención de hacerle daño, robar algo de menos de 50 dólares) y alta gravedad (utilizar armas para robar, traficar con drogas o robar algo de más de 50 dólares).

Los resultados obtenidos fueron muy interesantes.

Un 35,6% de los participantes no cometieron ningún delito, un 33,2% se limitó a delinquir durante la adolescencia, un 18,3% dejó de hacerlo cuando comenzó a entrar en la adultez y un 12,9% continuaban desarrollando una carrera criminal.

Estos últimos tenían el mayor registro oficial de delitos de alta gravedad de todos los sujetos participantes.

Se observó que un ambiente familiar y escolar positivo se asociaba con niveles más bajos de participación en delitos, tanto a nivel ocasional como crónico, y era un rasgo distintivo de los sujetos para los cuales no existían registros de antecedentes criminales.

Además, altos niveles de creencias antisociales se asociaban al grupo de delincuentes adolescentes, al igual que tener amigos o conocidos con este tipo de ideas.

Por lo tanto, para la primera pregunta que se hacían los autores, podemos decir, por ejemplo, que los individuos cuya actividad criminal es crónica mostraron conductas similares en la adolescencia de carácter leve, para luego pasar a las moderadas y graves en la edad adulta.

Algunos de los que no habían cometido ningún delito refirieron haber cometido conductas criminales leves en la adolescencia, pero no de forma habitual.

Con respecto a la segunda pregunta, se puede afirmar que los autoinformes coinciden con los datos de registros policiales oficiales y, por tanto, en principio se podría confiar en ellos ya que la información es fiable.

Para la tercera cuestión, sobre los factores predictivos de riesgo y los de protección, la información obtenida es más extensa.

Por ejemplo, se encontraron, además de con los datos que hemos mencionado previamente, con que aquellas personas que formaban parte del grupo de delincuentes persistentes tenían en el colegio unos niveles muy altos de conductas antisociales.

Y, además, al igual que los individuos cuya criminalidad se limitó a la adolescencia, los delincuentes crónicos tenían unos niveles altos de internalización de los problemas en la época escolar comparados con sus compañeros. Es curioso que esto no parecía ser determinante en aquellos individuos que dejaron de cometer delitos en la adultez temprana.

Los autores refieren que los esfuerzos preventivos deben enfocarse en aumentar las redes de apoyo, especialmente de amigos y compañeros en los colegios e institutos. Además, comentan que sería muy útil que los jóvenes tengan adultos positivos de referencia que promuevan en ellos conductas sociales.

Por supuesto, es muy importante mantener un ambiente familiar y escolar positivo.

El estudio tiene algunas limitaciones, como que las entrevistas fueron realizadas cada dos o tres años y algunos datos pueden haberse escapado; además las preguntas no fueron iguales en cada una de ellas.

Los autores comentan la necesidad de seguir ahondando en este tema debido a la gran cantidad de factores que influyen en el desarrollo de una carrera criminal y pueden condicionarla.

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