Inconsciente y criminalidad. Club Ciencias Forenses.
Inconsciente y criminalidad. Club Ciencias Forenses.

Estimados suscriptores y seguidores del Club de las Ciencias Forenses, en esta ocasión les sugerimos un resumen del artículo “El inconsciente y la actividad criminal” del autor Aleksandre Giorgidze de la Universidad Internacional del Mar Negro (Georgia) que trata del fascinante tema del comportamiento criminal.

El inconsciente comprende los procesos que se originan en lo más hondo de la psique humana e influye en la conducta, la guía pero no se refleja en la conciencia humana y aunque no se trata del contenido de la conciencia su entendimiento no puede ser del todo excluido. Los procesos psicológicos inconscientes no solo influyen en las actividades ilegales y sus motivaciones, sino que también desempeña un papel importante en la rehabilitación del delincuente y en la evitación de nuevos delitos.

En función del papel de los procesos psíquicos inconscientes en la determinación de la conducta humana existen 3 tipos de comportamiento: intencional, impulsivo y habitual. En el comportamiento intencional existe un análisis de la situación, selección de los medios para lograr el objetivo, formación de la decisión y realización. El comportamiento impulsivo se produce bruscamente, no tiene en cuenta ningún resultado de la conducta. El comportamiento habitual se genera como una conducta estereotipada. Según parece, solo los comportamientos impulsivos y habituales revelan el inconsciente. El análisis del comportamiento impulsivo muestra que las especificaciones del factor subjetivo determinan totalmente la especificación de los factores objetivos del estado de ánimo. Aunque el comportamiento impulsivo obre bajo la influencia controlada del inconsciente no significa que la conciencia no intervenga en él. Los procesos psíquicos inconscientes también son explícitos en el comportamiento habitual. A diferencia de las necesidades impulsivas en la motivación de ciertos comportamientos habituales se puede distinguir la etapa de toma de decisiones, pero entonces los modelos de comportamiento no son evaluados y la decisión estándar se toma de forma mecánica, sin el adecuado análisis de la situación. El delincuente habitual es aquel que comete el mismo delito varias veces. De ahí que la influencia de la costumbre en la comisión de delitos sea de gran importancia para la criminología. Los procesos psíquicos inconscientes tienen una gran influencia en la comisión de crímenes en serie así como en la formación de delincuentes en serie. Una de las principales características de lo “serial” es su inclinación a la repetición, es decir, la comisión de un crimen es necesariamente seguida por la comisión de nuevos delitos. Es muy importante tenerlo en cuenta para la definición criminológica del delito.

El inconsciente tiene un serio impacto en la motivación de la conducta humana incluyendo la conducta criminal. Bajo la influencia del inconsciente el ser humano escoge el modelo de comportamiento más adecuado a su estado de ánimo según el momento. Es por ello que con frecuencia al cometer el acto ilegal la persona no se da cuenta del motivo real que lo provoca. El inconsciente proporciona las consecuencias necesarias para el ser humano y el consciente proporciona la relación emocional de la persona con su comportamiento. De este modo, los motivos conscientes son una especie de escudo, una protección mediante la cual la persona trata de explicar su comportamiento aunque el motivo real de la conducta sea totalmente diferente. Se pueden distinguir dos partes en los motivos: esencial y dinámica. La parte esencial es la prueba consciente del comportamiento, que es la representación consciente de las razones de la conducta, y la parte dinámica son los sentimientos expresados en deseos, tendencias y preferencias.

Los científicos consideran que existen dos modelos principales que explican la relación entre el genotipo y los factores ambientales. El primer modelo sugiere que las condiciones ambientales tienen diferentes influencias sobre los seres humanos en función de sus genotipos y el otro modelo plantea que existe una correlación entre el genotipo y los factores ambientales. El problema de la relación entre el medio ambiente y el genotipo sobreviene cuando en las mismas condiciones ambientales los resultados de la influencia del ambiente son distintos debido a las diferencias en la genética humana. Según los psicólogos la conducta antisocial se forma en la infancia. Así pues, el carácter previamente conformado puede estar latente durante algún tiempo hasta que su inactividad sea provocada por la situación adecuada. Por otro lado, la conciencia mantiene el comportamiento asocial a un nivel incontrolado de automatismo lo que determina el estado de ánimo.

Según el tipo de comportamiento agresivo las medidas preventivas pueden ser diferentes. Se puede recurrir al psicoanálisis para destapar los traumas psíquicos y trasladarlos del inconsciente al consciente, lo que permitirá liberar esos traumas y evitar las actividades ilegales. Al influir en el inconsciente es posible erradicar las características personales de la persona que conduce a esos conflictos con la ley y que genera el peligro de cometer un nuevo delito. No se pueden conseguir grandes progresos en la actividad anti-criminal sin tener en cuenta los procesos psíquicos inconscientes. Desde este punto de vista, es importante continuar con las investigaciones y trabajos para el estudio de la experiencia ya existente y trabajar más a fondo. Del mismo modo es necesario trabajar sobre las nuevas sugerencias y medidas que permitirán ser más eficaces desvelando las intenciones humanas secretas y los estados de ánimo de los que a menudo no se es consciente y luchar contra ellos. En estos casos la hipnosis puede ser útil. Mediante su uso es posible codificar el comportamiento humano, bloquear la memoria, estimular, invalidar, etc. En cuanto a las medidas preventivas, la prevención debería centrarse en la infancia cuando se forma la conducta antisocial ya que en esta etapa es más fácil lograr resultados positivos y es posible hacerlo en más casos. No cabe duda de que la criminalidad es un acto social por lo que los datos sociales son importantes pero la actividad psíquica del delincuente como persona influye en la motivación de la conducta criminal. El propósito de este artículo es prestar atención a los procesos psíquicos inconscientes y estudiar a fondo la psíquica de las personas que han cometido delitos especialmente cuando la motivación del delito no está clara y es inusual y oscura. Utilizar los datos disponibles en la psicología basada en ellos puede ser un avance importante en este caso, a saber, los factores inconscientes previstos deberían confirmarse. Esto reducirá la probabilidad de cometer delitos. Por tanto, es necesario explicar la conducta criminal con el fin de establecer y prever los reguladores de la conducta inconsciente al tiempo que se determina la motivación.

Fundación Universitaria Behavior & Law – Club de Ciencias Forenses

Traducción y edición: Leticia Moreno

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