Posesión de armas de fuego y muerte violenta: una revisión crítica. Club de las Ciencias Forenses.
Posesión de armas de fuego. Club de las Ciencias Forenses.

Apreciados amigos del Club de las Ciencias Forenses, el artículo elaborado por Wolfgang Stroebe de la Universidad de Utrecht (Países Bajos), que hoy les ofrecemos, constituye una revisión crítica de la investigación empírica sobre la asociación entre la posesión de armas de fuego y el suicidio y el homicidio. Tanto el suicidio como el homicidio reflejan un comportamiento intencional con el objetivo de matar, bien a uno mismo o a otra persona. Se puede esperar que la tasa de posesión de armas de fuego se relacione positivamente con las tasas globales de suicidios y homicidios. El fácil acceso a las armas de fuego aumenta el riesgo de morir por causas violentas. Con muy pocas excepciones, diferentes estudios han encontrado la propiedad de armas como positivamente relacionada con los suicidios y los homicidios causados por ellas. Las personas primero deben tener el objetivo de matar y segundo, tener acceso a un arma de fuego con el fin de lograr este objetivo mediante el uso de dicha arma.

La mayor parte de los estudios utilizan comparaciones de corte transversal, con lo que una asociación positiva puede ser parcial o totalmente debida a la causalidad inversa, es decir, que las personas que quieren suicidarse saldrán, por ejemplo, a comprar armas. Diferentes estudios de casos han encontrado la propiedad de armas asociada significativamente a un aumento sustancial de las tasas globales de suicidio. Dado que las armas son solo un medio a utilizar para llevar a cabo un propósito determinado, sería posible que los suicidios con armas fueran simplemente sustituidos por otras formas de acabar con la propia vida.

Los investigadores han ofrecido tres explicaciones para plantear una relación positiva entre la posesión de armas y los homicidios. La hipótesis de la instrumentalidad de las armas asume que una relación positiva sería debida a la mayor letalidad de armas de fuego, esto es, las armas proporcionan uno de los medios más eficaces para matar a otras personas. Las personas que, por ejemplo, viven en ambientes donde las armas están fácilmente disponibles son más propensas a ser asesinadas, porque los asesinos potenciales suelen tener un arma y por tanto es más sencillo matar a una víctima potencial en un ataque concreto. Esta es la posición generalizada de “a más armas más crímenes”.

 Existen dos posibles explicaciones para la asociación negativa entre la prevalencia de armas y la aparición de la violencia:

– En entornos en los que hay armas, la víctima potencial también puede poseer una. Y puesto que se supone que las armas sirven para proporcionar un medio eficaz para la defensa de uno mismo contra los ataques violentos, puede inferirse que las personas que poseen armas de fuego son menos propensas a ser asesinadas.

– Por otra parte tenemos la hipótesis de la disuasión, a través de la que puede argumentarse que el conocimiento de que todo el mundo posee un arma podría disuadir a los delincuentes de planificar crímenes.

 Se dan dos posibles explicaciones ante el fracaso a la hora de encontrar una relación entre la prevalencia de armas y el homicidio, a saber, que no existe una relación entre estas dos variables o que los dos procesos opuestos se anulan mutuamente.

En diferentes estudios se ha visto que las personas que viven en una casa con un arma de fuego tienen casi tres veces más probabilidades de ser asesinadas que las que viven en un hogar limpio. La mayoría de las víctimas son asesinadas por un familiar o un amigo y solo muy pocos fueron asesinados por un desconocido.  De todos modos, únicamente la mitad de estos homicidios fueron cometidos con un arma de fuego. La gran mayoría de los hallazgos sobre la asociación de la disponibilidad de armas de fuego y el suicidio o el homicidio es consistente con la hipótesis de que el fácil acceso a las armas de fuego aumenta el riesgo de morir por causas violentas. Con pocas excepciones, los estudios han encontrado que la propiedad de armas está positivamente asociada con suicidios y homicidios por armas de fuego. Dado que apenas existen estudios que encuentren una relación negativa entre la disponibilidad de armas y los homicidios, se puede rechazar la hipótesis de la legítima defensa y la disuasión. Por lo tanto, se puede concluir claramente que la existencia de más armas se asocia a más muertes violentas. Por otra parte, también hay evidencia de que las armas no sólo sirven como sustitutas de otros medios de matar, sino que aumentan las tasas globales de suicidio y homicidios. Aunque los hallazgos en esta revisión son consistentes con la hipótesis de que el acceso a un arma de fuego aumenta el riesgo de suicidio u homicidio (por ejemplo, a partir de estudios a nivel individual), también aparece el apoyo a la hipótesis de que la asociación positiva se debe en parte a la causalidad inversa. Debido a que las armas son un medio eficaz de suicidio, las personas que planean suicidarse a veces compran un arma para hacerlo. Del mismo modo, mientras que el acceso a las armas hace que sea más fácil cometer un asesinato, las personas que viven en zonas de alta criminalidad suelen comprar armas para su propia protección. Estas dos interpretaciones no son incompatibles. Con respecto a las tasas de homicidio, es probable entrar en un círculo vicioso: el fácil acceso a las armas de fuego aumenta la tasa de homicidios y el aumento de las tasas de homicidio lleva a motivar a la gente a comprar armas para su propia protección. Esta necesidad de auto-protección es probable que sea una de las raíces más profundas de la resistencia de los norteamericanos a la aprobación de leyes de armas más estrictas, algo difícil de entender desde una perspectiva europea.

La mayoría de los europeos no podría pensar en tener un arma para su protección personal. Entonces, ¿por qué los estadounidenses se sienten con la necesidad de poseer armas? Una razón obvia sería la relativa alta tasa de homicidios que se produce en aquel país. Para reducir esta necesidad se podría, por lo tanto reducir aún más las tasas de homicidios. Otra estrategia sería la de convencer a la gente de que la posesión de un arma de fuego supone, finalmente, más peligro que protección.

Fundación Universitaria Behavior & Law – Club de las Ciencias Forenses

Traducción: Nahikari Sánchez

Edición: Belén Alcázar

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