Estimados suscriptores y seguidores del Club de las Ciencias Forenses, en esta ocasión les sugerimos un resumen del artículo “Perfil del incendiario forestal español: aplicación del perfilamiento criminal inductivo”, de los autores Andrés Sotoca y José Luis González de la Unidad Técnica de Policía Judicial de la Guardia Civil (España) y, Santiago Fernández, Dominique Kessel, Olga Montesinos y Miguel Ángel Ruíz de la Universidad Autónoma de Madrid (España), sobre la aplicación de la técnica del perfil criminológico.
El incendio forestal, entendido como “el fuego que se extiende sin control sobre combustibles forestales situados en el monte”, afectando a vegetación que en principio no estaba destinada a arder, supone uno de los problemas ecológicos más importantes en España. La mayoría de los estudios que han abordado este problema ecológico se han centrado, por un lado, en conocer su impacto medioambiental o económico y, por otro, en conocer las causas ambientales (i.e., precipitaciones, temperatura, etc.) que pueden favorecer su aparición. Sin embargo, pocas investigaciones se han ocupado de profundizar en las causas humanas. De hecho, no se conoce mucho acerca de los autores de los incendios forestales, a pesar de que se estima que en nuestro país el 60% de ellos puede tener una causa intencionada (originados por la mano del hombre) y por tanto susceptibles de tratarse de delitos que pueden llegar a ser condenados con penas de hasta veinte años de prisión. Según la Fiscalía General del Estado (FGE), durante el año 2012 los Cuerpos policiales sólo llegaron a identificar a 552 presuntos autores, revelando cifras de esclarecimiento policial muy bajas en comparación con otros tipos de delitos, lo que indica la gran dificultad de identificar a los incendiarios, por lo que cualquier ayuda al respecto es bienvenida. Una de esas ayudas puede obtenerse aplicando la técnica del perfilado criminal, consistente en inferir características identificativas (conductuales, criminológicas, socio-demográficas y de personalidad) de un delincuente analizando las evidencias obtenidas en la escena del delito que ha cometido. A lo largo de su historia, la práctica del perfilamiento se ha enfocado en cuatro grandes modalidades: el enfoque de la investigación criminal (desarrollado en la Unidad de Ciencias de la Conducta del FBI, de tipo principalmente inductivo con aplicaciones a casos individuales), el análisis de las evidencias de conducta (cuyo máximo representante es B. Turvey, de carácter deductivo y aplicado sólo al caso individual), el de la práctica clínica (también principalmente deductivo, a cargo de perfiladores individuales del entorno de la salud mental) y el enfoque estadístico (o claramente inductivo). Habría que añadir asimismo el perfilamiento geográfico. Una buena línea de trabajo consiste en la creación de tipologías (el tradicional perfilamiento de tipo inductivo), de modo que estudiando las características de numerosos hechos criminales esclarecidos y de las personas que los hayan perpetrado se pueda ver si existen tipos de personas que cometen con más probabilidad determinados tipos de hechos. Si es así, cuando el agente policial se enfrente a un nuevo crimen, conociendo su tipología podrá hacerse rápidamente una idea de la persona a la que tiene que buscar, orientando así su investigación. Hoy en día, con el empleo de las técnicas estadísticas multivariantes se pueden construir tipologías con relativa facilidad procesando eficientemente los datos complejos recogidos en variables categóricas habituales en el entorno criminal. En España también se han llevado a cabo estudios al respecto en los últimos años, tratando de construir las tipologías de incendios y de incendiarios propiamente forestales nacionales que mejor puedan ayudar a los investigadores criminales. Para ello se analizarán los datos del año 2011 buscando el número de tipos de incendio (conglomerados) que sea más fácilmente interpretable por los agentes policiales y luego se comprobará si el modelo encontrado se puede validar con los datos de los incendios de años anteriores. En caso positivo se detallarán las características de los autores que estén significativamente asociadas a esos tipos de hechos. De este modo se pretende proporcionar a los agentes unos indicadores que les permitan clasificar los nuevos incendios que se produzcan conforme a una tipología empírica, que llevará asociada, además, el conjunto de características psicosociales del tipo de autor que con mayor probabilidad suele perpetrar cada tipo de incendio.
La muestra utilizada para el estudio es de tipo incidental y está compuesta por 138 incendios forestales cometidos durante el año 2011, en los que se pudo identificar policialmente a su autor. Para recopilar la información relevante tanto del incendio como de sus autores se elaboró un cuestionario “ad hoc”, tras un análisis de las principales variables implicadas en la investigación de incendios y de las características que podrían ayudar a la identificación más rápida de sus autores. Para finalizar, se calcularon los perfiles con todos los cuestionarios recopilados entre los años 2009 y 2011 (401 incendios), cuyas principales características se resumen a continuación:
1. Agrícola. Estos incendios suelen producirse por imprudencias punibles. El autor que suele dedicarse al sector agrícola permanece en el lugar de los hechos cuando llegan los servicios de extinción. El fuego se inicia en un camino, senda o en un área de cultivos cercanos a una zona agrícola, que es la que termina ardiendo. La persona que comete este tipo de incendio suele estar jubilada, por lo que suele tener más de 60 años. Suele ser el propietario de los terrenos y, cuando no es así, los conoce porque suelen ser de familiares o compañeros de trabajo. En la detención suele asumir la responsabilidad del fuego pero no del incendio, porque no tenía voluntad real de provocar un siniestro. Este tipo de persona no suele contar con antecedentes por incendio ni por ningún otro delito.
2. Ganadero/interfase. La motivación de este incendio suele ser también la imprudencia punible, aunque no habría que descartar la venganza. La superficie cercana al inicio del fuego suele ser un matorral o una zona urbana y la zona afectada de uso ganadero o interfase forestal-urbana y ocasionalmente de uso recreativo. El autor de este tipo de incendios suele ser joven (menos de 34 años) y frecuentemente está empleado en el sector de la industria. Normalmente vive en una ciudad y no tiene relación con el propietario de los terrenos. Puede contar con antecedentes penales.
3. Forestal. La motivación más frecuente de los incendios forestales es cometerlos sin sentido aparente, fruto de algún trastorno. Suele prender más de un foco y el punto de inicio más probable suele ser una carretera o un camino cerca de masa forestal, que será la zona que finalmente terminará ardiendo. Normalmente no se encuentran vestigios. Este tipo de autores suelen ser jóvenes (menos de 34 años) que trabajan de manera esporádica y en ocasiones en algo relacionado con el sector forestal. Frecuentemente es analfabeto. El siniestro puede cometerlo bajo el efecto de sustancias, alcohol principalmente. No suele conocer al propietario y ante la detención suele mostrarse asustado y nervioso. Finalmente asumirá su responsabilidad. Suele prender el fuego con un mechero y no habría que descartar incendios en serie.
4. Forestal desde pista. Al igual que el otro tipo de incendio forestal, la motivación suele ser sin sentido aparente o fruto de algún trastorno. El incendio frecuentemente se inicia de noche desde una pista o en el interior de masa vegetal próxima a la masa forestal que es sobre la que se produce el siniestro. La edad del autor suele estar comprendida entre 46 y 60 años, soltero y desempleado o, en caso de trabajar, con mala adaptación al trabajo. No suele haber recibido tratamiento psicológico y el incendio suele producirlo en la misma localidad de su domicilio y/o lugar de trabajo. Probablemente, conoce al propietario de los terrenos y el medio de ignición puede ser un artefacto artesanal. Puede contar con antecedentes penales.
5. Agrícola/cinegético. La motivación más frecuente de este tipo de incendio será la obtención de algún beneficio. Suelen llevarse a cabo con mayor probabilidad en verano y en un día laborable. Normalmente suele prender un solo foco y el autor no permanece en la escena cuando llegan los servicios de emergencia. La edad del autor suele ser de 34 a 46 años, desempleado o trabajador de la construcción. Puede ser analfabeto y su rendimiento académico suele haber sido malo. Puede abusar de sustancias. Suele conocer al propietario de los terrenos porque puede ser su vecino. Ante la detención suele adoptar una postura arrogante, sin asumir su responsabilidad. Puede no tener antecedentes pero sí haber cometido incendios en serie.
En este trabajo se ha propuesto como alternativa el análisis de conglomerados bietápico y análisis de contingencia, que ofreció un modelo de cinco perfiles muy sencillo de entender para el investigador de incendios, destinatario final de esta herramienta. Por otro lado, los cinco perfiles encontrados en esta investigación han mostrado estabilidad con el aumento de nuevos casos y es sencilla la exportación del modelo a dispositivos informáticos (ordenador, tabletas, teléfonos, etc.) por lo que sería plausible su utilización en casos reales sin esclarecer, puesto que el investigador sólo tendría que ir completando las preguntas referidas al hecho delictivo y el dispositivo indicaría las características de la persona que con más frecuencia se asocian a ese tipo de incendio, orientando así sus actuaciones policiales. No obstante, se considera necesario realizar mayor número de estudios puesto que la muestra todavía es pequeña. Por otro lado, no conviene olvidar que aunque estadísticamente se hayan encontrado asociaciones entre determinadas características personales y algunos tipos de incendio, esto no quiere decir que en las investigaciones concretas los autores vayan a reunir todos esos rasgos. Habría que utilizar el perfil de modo semejante al retrato robot, es decir, para que policialmente se tenga una idea aproximada y global sobre como es el incendiario. Finalmente, existen algunas limitaciones a la aplicación de esta técnica: es sólo una técnica descriptiva, ofrece siempre una solución aunque no exista una estructura natural en los datos, el orden de los casos influye en el modelo final y la generalización de la solución va a depender de distintos factores (variables, medida de distancia y método de aglomeración), por lo que sería conveniente explorar en el futuro el rendimiento de otras técnicas de clasificación y segmentación.
Fundación Universitaria Behavior & Law – Club de Ciencias Forenses
Traducción y edición: Leticia Moreno