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Prevenir futuros crímenes. Club Ciencias Forenses.
Prevenir futuros crímenes. Club Ciencias Forenses.

Estimados suscriptores y seguidores del Club de Ciencias Forenses, en esta ocasión les proponemos un resumen del artículo “La prevención de futuros crímenes: identificación de marcadores de tentativas reales y falsas”, de los autores Pär Anders Granhag de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) y del Norwegian Police University College (Noruega) y Erik Mac Giolla de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), sobre la veracidad y falsedad de las tentativas criminales y su posible identificación.

El PreCrime en Washington DC, es una unidad policial especializada que detiene a los criminales antes de que ejecuten sus ataques. Esta unidad de gran éxito actúa en base a informes sobre el conocimiento psíquico previo de las intenciones criminales. En este artículo se lleva a cabo una revisión de la investigación empírica acerca del estudio psico-jurídico de las intenciones. La investigación en psicología social define la intención como el estado mental que precede a una determinada acción. Así pues, en un interrogatorio, se puede decir que una intención real es la declaración de un sospechoso sobre sus propios futuros actos que realmente tiene la intención de llevar a cabo. Una falsa intención, por el contrario, es una intención manifestada que no se va a llevar a cabo. Por lo tanto, la investigación debería centrarse en la identificación de marcadores de intenciones reales y falsas.

Numerosos estudios han analizado el uso de técnicas fisiológicas de medición para distinguir las intenciones. Entre las diferentes técnicas examinadas se encuentran la toma de imágenes térmicas, el seguimiento del movimiento ocular y la medición de la conductancia de la piel y los ERP (Potenciales Relacionados con Eventos). La toma de imágenes térmicas podría ser un método apropiado para una exploración rápida y fiable de las intenciones, ya que los mentirosos suelen evidenciar un calentamiento instantáneo alrededor de los ojos. Del mismo modo, la temperatura de la piel de los mentirosos aumenta significativamente durante el interrogatorio. No obstante, dadas las discretas tasas de precisión de esta técnica, no resulta muy adecuada. Por otro lado, se ha querido probar la creencia popular, derivada de “la programación neuro-lingüística”, de que cuando se miente los ojos se mueven hacia la derecha, ya que se crea la mentira en ese lado del cerebro. Sin embargo, los resultados no apoyan tal afirmación. En otro estudio realizado, se analizó el contacto visual establecido por individuos que mienten e individuos que dicen la verdad. Así pues, los mentirosos establecen más contacto visual que los que dicen la verdad. Sin embargo, no existen diferencias significativas respecto al acto de apartar la mirada. Respecto al CIT (Concealed Information Test), su propósito es distinguir entre la ausencia y la presencia de información en la memoria a largo plazo de un sospechoso. Al sospechoso se le presenta una lista de elementos (por ejemplo: un listado de las posibles armas homicidas), siendo sólo uno de ellos relevante al caso. Se prevé, por lo tanto, que el culpable reaccione de manera diferente en comparación con los elementos irrelevantes. Los CIT basados en ERP (CIT basado en la P300), se han extendido asimismo a las intenciones con resultados prometedores.

El aIAT (Autobiographical Implicit Association Test) se centra en recuerdos de acontecimientos autobiográficos en lugar de en las actitudes. La investigación muestra que el aIAT puede distinguir con éxito entre dos manifestaciones autobiográficas contrarias, una verdadera y otra falsa. El aIAT consiste en comparar esas declaraciones contrarias desconocidas con manifestaciones verdaderas o falsas conocidas. De este modo, deberían darse tiempos de respuesta más rápidos (RTs) en las comparaciones congruentes (declaración verdadera conocida/declaración verdadera desconocida), que en las comparaciones incongruentes (declaración verdadera conocida/declaración falsa desconocida). A pesar de que los estudios sobre el aIAT y las intenciones carecen del elemento forense, se podrían considerar las posibles aplicaciones de este enfoque. En cuanto a la posibilidad de falsear el IAT, las primeras investigaciones sugieren que es bastante resistente a la falsificación, al menos cuando no se tiene información acerca de los principios básicos de la prueba. Sin embargo, estudios más recientes, ponen en duda estos resultados iniciales, demostrando que son suficientes unas sencillas instrucciones para poder falsearlo. Por otra parte, los objetivos influyen en cómo nos involucramos e interaccionamos con nuestro entorno. Al relacionar intenciones y objetivos se ha desarrollado un nuevo enfoque para el estudio de las intenciones basado en el comportamiento dirigido a un objetivo. Dado que una verdadera intención implica el deseo y compromiso de llevar a cabo una futura acción, una intención real implica la activación de un objetivo de conducta. Las falsas intenciones, sin embargo, no van a ser realmente llevadas a cabo. No hay compromiso de realizar la futura acción. Por lo tanto, no se genera ningún objetivo de conducta. En cuanto al SLT (Sheffield Lie Test), conlleva la manipulación de la compatibilidad estímulo-respuesta, donde los ensayos compatibles producen tiempos de respuesta más rápidos y los ensayos incompatibles producen tiempos de respuesta más lentos.

La entrevista estratégica ofrece una alternativa viable a las medidas fisiológicas e implícitas vistas hasta ahora. En los últimos años, se han aplicado asimismo los métodos de entrevista estratégica a las intenciones reales y falsas con resultados prometedores. Hasta la fecha, se han evaluado dos técnicas: el Uso Estratégico de la Evidencia (SUE) y la estrategia de las preguntas inesperadas. La técnica SUE se basa en estrategias de contra-interrogatorio. Los que dicen la verdad se mostraran más comunicativos durante la entrevista, mientras que los mentirosos serán más cautelosos. En cuanto a la estrategia de las preguntas inesperadas, está diseñada para realizar preguntas que el entrevistado no tenía planeadas. Estas preguntas están diseñadas de manera que los que dicen la verdad pueden recurrir a su memoria para recordar una respuesta, mientras que los mentirosos tienen que fabricar las respuestas sobre la marcha. El objetivo es aumentar la carga cognitiva de los mentirosos, para diferenciar las declaraciones reales de las falsas. Por otra parte, uno de los objetivos principales de los estudios realizados es la planificación. La planificación es una parte inherente de muchas intenciones. Por lo tanto, se asume que las personas con verdaderas intenciones han planificado hasta cierto punto su declaración. Otro interesante complemento a los métodos estratégicos de entrevista consiste en el uso de indicaciones sutiles. Se trata de preguntas estratégicamente formuladas, pensadas para estimular las tendencias que son más propias de los que dicen la verdad. Según el concepto de “cerebro prospectivo”, la información almacenada en el cerebro se puede utilizar para imaginar, simular y predecir posibles acontecimientos futuros. El concepto de pensamientos episódicos futuros (EFT), se refiere a la capacidad para simular mentalmente hipotéticos escenarios futuros, centrándose en las imágenes mentales que los acompañan. Es importante destacar que los EFT están estrechamente vinculados a las intenciones. Son además concurrentes con la planificación y, como se ha señalado anteriormente, la planificación se considera una parte inherente de muchas intenciones (reales). La formación de verdaderas intenciones debería implicar más EFT en comparación con la formación de falsas intenciones.

La revisión de la investigación psico-legal existente sobre intenciones reales y falsas muestra una gran variedad de enfoques a nivel teórico. La investigación sobre las metas/objetivos ofrece al menos dos direcciones para el estudio de las intenciones. La primera se refiere a los distintos indicadores de comportamiento dirigido a un objetivo y cómo las intenciones activan esos objetivos conductuales. El segundo enfoque se refiere a la investigación acerca de la consecución de logros que se ha centrado en la denominada falta de conducta intencional. Una línea de investigación actual muestra un ejemplo apropiado de cómo el desarrollo de la teoría puede ayudar a la investigación sobre intenciones verdaderas y falsas. El punto de partida fue el hallazgo de que el cumplimiento de las intenciones es menos probable que se produzca cuando no existe un objetivo relacionado. Esto condujo a examinar si la existencia del cumplimiento de las intenciones podría ser utilizado como un indicador de veracidad: es decir, ya que únicamente los que dicen la verdad tienen un objetivo, deberían ser más propensos que los mentirosos a poner en práctica sus intenciones. Hasta la fecha, el foco principal de la investigación ha sido encontrar maneras de discriminar declaraciones veraces que relatan una actividad futura no criminal de declaraciones que relatan una actividad lícita que oculta un futuro acto criminal. Así pues, los resultados de la investigación pueden ser útiles tanto en la fase previa a la investigación como en la fase de investigación. Se podrían asimismo combinar algunos de los métodos revisados de forma secuencial. Es importante señalar que es poco probable que la investigación sobre intenciones reales y falsas proporcione herramientas de diagnóstico con perfectas capacidades de discriminación. Más bien, el objetivo es crear métodos basados en la evidencia que se puedan aplicar. Es complicado que este enfoque más modesto de aplicación de la investigación desarrolle técnicas para hacer juicios de veracidad inequívocos, pero puede aumentar la probabilidad de hacer evaluaciones correctas. Esto a su vez debería aumentar la calidad general de las operaciones de seguridad con importantes beneficios a largo plazo.

Fundación Universitaria Behavior & Law – Club Ciencias Forenses.

Traducción y edición: Leticia Moreno

El Lenguaje de los Psicópatas. Club Ciencias Forenses.
El Lenguaje de los Psicópatas. Club Ciencias Forenses.

Estimados suscriptores y seguidores del Club de las Ciencias Forenses, esta semana les ofrecemos un resumen del artículo “Hambre de lobo: Un análisis de los patrones lingüísticos del lenguaje de los psicópatas”, de los autores Jeffrey T. Hancock de la Universidad Cornell (EE.UU.) y, Michael T. Woodworth y Stephen Porter de la Universidad de Columbia Británica (Canadá), sobre las características lingüísticas de un psicópata.

Las palabras pueden revelar importantes conocimientos sobre el funcionamiento psicológico incluidos la depresión, la personalidad, e incluso si una persona está mintiendo. Una creciente linea de investigación sugiere que los patrones sutiles en la selección de palabras pueden revelar los procesos cognitivos y emocionales subyacentes, en gran parte debido a la operación automática y no consciente de la producción del lenguaje que está estrechamente relacionada con los estados y las dinámicas psicológicas básicas. Se puede obtener una comprensión más depurada de las particulares características psicológicas a través de programas de análisis estadístico de textos que analizan de manera eficaz una diversidad de variables lingüísticas. Aunque este tipo de investigación plantea que la psicopatología puede reflejarse en los estilos lingüísticos idiosincrásicos, existen pocos análisis de relatos de psicópatas. Los psicópatas poseen combinaciones específicas de características cognitivas, sociales y emocionales que los diferencian de la población general. Demuestran una tendencia totalmente egoísta y un profundo déficit emocional, como se evidencia en estudios de psicofisiología, neurología y conducta. Los psicópatas suelen ser hábiles conversadores y emplean el lenguaje para mentir, atraer, y en última instancia “utilizan” a los demás para obtener un beneficio material, drogas, sexo o poder. A pesar de esta habilidad aparente, estudios previos han revelado que el lenguaje del psicópata parece ser, sorprendentemente, menos coherente que el de los no psicópatas. Se ha podido observar, que el discurso de los psicópatas suele ser más accesorio e incoherente. El presente estudio es el primero en analizar únicamente las cualidades específicas del lenguaje psicopático utilizando unas sofisticadas herramientas de análisis estadístico de textos.

Usando estas herramientas, se han examinado las características lingüísticas de los psicópatas (al relatar sus crímenes violentos) en tres características principales: su naturaleza instrumental, material único y necesidades socioemocionales y déficit emocional. En primer lugar, parece que los psicópatas ven el mundo y a los demás de una manera instrumental. Sería interesante comprobar si su orientación instrumental se refleja en su discurso con un lenguaje más obvio y enfocado a sus actos criminales, con un uso relativamente elevado de conjunciones subordinadas (“porque”, “puesto”, “como”, “por lo que”). En segundo lugar, se supone que los psicópatas tienen impulsos y necesidades socioemocionales especiales que podrían dar lugar a patrones lingüísticos particulares. En tercer lugar, los psicópatas evidencian un déficit generalizado en su capacidad para interpretar y experimentar la emoción. Se ha investigado por tanto, si este déficit emocional se refleja en varias dimensiones de su lenguaje. El distanciamiento psicológico se relaciona con un mayor uso de formas verbales en pasado y menos formas verbales del presente, y un mayor empleo de artículos o nombres concretos. Se espera que los psicópatas utilicen un lenguaje consistente con el distanciamiento psicológico y que hablen de sus asesinatos como si hubiesen ocurrido hace mucho tiempo y empleando más artículos que los no psicópatas. La muestra se compone de 52 asesinos de género masculino, psicópatas (n=14) y no psicópatas (n=38), encarcelados en centro penitenciarios canadienses, que admitieron sus crímenes y se ofrecieron voluntarios para este estudio. La psicopatía se midió utilizando el Psychopathy Checklist-Revised (PCL-R), el método más ampliamente utilizado para la evaluación de la psicopatía en los últimos 20 años. Mientras estaban siendo grabado tanto en vídeo como en audio, se pedía a los participantes que describieran el acto homicida con el mayor detalle posible. Se han utilizado dos herramientas de análisis de texto para analizar las transcripciones. La primera es el programa de análisis de corpus Wmatrix, empleado para comparar las partes del discurso y analizar los conceptos semánticos en los corpus de los psicópatas y del grupo control. La segunda herramienta de análisis de texto es el Dictionary of Affect in Language (DAL), un programa que se usa para examinar el estilo afectivo de las palabras.

Se espera que los psicópatas muestren patrones lingüísticos únicos relacionados con su visión del mundo instrumental, sus necesidades fisiológicas primitivas, y su profundo déficit emocional, al describir un suceso autobiográfico importante (un homicidio). Generalmente, los resultados han sido consistentes con las predicciones; las narraciones de los psicópatas contienen una mayor instrumentalidad y más aclaraciones, enfocadas en la auto-preservación y la necesidades corporales, y con más interrupciones del habla, orientadas hacia el pasado, y con menos intensidad emocional en comparación con los delincuentes no psicópatas. Es importante destacar que estas diferencias en el estilo están probablemente fuera del control consciente y son difíciles de alterar intencionalmente en un discurso. El primer hallazgo, es que los psicópatas son más propensos a utilizar un lenguaje aclaratorio y enfocado a sus actos criminales, con un nivel relativamente alto de conjunciones subordinadas, lo que indica más afirmaciones de causa-efecto. Este patrón sugiere que los psicópatas probablemente consideran el crimen como un resultado lógico de un plan, consistente con que su violencia es más instrumental y está más motivada por los objetivos que la de otros delincuentes. En segundo lugar, se ha descubierto que los psicópatas usan aproximadamente dos veces más palabras relacionadas con las necesidades fisiológicas y de autoconservación básicas al describir su violencia que sus homólogos. Por otra parte, los delincuentes no psicópatas utilizan un lenguaje más relacionado con las necesidades sociales. Este patrón es consistente con el hecho de que la conceptualización de los psicópatas está centrada en las necesidades más básicas o en una etapa más temprana del desarrollo del yo. Los resultados, sin embargo, también pueden simplemente reflejar que son más propensos a recordar detalles accesorios del asesinato (como lo que comieron ese día) que los no psicópatas que suelen recordar los detalles más centrales del homicidio. Otro hallazgo importante se refiere al contenido emocional de los relatos. Era de suponer que los psicópatas describieran el horrible acto de manera fría, sin emociones, consistente con el conocimiento teórico y empírico existente. Así pues, los individuos con altas puntuaciones en el Factor 1 del PCL-R (rasgos afectivos/interpersonales) describen el crimen con menor intensidad emocional y utilizan asimismo un lenguaje menos emocionalmente agradable, lo que demuestra efectivamente la naturaleza más oscura de su personalidad. El hecho de que los psicópatas sitúen el asesinato lejos en el pasado puede ser consistente con la idea del distanciamiento emocional, tal y como se observa por el incremento en el uso de formas verbales del pasado pero no de formas verbales del presente. Por otra parte, los no psicópatas pueden visualizar y describir el suceso en el presente. No obstante, el principal hallazgo es que el lenguaje del psicópata contiene considerablemente más interrupciones del habla. La específica tarea de describir un intenso suceso “emocional” a otra persona de manera que parezca apropiado (gestión de la impresión) puede producir una mayor carga cognitiva en el psicópata, lo que da lugar a un habla menos fluida y coherente. Sin embargo, existen algunas limitaciones que deben tenerse en cuenta en la interpretación de los resultados. En primer lugar, el análisis estadístico de textos se ha llevado a cabo con narraciones relativas a un tipo de suceso (un homicidio), evidentemente, un tipo inusual de suceso en términos de tasas de referencia y contenido emocional. En segundo lugar, se pidió a los delincuentes que describieran un suceso que no fue grabado. Por lo que es probable que algunos de los sujetos no fueran del todo sinceros acerca de los detalles del suceso. En resumidas cuentas, el análisis del lenguaje de los psicópatas revela que describen sucesos emocionales intensos (sus crímenes) de una forma peculiar. En relación con otros individuos, sus relatos contienen más afirmaciones de causa-efecto, más referencias a necesidades fisiológicas básicas, son menos emocionales y menos positivos, muestran un desapego emocional al usar más tiempos en pasado, y revelan una gran falta de fluidez que sugiere que la tarea es cognitivamente exigente. En general, estos resultados abren una nueva ventana a la mente del psicópata, permitiendo deducir que la visión del mundo de un psicópata es fundamentalmente diferente del resto de la especie humana.

Fundación Universitaria Behavior & Law – Club de Ciencias Forenses

Traducción y edición: Leticia Moreno

Modelo de diátesis-estrés aplicado al fenómeno del bullying.
Bullying. Club Ciencias Forenses.

Estimados suscriptores y seguidores del Club de las Ciencias Forenses, esta vez les presentamos un resumen del artículo “Entendiendo la Psicología del Bullying: hacia un modelo de diátesis-estrés socio-ecológico”, de las autoras Susan M. Swearer de la Universidad de Nebraska-Lincoln (EE.UU.) y Shelley Hymel de la Universidad de Columbia Británica (Canadá), que trata sobre el fenómeno del Bullying.

El bullying es una forma única pero compleja de agresividad interpersonal, que toma muchas formas, tiene distintas funciones y se manifiesta en diferentes tipos de relaciones. La Teoría Ecológica Social define el desarrollo humano como una interacción bidireccional entre los individuos y los múltiples ámbitos en los que operan: en el hogar, el barrio, la escuela, la comunidad y la sociedad. Por lo tanto, la conducta de bullying no es sólo el resultado de características individuales, sino que está influida por las relaciones con compañeros, familia, maestros, vecinos, y por las influencias sociales (medios de comunicación, tecnología). Los jóvenes pueden ser testigos de bullying (espectadores), sufrirlo (víctimas), y cometerlo (acosadores) dependiendo de la situación y/o el momento. Se ha podido demostrar que las víctimas habituales muestran niveles elevados de depresión, trastorno de hiperactividad con déficit de atención, y ansiedad, mientras que los acosadores habituales poseen mayores niveles de ansiedad, y los que pasan de victimas a acosadores manifiestan más ansiedad, depresión y somatización. En este artículo, se defiende una perspectiva socio-ecológica del bullying y se propone la aplicación de un modelo de diátesis-estrés que puede mejorar la comprensión de la dinámica del bullying entre niños y jóvenes.

En cuanto a los factores individuales, el bullying se ha asociado con rasgos de crueldad-insensibilidad, tendencias psicopáticas, fomento de rasgos masculinos, problemas de conducta, rasgos de personalidad antisocial, susceptibilidad a la presión de grupo, ansiedad y depresión. Ser victima de bullying se relaciona con una mala salud física y mala adaptación escolar, infelicidad, inseguridad, absentismo escolar, pobre desempeño y, en algunos casos, abandono escolar. La victimización también se relaciona con una serie de dificultades de internalización y externalización, entre ellas la soledad y el abandono, la ansiedad y la evitación social, la depresión y la ideación suicida, así como la hiperactividad, la delincuencia y la agresividad. Las víctimas suelen ser asimismo menos populares, menos aceptadas, y más rechazadas por sus compañeros. Lamentablemente, la naturaleza causal de estas relaciones no está clara. Una serie de características familiares se relacionan con la comisión del bullying, incluyendo la implicación de familiares en pandillas, pobre supervisión de los padres, entorno familiar desfavorable, conflicto entre los padres, violencia doméstica, pobre comunicación con los padres, falta de apoyo emocional de los padres, padres autoritarios, disciplina inapropiada, y abuso de los padres. Aunque estos resultados son consistentes con la idea de que un modelo agresivo y una pobre supervisión de los padres contribuyen al bullying, la causalidad no ha sido establecida y el impacto de la familia tras controlar las influencias hereditarias aún no está claro. Los jóvenes pasan gran parte del día interaccionando con sus compañeros en las escuelas, barrios, comunidades, y a través de los medios sociales, y las conductas de bullying casi siempre ocurren entre compañeros. El bullying y la victimización suelen surgir en aulas caracterizadas por normas entre compañeros que apoyan el bullying, y por el gran conflicto entre compañeros. La relación con compañeros agresivos también se asocia con una mayor comisión de bullying, como la victimización de compañeros, y las relaciones negativas. Una vez más, sin embargo, la relación causal sigue siendo difícil de determinar. Una de las influencias de pares más ampliamente investigada acerca del acoso escolar es la de los testigos. Sin embargo, a menudo estos responden de una forma que incita el acoso más que lo desalienta. Por tanto, muchos se centran en los testigos como recurso fundamental para las acciones anti-bullying, destacando el apoyo de los compañeros como elemento clave. Por desgracia, con la edad, los testigos se vuelven cada vez más pasivos en sus respuestas y menos propensos a defender a las víctimas. Se ha estudiado más el bullying en el contexto escolar, y el impacto del ambiente positivo o negativo de la escuela en la frecuencia del acoso y la victimización. La relación entre el ambiente escolar y el bullying/victimización puede ser bidireccional, sin embargo, un ambiente escolar negativo contribuye al acoso y viceversa. Más allá de la familia, los compañeros y las escuelas, está la influencia de la comunidad y la sociedad en general, con mayores indices de bullying asociados a barrios desfavorecidos o peligrosos, pertenencia a una pandilla y pobreza. Las investigaciones han vinculado igualmente la comisión del bullying con la exposición a la televisión y a los videojuegos violentos. Tal y como plantean estos hallazgos, el acoso y la victimización no ocurren por separado. Sino que, el bullying se produce por complejas interacciones entre individuos y contextos, tanto de manera próxima (familia, compañeros, ambiente escolar) como distante (influencias sociales, culturales). En consecuencia, es necesario enfocar varios sistemas con el fin de que los programas de prevención e intervención del bullying sean eficaces.

Para entender cómo el acoso/victimización producen resultados tan diversos, se ha considerado un modelo de diátesis-estrés, destacando el enfoque socio-ecológico. Este modelo propone que la psicopatología se produce como resultado de la combinación de vulnerabilidades (diatésis) cognitivas personales o biológicas y ciertos estresores ambientales. Un ejemplo bastante claro de la posible aplicabilidad del modelo de diátesis-estrés a los resultados asociados con el estrés de la victimización entre compañeros considera el impacto de la vulnerabilidad biológica. De acuerdo con el modelo, recientes investigaciones sobre los factores biológicos que subyacen a la depresión han documentado el papel moderador que desempeña el gen transportador de la serotonina, 5-HTTLPR, en la relación estrés-depresión. Ampliando el modelo de diatésis-estrés de depresión hacia la comprensión de la victimización entre compañeros en la infancia, los investigadores han demostrado que los niños víctimizados con el alelo muy corto son más propensos a la depresión que los que tienen el alelo muy largo. Concretamente, se ha descubierto que una disposición genética hacia la agresividad pone a los estudiantes en mayor riesgo de maltrato en las aulas donde las normas rechazan las conductas agresivas, pero parecen funcionar como factor de protección, reduciendo la probabilidad de victimización, cuando se trata de aulas con normas que favorecen la agresividad. Por lo tanto, el modelo de diátesis-estrés, en combinación con un marco socio-ecológico, facilita la comprensión de la victimización entre iguales, pero ¿Qué pasa con la perpetración del bullying? El modelo de diátesis-estrés tiene en cuenta la interacción de las vulnerabilidades individuales, los estresores vitales y la agresividad. Existen al menos dos líneas de investigación que demuestran la utilidad de la aplicación de los modelos de diátesis-estrés para la comprensión del bullying: una tiene en cuenta la posible vulnerabilidad biológica (tendencia hereditaria a la psicopatía) y la otra la vulnerabilidad cognitiva (capacidad de desconexión moral). Con respecto a la primera, se ha demostrado que la perpetración del bullying esta relacionada con rasgos de crueldad-insensibilidad y la voluntad de manipular a los demás para el beneficio propio. Así pues, un modelo de diátesis-estrés, considerado dentro de un marco socio-ecológico, puede servir como una heurística útil para la comprensión de la implicación en el acoso escolar y puede proporcionar un mayor entendimiento de los resultados de las investigaciones sobre el fenómeno del bullying.

De acuerdo con los modelos de diátesis-estrés, el desarrollo de problemas psicológicos se produce por la interacción de las vulnerabilidades biológicas y cognitivas y las experiencias vitales estresantes. La implicación en el bullying es un acontecimiento vital estresante, influenciado por múltiples factores sociales estresantes. Sin embargo, la presencia de factores sociales estresantes no explica completamente la manifestación de problemas psicológicos como la depresión, la ansiedad y la agresividad. La diátesis cognitiva es una lente distorsionada a través de la cual los individuos interpretan los sucesos vitales. Las creencias sobre el yo, el mundo y el futuro se fijan con las experiencias tempranas, a pesar de que las estructuras cognitivas estables empiezan a consolidarse alrededor de los 9 años de edad. Un autoconcepto negativo resulta ser un elemento crucial en la predicción del bullying, como acosador y como víctima. El modelo socio-ecológico tiene en cuenta las interconexiones en el mundo del niño, y el modelo de diátesis-estrés permite una comprensión de la complejidad de los factores de estrés y de riesgo/protección que influyen en el acoso. Sin embargo, el modelo integrado propuesto es principalmente aplicable en los casos en los que el bullying acarrea importantes problemas psicológicos y de salud mental. En futuras investigaciones sería necesario probar la aplicabilidad de este modelo integrado, y que esto ayude a estimular este tipo de investigación y mejorar los esfuerzos para comprender y abordar la complejidad del fenómeno del bullying entre los jóvenes.

El Estado Islámico Emergente. Club Ciencias Forenses.
El Estado Islámico Emergente. Club Ciencias Forenses.

Estimados suscriptores y seguidores del Club de las Ciencias Forenses, en esta ocasión les sugerimos un resumen del artículo “El Estado Islámico emergente: el terror, la territorialidad y el programa de transformación social”, del autor Yosef Jabaree del Instituto Tecnológico de Israel (Israel), sobre los efectos del surgimiento del Estado Islámico en el medio oriente.

Recientemente, el mundo ha sido testigo de la aparición de un nuevo fenómeno geopolítico: la declaración de los Estados islámicos por organizaciones islámicas específicas. Este fenómeno tiene el potencial de transformar radicalmente la configuración geopolítica del Medio Oriente y de tener efectos de largo alcance a nivel global. El más destacado, sin embargo, ha sido sin duda la declaración en junio de 2014 de la organización del “Estado Islámico” como un “Califato” que cubre grandes áreas de Siria e Irak. Originalmente establecido en 2006, el Estado Islámico goza de gran popularidad entre un gran número de musulmanes en Europa, Oriente Medio y otros países musulmanes. El Estado Islámico ha sido la más poderosa organización de este tipo que ha surgido hasta el momento, y sus éxitos territoriales y su absoluta brutalidad han atraído la atención internacional. El objetivo de este artículo es examinar los aspectos territoriales del Estado Islámico y discernir lo que lo hace único y excepcional en comparación con las muchas otras organizaciones políticas islámicas que han surgido en los últimos años. Este artículo se basa en la premisa de que la territorialidad genera espacios socioespaciales, políticos y “poblados de ideologías”, y lejos de ser “meros contenedores físicos”. Con el fin de facilitar una mejor comprensión de la territorialidad, se distinguen aquí dos grandes dimensiones: concepciones de territorialidad y tácticas de territorialidad. La concepción de territorialidad se refiere a la manera en que los Estados y todas las demás entidades políticas conciben la territorialidad. Tales representaciones de territorialidad son siempre abstractas y conceptuales e incorporan la ideología y el conocimiento, que se proyecta sobre la realidad social y el territorio con el fin de transformarlos. La segunda es la dimensión táctica, que son las tácticas utilizadas para alcanzar la territorialidad concebida. Refleja principalmente la subordinación de los recursos para fines políticos, con el objetivo de dar forma, producir, reproducir y controlar los territorios específicos. En este artículo, se sostiene que el Estado Islámico plantea un desafío tanto para las dimensiones conceptuales y tácticas del territorio actual como para la territorialidad de los estados modernos. Sin embargo, aunque su concepción de territorialidad puede ser ampliamente compartida por otras organizaciones políticas islámicas, su singularidad radica en sus tácticas y estrategias. De hecho, son las brutales tácticas del Estado Islámico lo que no aceptan muchos musulmanes de todo el mundo, no su concepción política, que goza de un considerable apoyo.

El análisis de la territorialidad del Estado Islámico se puede dividir en los siguientes tres principales temas: La Ummah imaginada y el retorno del califato. El Estado Islámico invoca una imaginación utópica específica de la resurrección de la ummah musulmana (nación) y el Califato (imperio islámico). Rechaza el estado-nación moderno y los estados creados durante el período colonial y en su lugar pide un retorno del Califato de la ummah islámica, que trasciende el nacionalismo y la raza. En este contexto, miles de musulmanes “yihadistas” de todo el mundo se han unido para participar en el establecimiento de un nuevo “Estado Islámico” con un programa social, territorial y político. El Estado Islámico rechaza el nacionalismo y el tribalismo en favor de la ummah utópica del islam. Rechaza firmemente el nacionalismo árabe. Los períodos coloniales y post-coloniales que siguieron el Califato se perciben por los pueblos árabes y musulmanes como una era de destrucción y humillación. Por esta razón, muchas organizaciones islámicas, desde los inicios de la época colonial a principios del siglo XX, han planteado el renacimiento de esta “imaginada ummah de los musulmanes”, el retorno del califato y el gobierno islámico basado en la sharia como principales objetivos geopolíticos de su programa político. El estado seguiría la ley de la sharia islámica, que abarca todos los asuntos de los individuos y la sociedad en general, de la administración del gobierno, los derechos y deberes de los ciudadanos, el sistema judicial, las leyes de la guerra y de la paz y las relaciones internacionales. En este sentido, el Estado Islámico reformula y recuerda estos objetivos. No los crea. Desterritorialización y reterritorialización del patrimonio geopolítico colonial. El Estado Islámico considera las fronteras que fueron establecidas por las potencias occidentales a principios del siglo XX en el Medio Oriente y África “fronteras imaginarias” que deben ser “destruidas” y desmanteladas. El Estado Islámico ha logrado ocupar grandes extensiones de Irak y Siria. Transformación social y prácticas cotidianas. Para lograr la transformación social que busca, el Estado Islámico utiliza un lenguaje y una terminología específicos y se esfuerza por afectar profundamente a la vida cotidiana de las personas en el territorio que controla. La idea fundamental de sus prácticas de gobierno hasta ahora ha sido la de instituir costumbres cotidianas basadas en la ley islámica (La Sharia) según la interpretación del Estado Islámico. Desde la perspectiva del Estado Islámico, abarcan todos los aspectos de la vida social, cultural, espiritual y económica, desde el nacimiento hasta la muerte. La Sharia es un plan de vida completo y un orden social generalizado en el que nada es superfluo y nada falta. El análisis del enfoque táctico y estratégico de territorialidad del Estado islámico se puede dividir en los siguientes dos temas: La conquista de los estados fallidos. Una estrategia territorial fundamental del Estado Islámico ha sido la conquista de Estados fallidos en la región. Al igual que Al-Qaeda, el Estado Islámico se ha aprovechado de las condiciones ruinosas estatales y de gobierno en Irak para establecer el control sobre gran parte del país. Jihad y violencia brutal. El Estado Islámico promueve el uso de una violencia excesiva y actos de terror contra las personas y las comunidades en el nombre de la Yihad y la institución de un gobierno islámico. La violencia excesiva y el terror que el Estado Islámico ha estado imponiendo en las zonas bajo su control se ha cobrado la vida de miles de personas, y la gran mayoría de sus víctimas han sido musulmanes. Esta estrategia de horrorizar a individuos y comunidades y aterrorizarlos con decapitaciones y asesinatos en masa es exclusiva del Estado islámico. Muchas organizaciones islámicas han querido transformar políticamente regímenes políticos, pero nunca han llegado a aterrorizar a la gente de esta manera.

Este artículo sostiene que la concepción de territorialidad del Estado Islámico no es excepcional cuando se compara con otras organizaciones políticas islámicas. De hecho, es compartida por los muchos otros partidos políticos islámicos y organizaciones establecidas desde las primeras décadas del siglo XX. Desde el surgimiento de estas organizaciones, las concepciones del califato (el estado), la sharia (la ley), y la ummah (la nación del Islam) han dominado la literatura política islámica. En efecto, son “conceptos orgánicos” compartidos y profundamente adoptados por la mayoría de las organizaciones políticas islámicas modernas. El retorno del califato implica la desterritorialización y el desmantelamiento de los límites actuales (coloniales) y la re-territorialización de las tierras en poder de todos los países musulmanes y más allá. Según el Estado Islámico y otras organizaciones políticas islámicas, se cree que la Sharia engloba la totalidad de los asuntos humanos. En este sentido, la excepcionalidad del Estado islámico no se deriva de su concepción general, sino más bien de sus tácticas de brutalidad y violencia excesiva, que han sido hasta ahora ejercidas principalmente contra los musulmanes. Asimismo, es excepcional en su estrategia de beneficiarse de los estados fallidos y llenar su vacío con una seguridad y administración eficaces. En principio, el Estado Islámico plantea un desafío para el territorio y la territorialidad de los estados modernos, tanto en la concepción como en la táctica. En su concepción de territorialidad, rechaza las fronteras. No limita sus actividades a las fronteras específicas o incluso a las generales, sino más bien aspira a seguir ampliando el califato islámico hasta abarcar el mundo entero. Por otra parte, rechaza igualmente la existencia de “otros” con diferentes actitudes y creencias religiosas. Con el tiempo, la territorialidad del Estado Islámico busca la transformación global del territorio y la sociedad. Con el fin de cumplir su misión, aterroriza a la gente y lleva a cabo actos de violencia extrema. Igual de preocupante son las consecuencias que tienen los objetivos y tácticas brutales del Estado Islámico para el pueblo de Irak y Siria y para la estabilidad de la región como la posible trascendencia para los países con minorías musulmanas significativas en otras partes del mundo.

Fundación Universitaria Behavior & Law – Club de Ciencias Forenses

Traducción y edición: Leticia Moreno

La Autopsia Psicológica. Club Ciencias Forenses.
La Autopsia Psicológica. Club Ciencias Forenses.

Estimados suscriptores y seguidores del Club de las Ciencias Forenses, esta semana les presentamos un resumen del artículo “Aplicación de la Autopsia Psicológica para la Investigación en muertes sospechosas: Un estudio de caso”, de los autores Deepti Puranik de la Universidad de Mumbai (India) y, Priscilla Paul y Rukmani Krishnamurthy de Helik Advisory Limited (India), sobre el uso de la autopsia psicológica como herramienta para la investigación criminal.

La Psicología Forense se encarga de aplicar los principios de la conducta humana y la cognición al sistema legal civil y penal. Es asimismo la disciplina científica que trata de entender los factores que desembocan en la manifestación de la conducta violenta y legalmente inaceptable. Un psicólogo forense siempre trata de entender las causas de la conducta criminal. No obstante, su trabajo está también relacionado con la victimología o la psicología de la víctima. La investigación de una muerte sospechosa es de lejos el trabajo más exigente y quien lo lleva a cabo precisa una amplia información sobre la víctima y las circunstancias que rodean su desaparición antes de emitir una opinión. El conocimiento acerca de la personalidad y comportamiento de la víctima es fundamental para el análisis. El objetivo de la investigación no es probar la causa de la muerte, sino aclarar si se trata de un homicidio, un suicidio o un accidente. La autopsia psicológica es una construcción retrospectiva de la vida del fallecido para comprender mejor la causa de su muerte. Se utiliza para determinar el estado de ánimo de la víctima, a través de entrevistas y análisis de documentos para reconstruir el comportamiento, la personalidad, el estilo de vida, los hábitos y la historia antes de su muerte. La autopsia psicológica es una herramienta de investigación que está más allá de los conocimientos profesionales y la práctica, que requiere unas habilidades, experiencia y formación para evaluar una variedad de factores, incluyendo el comportamiento, los pensamientos, los sentimientos y las relaciones de un individuo que ha fallecido. Hay dos tipos de Autopsia Psicológica: la Autopsia Psicológica por Suicidio (APS) y la Autopsia Psicológica por Muerte Sospechosa (APMS). La APS sirve para identificar qué factores psicosociales han contribuido al suicidio y se realiza cuando la causa de la muerte es indudablemente un suicidio; mientras que la APMS se realiza cuando la causa de la muerte todavía no está muy clara. Las autopsias psicológicas son muy útiles y han sido utilizadas por los sistemas judiciales y las compañías de seguros desde hace años, y ha habido un reciente incremento de su uso por familias a las que su compañía de seguros les ha negado el cobro de una póliza tras la muerte de un familiar. Este artículo trata de resaltar la importancia de la técnica de la autopsia psicológica en el caso de la muerte sospechosa de una joven que se certificó inicialmente como un suicidio, sin embargo fue investigada de nuevo como homicidio debido a las diversas controversias aparecidas.

Una joven de 26 años de edad, fue encontrada colgada del ventilador de techo por su madre. El caso fue declarado inicialmente como suicidio. Sin embargo, su familia insistió en que se trataba de un homicidio y no de un suicidio. Se recurrió entonces a una Autopsia Psicológica por Muerte Sospechosa para comprender mejor el caso y para comprobar las líneas de investigación. El método de la autopsia psicológica implica la reconstrucción de la biografía del fallecido a través de la información psicológica obtenida de documentos personales; registros policiales, médicos y forenses; y relatos en primera persona, ya sea mediante declaraciones o entrevistas con familiares, amigos, compañeros de trabajo, compañeros de la universidad y médicos.
Datos personales: la Srta. XYZ era una mujer de 26 años que vivía sola en Mumbai. Sus padres se separaron cuando ella tenía 5 años y ambos se volvieron a casar. Ella se quedó con su madre durante su infancia y su vida adolescente. Completó su educación secundaria en Australia. Después decidió seguir su carrera en la industria de la moda y de ahí llegó a la India para proseguirla. Se hizo muy famosa en la industria de la moda y recibió varios premios. Estaba considerando también la posibilidad de volver al extranjero para realizar otros cursos. Era una bebedora social, aunque no de forma habitual y nunca había sobrepasado los límites. Además, no había constancia de enfermedad médica significativa. No obstante, se había sometido a un aborto pocos meses antes de su muerte.
Historial psiquiátrico: No se reseñó enfermedad psiquiátrica o enfermedad mental alguna. Tampoco había sufrido nunca una depresión clínica ni tomaba medicación para tratarla. A veces ingería pastillas para dormir.
Factores estresantes del pasado:
Carrera: pasó por muchos altibajos a lo largo de su carrera. En la industria de la moda, las condiciones de trabajo son extremadamente desafiantes y el trabajo puede prolongarse a veces durante 18 a 20 horas. Además, hay que enfrentarse a muchos desafíos y múltiples frustraciones. A pesar de todo, esta joven se enfrentó al mundo sin caer en la depresión o huir de las situaciones.
Relaciones: tuvo anteriores relaciones y pasó por algunas rupturas. Nunca hubo intentos de suicidio. Sin embargo, su actual relación con un aspirante a político era motivo de preocupación. Hubo muchos conflictos y la chica fue verbal, física y sexualmente agredida en varias ocasiones. Incluso fue engañada por su actual novio. Este llegó incluso a forzarla para que abortase.

EL DÍA DEL INCIDENTE:
– Tuvo un buen día y se fue de fiesta con sus amigos. Volvió a casa contenta y se suponía que debía ir a otra cena con otra diseñadora de moda. Se comportó de manera normal durante todo el día.
– Sin embargo, por la noche discutió con su novio por teléfono. Después de un rato fue a casa de este, pero regresó ya que no pudo verle, a pesar de que se encontraba en su casa y ella se dió cuenta.
– Volvió a casa, se puso el pijama y se quitó el maquillaje, media hora más tarde fue encontrada colgada del ventilador de techo en su dormitorio.

ESPECULACIONES:
– Es pertinente señalar que esta joven había pasado por muchas situaciones traumáticas en su vida: la violación, el abuso verbal y físico y el aborto. Sin embargo, se enfrentó a esas situaciones con valentía y se recuperó de ellas demostrando una gran resiliencia. No hay informaciones sobre intentos de suicidio en el pasado.
– No había antecedentes de depresión. Aunque estaba deprimida como se desprende de su diario.
– Con relación a su carrera, según su familia, era feliz y estaba pensando en proseguir estudios superiores. Lo que refleja un pensamiento racional.
– Con respecto a sus relaciones, tuvo dos relaciones serias en el pasado pero ninguna salió adelante y estuvo afligida por ello. En ninguna de esas ocasiones intento suicidarse.
– Con respecto a su relación actual, se la tomaba muy en serio y quería que se estabilizara. No obstante, tuvo muchos disgustos, especialmente cuando fue abusada mental y físicamente y cuando fue forzada a abortar. A pesar de todo, se enfrentó a todas esas situaciones con valentía.
– En relación con el día de los hechos, parecía estar contenta ya que salió de fiesta con sus amigos.
– Podría haber ocurrido alguna situación estresante la noche que tuvo lugar el conflicto entre la pareja. Sin embargo, no existen evidencias de que las consecuencias fueran tan graves como para cometer un suicidio.
– También es importante entender y observar que el motivo para cometer un suicidio todavía no está claro. No parecía estar deprimida, sin duda estuvo deprimida y disgustada muchas veces en su vida, pero jamás intentó suicidarse.
– Además, si realmente se tratase de un caso de suicidio, podría ser un acto impulsivo puesto que: no se encontró nota de suicidio. Por otro lado, si hubiera querido suicidarse por lo sucedido en casa de su novio, lo hubiera hecho inmediatamente después de volver a casa. Sin embargo, cabe señalar que se puso el pijama y se quitó el maquillaje, lo que no encaja con alguien que esté pensando en suicidarse.
– Teniendo en cuenta las cuestiones anteriores, no se puede descartar por completo el homicidio.

Así pues, la autopsia psicológica es una importante y valiosa herramienta de ayuda para la investigación. Este informe proporciona información detallada acerca de la muerte de una persona utilizando diversas fuentes y destapando nuevos puntos que podrían haberse pasado por alto durante la investigación inicial. Esta técnica proporciona a los investigadores una dirección en las muertes sospechosas, tratando así de hacer justicia para la víctima.

Fundación Universitaria Behavior & Law – Club de Ciencias Forenses

Traducción y edición: Leticia Moreno

 

Estimados suscriptores y seguidores del Club de las Ciencias Forenses, en esta ocasión les sugerimos un resumen del artículo “Perfil del incendiario forestal español: aplicación del perfilamiento criminal inductivo”, de los autores Andrés Sotoca y José Luis González de la Unidad Técnica de Policía Judicial de la Guardia Civil (España) y, Santiago Fernández, Dominique Kessel, Olga Montesinos y Miguel Ángel Ruíz de la Universidad Autónoma de Madrid (España), sobre la aplicación de la técnica del perfil criminológico.

El incendio forestal, entendido como “el fuego que se extiende sin control sobre combustibles forestales situados en el monte”, afectando a vegetación que en principio no estaba destinada a arder, supone uno de los problemas ecológicos más importantes en España. La mayoría de los estudios que han abordado este problema ecológico se han centrado, por un lado, en conocer su impacto medioambiental o económico y, por otro, en conocer las causas ambientales (i.e., precipitaciones, temperatura, etc.) que pueden favorecer su aparición. Sin embargo, pocas investigaciones se han ocupado de profundizar en las causas humanas. De hecho, no se conoce mucho acerca de los autores de los incendios forestales, a pesar de que se estima que en nuestro país el 60% de ellos puede tener una causa intencionada (originados por la mano del hombre) y por tanto susceptibles de tratarse de delitos que pueden llegar a ser condenados con penas de hasta veinte años de prisión. Según la Fiscalía General del Estado (FGE), durante el año 2012 los Cuerpos policiales sólo llegaron a identificar a 552 presuntos autores, revelando cifras de esclarecimiento policial muy bajas en comparación con otros tipos de delitos, lo que indica la gran dificultad de identificar a los incendiarios, por lo que cualquier ayuda al respecto es bienvenida. Una de esas ayudas puede obtenerse aplicando la técnica del perfilado criminal, consistente en inferir características identificativas (conductuales, criminológicas, socio-demográficas y de personalidad) de un delincuente analizando las evidencias obtenidas en la escena del delito que ha cometido. A lo largo de su historia, la práctica del perfilamiento se ha enfocado en cuatro grandes modalidades: el enfoque de la investigación criminal (desarrollado en la Unidad de Ciencias de la Conducta del FBI, de tipo principalmente inductivo con aplicaciones a casos individuales), el análisis de las evidencias de conducta (cuyo máximo representante es B. Turvey, de carácter deductivo y aplicado sólo al caso individual), el de la práctica clínica (también principalmente deductivo, a cargo de perfiladores individuales del entorno de la salud mental) y el enfoque estadístico (o claramente inductivo). Habría que añadir asimismo el perfilamiento geográfico. Una buena línea de trabajo consiste en la creación de tipologías (el tradicional perfilamiento de tipo inductivo), de modo que estudiando las características de numerosos hechos criminales esclarecidos y de las personas que los hayan perpetrado se pueda ver si existen tipos de personas que cometen con más probabilidad determinados tipos de hechos. Si es así, cuando el agente policial se enfrente a un nuevo crimen, conociendo su tipología podrá hacerse rápidamente una idea de la persona a la que tiene que buscar, orientando así su investigación. Hoy en día, con el empleo de las técnicas estadísticas multivariantes se pueden construir tipologías con relativa facilidad procesando eficientemente los datos complejos recogidos en variables categóricas habituales en el entorno criminal. En España también se han llevado a cabo estudios al respecto en los últimos años, tratando de construir las tipologías de incendios y de incendiarios propiamente forestales nacionales que mejor puedan ayudar a los investigadores criminales. Para ello se analizarán los datos del año 2011 buscando el número de tipos de incendio (conglomerados) que sea más fácilmente interpretable por los agentes policiales y luego se comprobará si el modelo encontrado se puede validar con los datos de los incendios de años anteriores. En caso positivo se detallarán las características de los autores que estén significativamente asociadas a esos tipos de hechos. De este modo se pretende proporcionar a los agentes unos indicadores que les permitan clasificar los nuevos incendios que se produzcan conforme a una tipología empírica, que llevará asociada, además, el conjunto de características psicosociales del tipo de autor que con mayor probabilidad suele perpetrar cada tipo de incendio.

La muestra utilizada para el estudio es de tipo incidental y está compuesta por 138 incendios forestales cometidos durante el año 2011, en los que se pudo identificar policialmente a su autor. Para recopilar la información relevante tanto del incendio como de sus autores se elaboró un cuestionario “ad hoc”, tras un análisis de las principales variables implicadas en la investigación de incendios y de las características que podrían ayudar a la identificación más rápida de sus autores. Para finalizar, se calcularon los perfiles con todos los cuestionarios recopilados entre los años 2009 y 2011 (401 incendios), cuyas principales características se resumen a continuación:
1. Agrícola. Estos incendios suelen producirse por imprudencias punibles. El autor que suele dedicarse al sector agrícola permanece en el lugar de los hechos cuando llegan los servicios de extinción. El fuego se inicia en un camino, senda o en un área de cultivos cercanos a una zona agrícola, que es la que termina ardiendo. La persona que comete este tipo de incendio suele estar jubilada, por lo que suele tener más de 60 años. Suele ser el propietario de los terrenos y, cuando no es así, los conoce porque suelen ser de familiares o compañeros de trabajo. En la detención suele asumir la responsabilidad del fuego pero no del incendio, porque no tenía voluntad real de provocar un siniestro. Este tipo de persona no suele contar con antecedentes por incendio ni por ningún otro delito.
2. Ganadero/interfase. La motivación de este incendio suele ser también la imprudencia punible, aunque no habría que descartar la venganza. La superficie cercana al inicio del fuego suele ser un matorral o una zona urbana y la zona afectada de uso ganadero o interfase forestal-urbana y ocasionalmente de uso recreativo. El autor de este tipo de incendios suele ser joven (menos de 34 años) y frecuentemente está empleado en el sector de la industria. Normalmente vive en una ciudad y no tiene relación con el propietario de los terrenos. Puede contar con antecedentes penales.
3. Forestal. La motivación más frecuente de los incendios forestales es cometerlos sin sentido aparente, fruto de algún trastorno. Suele prender más de un foco y el punto de inicio más probable suele ser una carretera o un camino cerca de masa forestal, que será la zona que finalmente terminará ardiendo. Normalmente no se encuentran vestigios. Este tipo de autores suelen ser jóvenes (menos de 34 años) que trabajan de manera esporádica y en ocasiones en algo relacionado con el sector forestal. Frecuentemente es analfabeto. El siniestro puede cometerlo bajo el efecto de sustancias, alcohol principalmente. No suele conocer al propietario y ante la detención suele mostrarse asustado y nervioso. Finalmente asumirá su responsabilidad. Suele prender el fuego con un mechero y no habría que descartar incendios en serie.
4. Forestal desde pista. Al igual que el otro tipo de incendio forestal, la motivación suele ser sin sentido aparente o fruto de algún trastorno. El incendio frecuentemente se inicia de noche desde una pista o en el interior de masa vegetal próxima a la masa forestal que es sobre la que se produce el siniestro. La edad del autor suele estar comprendida entre 46 y 60 años, soltero y desempleado o, en caso de trabajar, con mala adaptación al trabajo. No suele haber recibido tratamiento psicológico y el incendio suele producirlo en la misma localidad de su domicilio y/o lugar de trabajo. Probablemente, conoce al propietario de los terrenos y el medio de ignición puede ser un artefacto artesanal. Puede contar con antecedentes penales.
5. Agrícola/cinegético. La motivación más frecuente de este tipo de incendio será la obtención de algún beneficio. Suelen llevarse a cabo con mayor probabilidad en verano y en un día laborable. Normalmente suele prender un solo foco y el autor no permanece en la escena cuando llegan los servicios de emergencia. La edad del autor suele ser de 34 a 46 años, desempleado o trabajador de la construcción. Puede ser analfabeto y su rendimiento académico suele haber sido malo. Puede abusar de sustancias. Suele conocer al propietario de los terrenos porque puede ser su vecino. Ante la detención suele adoptar una postura arrogante, sin asumir su responsabilidad. Puede no tener antecedentes pero sí haber cometido incendios en serie.

En este trabajo se ha propuesto como alternativa el análisis de conglomerados bietápico y análisis de contingencia, que ofreció un modelo de cinco perfiles muy sencillo de entender para el investigador de incendios, destinatario final de esta herramienta. Por otro lado, los cinco perfiles encontrados en esta investigación han mostrado estabilidad con el aumento de nuevos casos y es sencilla la exportación del modelo a dispositivos informáticos (ordenador, tabletas, teléfonos, etc.) por lo que sería plausible su utilización en casos reales sin esclarecer, puesto que el investigador sólo tendría que ir completando las preguntas referidas al hecho delictivo y el dispositivo indicaría las características de la persona que con más frecuencia se asocian a ese tipo de incendio, orientando así sus actuaciones policiales. No obstante, se considera necesario realizar mayor número de estudios puesto que la muestra todavía es pequeña. Por otro lado, no conviene olvidar que aunque estadísticamente se hayan encontrado asociaciones entre determinadas características personales y algunos tipos de incendio, esto no quiere decir que en las investigaciones concretas los autores vayan a reunir todos esos rasgos. Habría que utilizar el perfil de modo semejante al retrato robot, es decir, para que policialmente se tenga una idea aproximada y global sobre como es el incendiario. Finalmente, existen algunas limitaciones a la aplicación de esta técnica: es sólo una técnica descriptiva, ofrece siempre una solución aunque no exista una estructura natural en los datos, el orden de los casos influye en el modelo final y la generalización de la solución va a depender de distintos factores (variables, medida de distancia y método de aglomeración), por lo que sería conveniente explorar en el futuro el rendimiento de otras técnicas de clasificación y segmentación.

Fundación Universitaria Behavior & Law – Club de Ciencias Forenses

Traducción y edición: Leticia Moreno

Factores que conducen a la criminalidad.
Factores de Criminalidad. Club Ciencias Forenses.

Estimados suscriptores y seguidores del Club de las Ciencias Forenses, esta semana les ofrecemos un resumen del artículo “Los factores de la Criminalidad son los Genes, el Temperamento y la Personalidad psicopática”, de los autores Matt DeLisi de la Universidad Estatal de Iowa (EE.UU.) y Michael G. Vaughn de la Universidad de Saint-Louis (EE.UU.), que trata sobre los factores que conducen a la criminalidad.

El estudio de la conducta antisocial grave y violenta ha evolucionado de un enfoque basado en los factores estructurales y medioambientales hasta un nivel individual. La criminología ha empezado a prestar atención a los factores constitucionales que influyen en la autorregulación, el procesamiento emocional, el funcionamiento neuropsicológico y los procesos relacionados. En este trabajo se plantea que las condiciones necesarias para la criminalidad implican características constitucionales básicas y recalca la reciente investigación sobre genes, temperamento y personalidad psicopática. Se centra además en la Evaluación Integral de la Personalidad Psicopática (CAPP) y en el estudio de la posible integración de la genética, el temperamento, y la psicopatía para comprender la criminalidad.

Más allá de los factores de riesgo sociales, existen otros factores que explican la varianza de la agresión, la ira y los problemas de conducta en la infancia. Y esos otros factores son los factores genéticos. Gracias a los numerosos estudios sobre asociación genética molecular existe un amplio conjunto de genes específicos que se han relacionado con la criminalidad. Se ha descubierto que los portadores del alelo G manifiestan más comportamientos antisociales en situaciones de estrés social. Se han revelado asimismo asociaciones significativas entre los genes de la dopamina y el comportamiento antisocial cuando se dan en contextos ambientales que evidencian un control social bajo. Se han hallado recientemente asociaciones significativas entre el gen de la monoaminaooxidasa A (MAOA) y la adversidad en la infancia. Se ha podido demostrar igualmente una relación entre el gen DRD4 y la delincuencia, la ira y la búsqueda de emociones. Es importante recordar que, aunque significativos, los efectos genéticos normalmente son muy escasos y suelen darse en ambientes desfavorecidos. A la larga, el ADN, el ARN y la síntesis de proteínas se expresan en nuestra biología, y lo más importante, en nuestro cerebro. El temperamento es la tendencia estable, en gran parte innata con la que un individuo percibe el entorno y regula sus respuestas hacia él. El temperamento refleja las diferencias básicas en la reactividad del sistema nervioso central que se manifiestan en la varianza en el nivel de actividad, la emotividad y el humor, los comportamientos de acercamiento y retirada, y la autorregulación. Por otro lado, los factores de riesgo genéticos relacionados con el temperamento de la madre biológica interactúan con los factores de riesgo ambientales para influir en los comportamientos desafiantes infantiles. El perfil temperamental ofensivo se asocia especialmente con la insensibilidad y formas más agresivas de problemas conductuales. En resumen, los déficits temperamentales caracterizados por una baja autorregulación, una emocionalidad negativa e intercambios hostiles con otros, proporcionan toda una vida con problemas de conducta. Por lo tanto el temperamento constituye un componente principal de la criminalidad y, afortunadamente se observa en edades muy tempranas para facilitar las intervenciones preventivas. A pesar de que el temperamento refleja la diferenciación biológica básica, generalmente se considera la base sobre la cual descansa la personalidad. La personalidad psicopática, caracterizada por rasgos afectivos, comportamentales, y estilos de vida distintivos, es moderadamente hereditaria e identificable en niños y adolescentes. Asimismo, la antisocialidad es inherente a la psicopatía. Una innovación relativamente reciente pero importante en la bibliografía sobre psicopatía ofrece la posibilidad de integrar todos estos ingredientes básicos para la comprensión de la criminalidad. La Evaluación Integral del Trastorno de Personalidad Psicopática (CAPP) conceptualiza el trastorno en un modelo léxico de la personalidad. El CAPP incluye 33 síntomas que son adjetivos o frases adjetivas que se definen en términos de otros tres adjetivos/frases adjetivas. Estos síntomas se agrupan en seis áreas que representan: 1) apego, 2) regulación o restricción conductual, 3) cognición, 4) dominación o relaciones de estado, 5) emoción y 6) identidad.

Uno de los debates más importantes en psicología se centra en la utilidad de la aplicación de los modelos estructurales de la personalidad para la comprensión de la psicopatía. Los modelos estructurales son las evaluaciones globales de la personalidad que no están centrados en un tema específico, como la antisocialidad o la aptitud profesional. El modelo estructural más conocido es el modelo de los Cinco Factores o comúnmente conocido como los Cinco Grandes (Big Five), que se mide con el NEO-PIR. Esta reciente conceptualización ha encontrado su camino en la psiquiatría, la práctica clínica y correccional. En el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), el Trastorno Antisocial de la Personalidad está compuesto por dos criterios diagnósticos. Es decir, existe un reciente y creciente movimiento hacia la conceptualización de las condiciones antisociales, o más generalmente, de la criminalidad, como un conjunto de rasgos básicos reflejados por constructos de orden superior. En consecuencia la criminalidad está determinada por rasgos de personalidad psicopática (que se encuentran dentro de los rasgos normales de la personalidad), que se apoya en extensiones fisiológicas y psicológicas del temperamento, y es significativamente hereditaria. Las ventajas de un mayor ámbito de investigación empírica es que facilita no sólo nueva conceptualizaciones sino también una poderosa evidencia convergente que puede ser relacionada con mecanismos básicos. Además de para saber la verdad, esto es importante para llevar a cabo intervenciones preventivas que son posiblemente más sostenibles ya que están unidas a procesos causales subyacentes que ocurren a una edad relativamente temprana. Por otra parte, los científicos de prevención también han señalado que muchas intervenciones efectivas son de naturaleza biosocial, que se ajustan muy bien a los elementos básicos de la criminalidad analizados en el presente trabajo. Aunque es cierto que muchas de estas intervenciones necesitan más pruebas y perfeccionamiento, se espera que una base etiológica de conocimiento más fuerte pueda prestarse a una mayor eficacia de las tecnologías de prevención, que pueden ser ampliamente divulgadas para beneficio de todos.

Fundación Universitaria Behavior & Law – Club de Ciencias Forenses

Traducción y edición: Leticia Moreno

Estimados suscriptores y seguidores del Club de las Ciencias Forenses, en esta ocasión les proponemos un resumen del artículo “Mitos y realidades sobre las mujeres terroristas”, de los autores Karen Jacques y Paul J. Taylor de la Universidad Lancaster (Reino Unido), sobre las características que definen a las mujeres terroristas.

El 9 de noviembre de 2005, Muriel Degauque, una belga convertida al Islam chocó contra una patrulla de la policía iraquí y detonó una bomba que mató a cinco personas e hirió a muchas otras. Los profesionales forenses se suelen referir al ataque de Degauque como una “llamada de atención”, no solo porque fue la primera mujer europea en llevar a cabo un ataque de ese tipo, sino porque era una mujer joven con estudios, con una buena educación, y que provenía de una familia y una comunidad que le apoyaba. El historial de Degauque contradice ampliamente las previsiones sostenidas acerca de la participación femenina en el terrorismo, y plantea preguntas acerca de cuál es la mejor forma de tratar este tipo de delincuencia. Su caso evidenció lo poco que se sabe sobre los factores de riesgo asociados a las mujeres que cometen actos de terrorismo.

En este artículo, se responde a esta necesidad probando ocho hipótesis sobre la naturaleza de la implicación femenina en el terrorismo. Estas hipótesis se refieren a tres explicaciones interrelacionadas para la implicación que prevalecen en la literatura actual: en primer lugar, existe un grupo demográfico vulnerable susceptible a la participación; segundo, las circunstancias sociales actúan como motor de la participación; y tercero, la exposición previa a o la implicación en la delincuencia es un precursor dominante para la implicación.

De las hipótesis adelantadas por estas explicaciones, algunas tendrán precedentes, ya sea porque se basan en la investigación relacionada con el terrorismo masculino o porque dependen de los factores de riesgo estáticos y contextuales identificados para otros tipos de delitos. Así pues, al probar estas hipótesis se ha tratado de verificar las explicaciones predominantes sobre los factores asociados a las mujeres terroristas, y al mismo tiempo disipar algunos conceptos erróneos relacionados con este tipo de delincuencia.

Muchos intentos de explicar la implicación en el terrorismo se centran en delimitar un grupo demográfico vulnerable, es decir, un conjunto de factores estáticos y contextuales relacionados con el individuo que aumenta el riesgo de delinquir. Del mismo modo, algunas explicaciones sostienen que las mujeres sin estudios son un grupo demográfico vulnerable al terrorismo debido a su ignorancia y susceptibilidad a un “lavado de cerebro” o su creencia de que el terrorismo es la única vía para ganarse el respeto. Este enfoque sobre la educación está a menudo vinculado a la falta de empleo.

Estas hipótesis interrelacionadas de vulnerabilidad demográfica son admisibles, sin embargo no hay que aceptarlas tal cual. Se ha tratado de proporcionar una prueba más completa de la explicación de vulnerabilidad demográfica probando tres hipótesis: el historial de mujeres terroristas mostrará una prevalencia de mujeres jóvenes, sin estudios y desempleadas. Una segunda explicación acerca de la etiología del terrorismo, no se basa en el individuo sino en las circunstancias sociales. La desconexión de la sociedad y las vulnerabilidades derivadas de esta son algunos de los precursores del terrorismo fundamentales para la comprensión de la delincuencia.

Por lo tanto, se ha examinado el papel de las circunstancias sociales a través de tres hipótesis: la inmigración, la conversión religiosa y la ausencia de matrimonio, se dan con frecuencia en las mujeres terroristas. Una tercera explicación es la exposición a la delincuencia. Existe una relación entre el crimen organizado y la financiación de actividades terroristas. Normalmente, se asocia la idea de que los lazos familiares juegan un papel en la implicación en el terrorismo con esta perspectiva.

Se ha probado la hipótesis predominante de que los vínculos familiares con el activismo son frecuentes en la población femenina terrorista. Así pues, sigue existiendo una falta de comprensión de los factores predominantes en las mujeres que se involucran en el terrorismo. Por tanto, dada la falta de pruebas, se han analizado las anteriores previsiones empleando una muestra amplia y diversa de terroristas femeninas y una muestra de comparación de terroristas masculinos.

Los hallazgos desafían algunos de los estereotipos existentes sobre el terrorismo llevado a cabo por mujeres, así como algunas hipótesis de investigación sobre otros grupos de delincuentes. Por ejemplo, la descripción de una mujer terrorista como un individuo aislado que no tiene apego a un grupo social no es compatible con las bajas tasas de inmigración y soltería halladas. Del mismo modo, el estereotipo de mujer terrorista sin estudios no es consistente con la correlación positiva entre el nivel de educación alcanzado y el número de mujeres que habían alcanzado ese nivel.

Finalmente, el hallazgo de altos niveles de empleo en la muestra actual se suma a la evidencia de los estudios de terroristas masculinos que plantean que las dificultades económicas no son un factor de riesgo importante para el terrorismo. En conjunto, estos resultados se suman a los recientes esfuerzos para identificar las “circunstancias psicosociales” (en lugar de las psicopatológicas) que son comunes a la participación masculina en el terrorismo. De hecho, varios de los factores examinados aquí muestran patrones de relevancia similares en hombres y mujeres.

Tal vez lo más sorprendente es que se han encontrado asimismo muy pocos casos de una implicación previa en delitos tanto en mujeres como en hombres. Esta falta de relación entre delincuencia y terrorismo contrasta con lo que se encuentra normalmente en otros tipos de delitos. ¿Por qué esta discrepancia? Una posible razón que no puede descartarse es la metodología. Es decir, si los terroristas no estaban dispuestos a confesar más delitos, o si ocultaban su actividad criminal a los familiares que proporcionaron los informes biográficos, entonces esa actividad no era registrada en los datos.

No obstante, una segunda posibilidad es que la delincuencia no esté relacionada con el terrorismo. Esto puede deberse a que la delincuencia es una característica indeseable en un potencial terrorista, puesto que puede llamar la atención de las autoridades. O simplemente puede ser que, tener un historial criminal no es un precursor importante para el terrorismo. A pesar de las similitudes entre hombres y mujeres terroristas, sería un error considerar su etiología equivalente. En comparación con sus homólogos masculinos, las mujeres tienen menos probabilidades de estar empleadas, menos probabilidades de ser convertidas, y menos probabilidades de ser inmigrantes. En relación con el matrimonio, también se ha encontrado que las mujeres tienen más probabilidades de ser viudas o divorciadas en comparación con sus homólogos masculinos. Uno de los aspectos en que los datos fueron consistentes con las explicaciones anteriores es en relación con la edad.

Se ha descubierto que aproximadamente el 84% de la muestra tiene entre 18 y 35 años de edad, que es consistente con la idea de que el terrorismo, como muchos otros tipos de delincuencia es un “juego de jóvenes”. Es interesante, sin embargo, que siga existiendo una pequeña minoría de terroristas femeninos y masculinos que tienen más de 35 años. Otro aspecto que coincide con las explicaciones predominantes es en relación al activismo social. Casi un tercio de las mujeres terroristas de la muestra tienen vínculos familiares con el terrorismo, lo que sugiere que el activismo familiar puede desempeñar un papel en la implicación de algunas mujeres.

A pesar de que este estudio es la primera investigación a gran escala sobre terrorismo femenino, la naturaleza de los datos y el tipo de análisis realizado dejan abierta una serie de limitaciones. Una de las limitaciones se deriva del hecho de que los datos se han obtenido de fuentes secundarias. Una segunda limitación de esta investigación se deriva del hecho de que la muestra de terroristas masculinos no siempre coincide por pertenencia a un grupo. Una tercera limitación se deriva del alcance de las variables examinadas. El muestreo de ocho variables solo proporciona una breve reseña de la variedad de factores que pueden influir en la implicación en el terrorismo.

Este estudio ha demostrado que las características sociodemográficas de las mujeres terroristas varían considerablemente, y que esas características no siempre se ajustan a los estereotipos establecidos por los medios de comunicación o a las expectativas generadas por los estudios sobre terrorismo masculino y sobre otros tipos de delitos. En consecuencia, al igual que con otros grupos criminales, los resultados presentados aquí pueden informar acerca de futuros tratamientos e investigaciones que proporcionen una base para la comprensión de la naturaleza de la implicación femenina en el terrorismo.

Fundación Universitaria Behavior & Law – Club de Ciencias Forenses

Traducción y edición: Leticia Moreno

Cómo se enfrenta la Policía a personas con trastornos mentales en su trabajo diario.
Policía y Salud Mental. Club Ciencias Forenses.

Estimados suscriptores y seguidores del Club de las Ciencias Forenses, esta vez les ofrecemos un resumen del artículo “Policía y Salud Mental”, de los autores H. Richard Lamb y Linda E. Weinberger de la Universidad de California del Sur (EE.UU.) y Walter J. DeCuirJr de la Unidad de Evaluación Mental del Departamento de Policía de Los Ángeles (EE.UU.), que trata acerca de cómo se enfrenta la Policía a personas con trastornos mentales en su trabajo diario.

El propósito de este artículo es repasar la bibliografía existente acerca del papel de la Policía en el trato con personas con enfermedades mentales graves que sufren crisis y las cuestiones que surgen a menudo durante la necesaria interacción entre las fuerzas del orden y los profesionales de la salud mental. Con respecto a los enfermos mentales, la Policía tiene la facultad de trasladarlos para su evaluación y tratamiento psiquiátrico cuando existe una causa probable para pensar que son un peligro para ellos mismos o para los demás debido a su condición. Ellos son los responsables ya sea del reconocimiento de la necesidad de tratamiento como de ponerlos en relación con los medios de tratamiento adecuados o determinar que el hecho cometido es la principal preocupación y la persona debe ser detenida. En consecuencia, los agentes han pasado a asumir el papel de “psiquiatras de calle”. Un problema importante que supone cumplir esta función es que la Policía tiene poco entrenamiento en este tipo de situaciones. Así pues, esta falta de formación es uno de los factores que ha contribuido a la criminalización de los enfermos mentales. La policía actúa con total discrecionalidad en el ejercicio de sus funciones, incluyendo la decisión sobre lo que debe hacerse en el caso de tener que tratar con un enfermo mental. En la mayoría de los casos, se emplean métodos informales, como tratar de “calmar” a la persona o trasladarla a su domicilio. En situaciones que no pueden ser manejadas de manera informal, la Policía puede tener que conducirlos a los hospitales o a los calabozos. Sin embargo en algunos casos, esta discrecionalidad se ve limitada, por lo que tanto la evaluación psiquiátrica como el tratamiento se llevarán a cabo mientras la persona está bajo custodia. Se han planteado una serie de factores para explicar por qué, en el caso de delitos menores, un agente de policía decide detener a una persona con problemas mentales en lugar de llevarla a un hospital. Para un agente no es tan evidente determinar si una persona padece un trastorno mental como lo es para un profesional de la salud mental, puesto que a pesar de su experiencia, no ha recibido la suficiente formación. Por otro lado, la Policía es muy consciente de que si refieren un enfermo mental al sistema judicial penal, será tratado de manera más apropiada. Cuando la interacción entre el agente y el enfermo es iniciada por la propia Policía, goza de una mayor discrecionalidad. En estos casos, actúan libremente y resuelven el problema de la forma que consideren adecuada, en base a sus conocimientos. El resultado es que algunos policías son más propensos a arrestar a estas personas, otros intentan que sean hospitalizadas y otros tienden simplemente a dejarlos libres sin otra disposición. A menudo, sin embargo, esta interacción es iniciada por los propios ciudadanos. En tales casos, las demandas de los ciudadanos también pueden entrar en juego y limitar la discrecionalidad de la Policía.

Generalmente, la violencia subyace en la mayoría de las emergencias psiquiátricas. Así pues, la evidencia sugiere que existe un subgrupo de personas con trastornos mentales graves que son significativamente más peligrosos; como son los psicóticos, los que no toman su medicación y los toxicómanos. Este subgrupo plantea un reto considerable tanto para los profesionales de la salud mental como para la Policía. Por lo tanto, es crucial que en situaciones de crisis, tanto la Policía como el sistema de salud mental de emergencia trabajen en estrecha colaboración. Se han desarrollado diferentes estrategias para proporcionar un equipo móvil de la Policía o de profesionales de la salud mental, o ambos para responder a emergencias de este tipo. Muchos partidos judiciales disponen de policías con una formación especial en salud mental que intervienen en situaciones de crisis y actúan como enlaces con el sistema de salud mental. Se denomina a este enfoque el modelo de Memphis. En efecto, estos equipos pueden intervenir en situaciones de emergencia sanitaria o actuar como consultores de los agentes en el lugar de los hechos. Otro plan de acción es la contratación por el propio Departamento de Policía de consejeros de salud mental, que en este caso no serían agentes de policía. Otra estrategia ampliamente aceptada es recurrir, mediante un acuerdo especial con el Departamento de Policía, a equipos psiquiátricos de emergencias constituidos por profesionales de la salud mental que forman parte del sistema sanitario, para responder a situaciones delicadas en el lugar de los hechos. Otro método empleado es el despliegue de equipos integrados tanto por agentes especializados como por profesionales de la salud mental. Los principales objetivos de estos equipos móviles especializados en crisis es resolver el incidente y reducir la criminalización. Una parte fundamental en el desarrollo y mantenimiento de estos equipos móviles especializados es que se debe llevar a cabo una rigurosa y continua evaluación del programa. Además de las alternativas elegidas, las tasas de detención de estos equipos deben ser evaluadas con regularidad para asegurar que se están poniendo en práctica las disposiciones adecuadas y que los centros de salud mental están cooperando en este sentido.

Se ha podido demostrar, que en general, la formación policial es insuficiente para poder identificar y hacer frente a personas con trastornos mentales. Los propios policías consideran que carecen de la formación adecuada para gestionar este segmento de la población. Por lo tanto, esta formación en salud mental es necesaria para todos los agentes, no solo para los que forman parte de los equipos móviles especializados en situaciones de crisis. Además, se debería hacer énfasis en reducir las situaciones que pudieran conllevar el uso de fuerza letal contra personas con trastornos mentales. Por otra parte, probablemente no existe otra situación más difícil para los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley que el llamado “suicidio por policía” o “suicidio asistido por la Policía”. En este tipo de situaciones, un suicida inicia un comportamiento que constituye una amenaza con un arma letal, o con lo que parece ser un arma letal, con la intención de que los propios agentes le disparen en legítima defensa o para proteger a los ciudadanos. En consecuencia, ni el sistema de salud mental ni el sistema policial pueden gestionar las crisis de salud mental de manera eficaz sin la ayuda del otro. Es importante que los agentes de policía sean conscientes de que su función principal sigue siendo el cumplimiento de la ley, aunque posean una formación especial en salud mental. Asimismo, es importante que los profesionales de la salud mental, miembros de los equipos móviles de crisis, no traten de actuar como policías. Para promover aún más la colaboración entre el sistema de salud mental y los departamentos de Policía, deberían realizarse reuniones informativas de forma regular y permanente con representantes de ambas instituciones. Otro elemento importante en la resolución de crisis en las que se ven involucrados enfermos mentales, así como en la reducción de su criminalización, es la disponibilidad de recursos de salud mental apropiados. Existe igualmente la necesidad de mejorar la formación de los agentes en relación a los trastornos mentales, de satisfacer adecuadamente las necesidades de los enfermos mentales, y de saber emplear los recursos de salud mental. Evidentemente, se puede hacer mucho para que ambos sistemas atiendan mejor a las personas con trastornos mentales. En los Estados Unidos, los enfermos mentales han sido asesinados o gravemente heridos en los intentos de manejar las situaciones de crisis sobrevenidas. Estos hechos, con razón, han indignado a la ciudadanía y frustrado a los agentes de la ley y a los profesionales de la salud mental. Así pues, para lograr reducir estos trágicos errores y garantizar una mejor seguridad para todos, se debe favorecer un trabajo eficaz de colaboración entre las fuerzas del orden y el sistema de salud mental.

Fundación Universitaria Behavior & Law – Club de Ciencias Forenses

Traducción y edición: Leticia Moreno

1-clínicaEstimados suscriptores y seguidores del Club de las Ciencias Forenses, esta semana les presentamos un resumen del artículo “Grafología y Grafología Forense”, de los autores Nursel Yalçin y Filiz Gürbüz de la Universidad de Gazi (Turquía), que trata acerca de la relación entre un texto escrito y su autor.

La Grafología no es sólo una disciplina que analiza la personalidad a través de la escritura manuscrita, sino también una disciplina científica que utiliza la escritura en distintos campos. A pesar de ser históricamente un método antiguo, ha sido aceptado como disciplina científica edesd 1970. La grafología se emplea en muchos ámbitos, como los sistemas biométricos de seguridad en tecnologías de la información, el análisis de personalidad en psicología, la selección de personal en las organizaciones, la autentificación e identificación de delincuentes en las ciencias forenses, los servicios de orientación y prácticas similares en educación. La Grafología se basa en el movimiento de la psicología experimental. Aunque ha sido definida como una disciplina que analiza la personalidad a través de la escritura manuscrita, es un método de observación que analiza científicamente la relación entre un texto y su autor, y examina el texto como una expresión de la personalidad de su autor. La escritura es una habilidad motora compleja basada en la neurología y la fisiología. Al igual que la personalidad, la escritura también se va desarrollando. Así pues, la infancia, la adolescencia y la edad adulta se reflejan en la escritura.

En el análisis grafológico es importante identificar los hábitos de escritura. Existen diferentes alfabetos con distintos signos gráficos. Estos hábitos deben tenerse en cuenta en el análisis de la escritura manuscrita. De lo contrario, las características de la muestra pueden ser percibidas como las características personales del autor del texto. Por este motivo se examinan las características estructurales e individuales en el análisis forense de un documento. En el acto de escribir están implicados muchos factores externos que afectan a la escritura. Uno de ellos es el estado de ánimo del individuo. El estado de ánimo afecta a la escritura y puede producir cambios como la regularidad en la escritura, la mala escritura, etc. Otro de los factores que afectan a la escritura son las condiciones físicas. Por ejemplo, una persona no puede escribir de la misma manera cuando hace mucho frío o mucho calor. Incluso el estilo de expresión puede cambiar bajo estas circunstancias. La escritura revela los rasgos de la persona, y estas características no cambian a menos que varíen las condiciones físicas o psíquicas de la persona. A pesar de los múltiples campos de aplicación de la grafología, se han estudiado dos ramas generales. Por un lado, la grafología forense que analiza la autenticidad de un texto o firma y su autoría, y por otro la grafología psicológica que es capaz de determinar los rasgos y el estado mental y físico de un individuo a través de su escritura manuscrita. Aunque ambas ramas examinan las características del autor de un texto, existen diferencias entre la grafología forense y otras áreas de aplicación de la grafología en relación a los factores considerados.

La grafología forense es una de las disciplinas que más se emplea dentro de la Grafología. La grafología forense trata de determinar si un texto o firma es auténtico o quien es el autor de un texto o una firma en un documento. Al escribir un texto o al realizar una firma, los individuos actúan de manera diferente y bajo el efecto de muchos factores como la anatomía de la mano y el brazo, el movimiento de la mano, la estructura de los caracteres, la ocupación y la frecuencia con la que se escribe o firma. Al analizar estas diferencias (o semejanzas), por lo general, se puede determinar quien es el autor del texto o firma examinado o si ha sido ejecutados por la misma mano a través de distintas muestras de escritura o firmas. En los casos presentados ante las autoridades legales, se puede detectar la falsificación de una firma en un documento, en documentos utilizados en relaciones comerciales (letras de cambio, recibos, etc.), en testamentos, en contratos de alquiler de inmuebles, y muchos otros documentos privados y oficiales. Asimismo, la identificación de la autoría de un documento gana importancia en los casos que se someten a las autoridades judiciales y a las fuerzas del orden público, como cartas de suicidio, amenazas o testamentos. En los casos de secuestro o de notas de rescate, delimitar la identificación del sospechoso puede ser fundamental para las fuerzas del orden público, y esta rama de la ciencia puede emplearse en estos casos. La información acerca del género del autor de un documento escrito, para determinar la autoría en Grafología Forense, parece ser importante en la investigación criminal. Del mismo modo, es igualmente importante poder determinar la edad del autor del texto. La determinación del género se aborda discretamente en las investigaciones grafológicas. Pero resulta más complicado determinar la edad que el género. Por otro lado, para determinar la antigüedad de la tinta se tiene que calcular el tiempo transcurrido desde la realización del texto hasta el momento del análisis, pero en estos estudios no se tienen en cuenta las propiedades grafológicas. Se consideran las propiedades de la tinta utilizada en la redacción del texto.

En resumidas cuentas, la grafología es la rama de la ciencia que investiga la relación entre la escritura y su autor, y el análisis de cualquier tipo de relación entre el texto y su autor se encuentra dentro del ámbito de aplicación de esta rama. Se utiliza mayoritariamente en las ciencias forenses. El desarrollo de programas capaces de analizar los manuscritos como lo hacen las técnicas tradicionales, son extremadamente útiles para ahorrar tiempo. Los datos que revelan la relación entre el texto y su autor son muy valiosos para llevar a cabo las investigaciones con mayor rapidez en casos legales. En consecuencia, en estos casos sería necesario desarrollar sistemas biométricos de alta fiabilidad capaces de restringir el número de muestras de escritura a analizar entre las que pertenecen a la persona sospechosa.

Fundación Universitaria Behavior & Law – Club de Ciencias Forenses

Traducción y edición: Leticia Moreno

Club de Ciencias Forenses