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Amigos del Club de Ciencias Forenses, esta semana presentamos el artículo “Dark Triad Personalities, Self-Control, and antisocial/criminal outcomes in Youth” de Pechorro, P.; DeLisi, M.; Gonçalves, R. A.; Braga, T. y Maroco, J. (2021), en el que los autores realizan un estudio para examinar si el autocontrol media las relaciones entre la Tríada Oscura y aspectos como la delincuencia, los trastornos de conducta y la gravedad de los delitos cometidos. 

La investigación en criminología y diversas áreas de la psicología, como la psicopatología del desarrollo o la personalidad, apunta de manera consistente a la existencia de características oscuras de la personalidad y comenta que éstas están asociadas a diversos problemas de conducta. 

Dentro de estos rasgos aparecería el autocontrol, y también la famosísima Tríada Oscura compuesta por el narcisismo, el maquiavelismo y la psicopatía. 

El narcisismo se caracteriza por ser egoísta, egocéntrico, tener baja empatía y una gran necesidad de ser admirado por los demás.

Cuando una persona es maquiavélica es astuta, intrigante y sin escrúpulos en su comportamiento, además, tiende a explotar a los demás para su beneficio. 

Por último, la psicopatía comparte muchos rasgos con el trastorno de personalidad antisocial y describe a una persona con poca empatía, conexiones emocionales con los demás muy reducidas, impulsiva, y con tendencia a involucrarse en conductas imprudentes, lo que en ocasiones les lleva a cometer delitos. 

Aunque la Tríada Oscura y el autocontrol son ideas distintas, presentan puntos en común. Ambas encarnan a un individuo que tiene una regulación emocional y una conducta muy pobres, es egocéntrico y persigue el interés propio sin tener en cuenta a los demás; además, es una persona mentirosa y manipuladora, propensa a tener problemas de conducta. 

Hasta la fecha, hay varios estudios metaanalíticos que indican que la Tríada Oscura y el autocontrol están significativamente relacionados con una variedad de resultados antisociales y con distintas patologías de personalidad. 

Es importante señalar que, aunque el autocontrol y la Tríada Oscura se asocian constantemente, hay pocas investigaciones que hayan examinado estos dos conceptos de forma conjunta: tan sólo lo hicieron el 5% de los estudios encontrados por Miller en su metaanálisis de 2019 (citado en el artículo). 

Larson realizó en 2015 un análisis en el que se vio que casi el 60% de los participantes tenían un bajo nivel de narcisismo y un alto nivel de autocontrol y, por lo tanto, exhibían un funcionamiento normativo de su personalidad; sin embargo, un 6,4% de la muestra presentó un alto narcisismo y muy bajo autocontrol.

Esta parte de la muestra tenía un perfil psiquiátrico de riesgo, más posibilidades de abusar de sustancias y sufrir violencia. Además, también tenían más riesgo de cometer delitos como violencia en la pareja, crueldad hacia los animales, robo, agresión sexual.. 

El estudio, pues, mostró que existe, aparentemente, una tendencia al crimen cuando se presentan las características del narcisismo (que es una de las características de la Tríada Oscura) y el bajo autocontrol.

En este estudio, los autores investigan si el autocontrol media las relaciones entre la Tríada Oscura y algunos trastornos de conducta en una muestra de jóvenes portugueses. Al hacerlo, se examinaron los vínculos de la Tríada Oscura con el autocontrol y la criminalidad.

La muestra estuvo formada por 567 jóvenes de entre 14 y 18 años. Se utilizaron una serie de test y escalas validadas por la comunidad científica para examinar el autocontrol, la delincuencia, los trastornos de la conducta, entre otros. 

Los análisis mostraron que la psicopatía presentó el mayor impacto en términos de vínculos con el bajo autocontrol y la delincuencia juvenil, el trastorno de la conducta y la gravedad del delito. 

Esto es consistente con la reputación de la psicopatía como uno de los impulsores más importantes de la delincuencia. 

Los hallazgos también indicaron que el bajo autocontrol medió parcialmente la asociación entre psicopatía y maquiavelismo. 

Por otro lado, el narcisismo presentó poco o ningún efecto significativo directo sobre los resultados, e incluso presentó asociaciones negativas con el bajo autocontrol. Esto es consistente con estudios previos.

Dentro de las limitaciones del estudio hay que señalar que los datos se recopilaron a través de autoinformes y por eso debemos interpretarlos con cautela y confiar en que las investigaciones futuras van a emplear datos, lo más objetivos posible, para ahondar en estas cuestiones. 

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Amigos del Club de Ciencias Forenses, esta semana presentamos el artículo “The startle réflex as an indicator of psychopathic personality from childhood to adulthood: a systematica review” de Oskarsson, S.; Patrick, C. J.; Siponen, R.; Bertoldi, B. M.; Evans, B. y Tuvblad, C. (2021), en el que los autores investigan, a partir de literatura previa, si existen suficientes estudios empíricos que demuestren que el reflejo del sobresalto se relaciona con la presencia de la psicopatía en un sujeto. 

Pocos temas son tan interesantes para los interesados en el conocimiento de la conducta humana como la psicopatía, su razón de ser, sus factores de riesgo y de detección.

Desde la psicología y la criminología se sugiere que la psicopatía surge de un déficit emocional subyacente, que implicaría una reactividad alterada a los estímulos emocionales negativos.

Como el estudio de la psicopatía se puede abordar de diferentes formas, los autores explican que consideran correcto utilizar el modelo triárquico, que caracteriza la psicopatía en función de tres factores: audacia, mezquindad y desinhibición. Este modelo se formuló para reconciliar diferentes conceptualizaciones históricas de la psicopatía y proporcionar un marco en el que integrar los hallazgos de diferentes estudios. 

En este artículo, emplean el modelo triárquico para interpretar y sintetizar los resultados de los estudios publicados. El objetivo es proporcionar una visión general del estado de la literatura y examinarlo. 

Pero ¿cómo se ha conceptualizado la psicopatía en la historia? Tradicionalmente, se ha entendido que es una condición marcada por la desviación antisocial y tendencias hacia la criminalidad severa

Otra idea es aquella que divide la psicopatía en psicopatía primaria y secundaria. La primaria reflejaría una psicopatía más pura, con un déficit afectivo importante y falta de conciencia. La secundaria reflejaría una perturbación afectiva, en lugar de un déficit afectivo. 

Aunque todo esto se ha estudiado ampliamente, la mayoría de los expertos actualmente sugiere que la personalidad psicopática es más bien un continuo dimensional y no algo categórico. 

Volviendo a la idea del modelo triárquico, el utilizado en el artículo, recordamos que se refería a la psicopatía como un conjunto de distintos grados de audacia, mezquindad y desinhibición. 

La audacia es la capacidad de mantener la calma en situaciones amenazantes o estresantes, es la ausencia de ansiedad. Los individuos con un alto nivel de audacia tienen una ausencia de preparación refleja defensiva cuando se exponen a señales de amenaza. 

La mezquindad conlleva una empatía deficiente, explotación y manipulación de los demás. Se han demostrado, en estudios recientes, asociaciones negativas entre la mezquindad y los indicadores neuronales y conductuales del procesamiento empático, como el reconocimiento de la cara del miedo o la reactividad a ésta. 

Por último, la desinhibición abarca un bajo control de los impulsos, alteración de la regulación del afecto y una propensión general a problemas de externalización. 

Llegados a este punto, en el que parece que la mayoría de estudios se realizan sobre la personalidad de los adultos, los autores se preguntan qué ocurre con los niños

La personalidad psicopática es algo que tiene sus raíces en los primeros años de vida. Algunos estudios indican que psicópatas jóvenes muestran características similares a los adultos. 

En general, está bien establecido en la literatura que en los adultos es multidimensional, por lo que se puede suponer, viendo tantas similitudes, que también es multidimensional en los niños. 

Uno de los objetivos principales de la aplicación del modelo triárquico de la psicopatía, era cerrar la brecha entre la literatura sobre la psicopatía en adultos y la que es sobre niños, al proporcionar un marco único para considerar cómo se desarrolla la personalidad psicopática desde edades tempranas. 

Pero ¿por qué buscar relaciones entre la psicopatía y el reflejo del sobresalto? Éste es una respuesta involuntaria y primitiva a un estímulo amenazante que se asocia con una movilización defensiva, experimentada como desagradable o generadora de miedo para un sujeto. 

Afecta a todo el cuerpo, pero el primer y más rápido elemento es la contracción del ojo. Por lo general, esta respuesta de parpadeo de sobresalto aumenta cuando al sujeto se le presentan estímulos desagradables en comparación con estímulos neutrales, y disminuye cuando se le presentan estímulos placenteros. 

Los estudios anteriores de la personalidad psicopática y las reacciones fisiológicas se han centrado principalmente en la baja frecuencia cardíaca y la reducción de la conductancia de la piel, sin embargo, esto se relaciona con los niveles de excitación y no son muy útiles para medir el miedo. Así que se necesitan otras medidas que partan del sistema defensivo, como el reflejo del sobresalto, para tener una mejor comprensión del miedo en psicópatas y ver si su cerebro tiene una falta de reactividad. 

Los autores realizaron una búsqueda en diferentes bases de datos científicas recopilando datos de artículos publicados entre 1994 y 2020, hasta conseguir un total de 40. 

Obtuvieron datos como que los delincuentes psicópatas mostraron menos reflejo del parpadeo mientras veían escenas de mutilaciones o agresiones que otro tipo de delincuentes

Esto concuerda con la idea de que los individuos psicópatas tienen un déficit específico de empatía que hace que no respondan fisiológicamente mientras observan a otros en peligro. 

Sin embargo, también parece que hay un reflejo del parpadeo reducido en momentos amenazantes, lo que sugiere que el déficit en la reactividad defensiva no se limita a observar a otros en peligro. 

En otro estudio, se observó que las personas con mayores niveles de mezquindad (uno de los elementos del modelo triárquico), exhibieron respuestas autonómicas deficientes a imágenes violentas. 

Los resultados, por tanto, sugieren que la psicopatía, en efecto, está relacionada con un déficit en el reflejo del sobresalto, lo cual es un buen inicio para realizar investigaciones más profundas sobre este tipo de personalidad. 

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Amigos del Club de Ciencias Forenses, esta semana presentamos el artículo “Intimate Partner Aggression Committed by Prison Inmates with Psychopathic Profile” de Gómez, J.; Ortega-Ruiz, R.; Clemente, M. y Casas, J. A. (2021), que investiga si existe una relación entre tener rasgos psicopáticos en la personalidad y cometer agresiones en la pareja.

Un tema recurrente para criminólogos y psicólogos criminales es estudiar si existe relación entre ciertos delitos y determinados rasgos de personalidad o enfermedades mentales.

¿Realmente tener una u otra condición mental nos hace más proclives a delinquir?

Aún hoy en día existe un importante estigma que vincula trastornos mentales con comisión de delitos y, si bien se ha demostrado que no tiene por qué ser así, existen rasgos de la personalidad que sí pueden vincularse a la delincuencia o a una inclinación a ella.

Los autores de este artículo se centran, en concreto, en los rasgos psicopáticos de la personalidad y su posible relación con las agresiones en la pareja. Y se enfocan en los hombres, ya que en las relaciones heterosexuales suelen ser los perpetradores de estas agresiones hacia sus parejas femeninas.

Pero ¿existen antecedentes empíricos que justifiquen el interés por esta investigación?

En estudios anteriores de otros autores, se llegó a conclusiones como que había una serie de variables que se relacionaban con agresiones a la pareja femenina por parte del hombre, como el consumo de drogas, antecedentes de otras agresiones, conductas antisociales o psicopatía.

Distintos artículos de literatura relacionada explican que se ha observado que la psicopatía suele detectarse mayoritariamente en varones, que suelen ser los agresores de este tipo de violencia. También existen mujeres con psicopatía que la ejercen, si bien en menor medida y presentando diferencias. Por ejemplo, las mujeres con psicopatía tienden a ser verbalmente agresivas, mientras que los hombres con psicopatía, además de verbalmente agresivos, también lo serían físicamente.

Además, según otras investigaciones citadas en el artículo, un alto nivel de psicopatía o rasgos psicopáticos se relaciona con cometer agresiones (de cualquier tipo). Y, por otro lado, son los hombres aquellos que suelen puntuar más alto en las pruebas para detectar rasgos psicopáticos o la conocida como “personalidad oscura” (estrechamente relacionada con la psicopatía).

Un dato interesante, es que se ha encontrado relación entre la personalidad oscura y el cyberbullying (por ejemplo, enviar fotos sexuales explícitas sin consentimiento, violencia sexual facilitada por la tecnología, etcétera). Y si tenemos en cuenta que existe un nexo entre la personalidad oscura y la psicopatía, este punto deberíamos tenerlo en cuenta.

Por tanto, parece una cuestión coherente preguntarse si existe algún vínculo entre los hombres con rasgos psicopáticos y la comisión de delitos de agresión a sus parejas.

Los investigadores del artículo de esta semana realizaron un estudio con internos de una prisión de Córdoba, España. Fueron un total de 92 hombres, todos cumpliendo condena por delitos de violencia contra sus parejas (algunos además por otros motivos), incluyendo a internos por homicidio.

Se les realizó una entrevista semiestructurada, el Test de Psicopatía de Hare en su versión española. En ella, los expertos puntuaron del 0 al 2 una serie de 30 criterios donde, al obtenerse resultados de entre 20 y 30 puntos en adelante, se empezaba a considerar la existencia de psicopatía.

Los resultados apuntan en la misma dirección que los de las principales investigaciones relacionadas, que consideran que existe un nexo entre la psicopatía y las agresiones cometidas dentro de la pareja.

Los autores observaron que destacaban seis factores presentes en los participantes, según las entrevistas: antecedentes penales, impulsividad, necesidad de destacar (los autores comentan que podríamos referirnos a este factor como narcisismo), ausencia de empatía, manipulación para con los demás y relaciones de pareja inestables.

Los dos primeros factores (antecedentes penales e impulsividad) se consideran altos predictores de la psicopatía según el Test de Psicopatía de Hare.

Además, es importante mencionar que los seis factores principalmente observados en el estudio también suelen estar presentes en la “personalidad oscura”, en concreto: la ausencia de empatía, la manipulación para con los demás y la necesidad de destacar/narcisismo.

Es decir, en principio existirían una serie de factores de la personalidad psicopática que sí estarían relacionados, según el estudio, con las agresiones de los hombres a sus parejas femeninas.

Los autores señalan que existen algunas limitaciones en el estudio, como que sólo participaron hombres ya procesados por este tipo de delitos sin una muestra de control. Sin embargo, el hecho de que los hombres del estudio estuviesen cumpliendo condena por violencia contra sus parejas, lo consideran un gran valor positivo, ya que a veces llegar a estos sujetos puede ser complicado.

Además, dejan una serie de frentes de exploración abiertos. Por ejemplo, comentan que las próximas investigaciones relacionadas podrían enfocarse en el porqué de estas agresiones, y sugieren ahondar en el concepto de la venganza, que podría arrojar información de gran interés.

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