Amigos del Club de Ciencias Forenses, esta semana presentamos el artículo “Deadly violence in Sweden: profiling offenders through a latent class analysis” de Khoshnood, A.; Ohlsson, H.; Sundquist, J. y Sundquist, K. (2020), en el que los autores dan unas nociones acercad el perfil criminal del delincuente sueco.

El homicidio y el asesinato son dos de los delitos más graves que se pueden observar en cualquier ordenamiento jurídico. Incluso la tentativa de homicidio se une a ellos, causando daños irreparables a las víctimas y a toda la sociedad.

A partir de 2015-2016, se ha visto aumentada la tasa de estos delitos en países de Europa occidental, como Suecia, que ha sido testigo de problemas crecientes con la violencia relacionada con armas de fuego y explosivos.

Esto nos llama la atención, debido a las políticas restrictivas con respecto a las armas de fuego que imperan en la mayoría del territorio de la Comunidad Europea.

Un estudio recientemente publicado mostró que la violencia letal ha sido más que duplicada en Suecia en comparación con 2012, que fue cuando la tasa de esta violencia fue mínima.

El 35% de estos homicidios se llevaron a cabo con armas de fuego y fue perpetrado por hombres de entre 15 y 29 años.

Por tanto, teniendo en cuenta esta tendencia creciente de la violencia mortal en Suecia, y que es el país con el porcentaje más alto en Europa occidental de homicidios relacionados con armas de fuego entre hombres jóvenes, es de vital importancia obtener más conocimiento sobre los delincuentes que perpetran este tipo de crímenes.

La identificación de las características comunes de los delincuentes para delitos violentos como los homicidios se pueden utilizar en la prevención de éstos y en la evaluación de riesgos.

Además, esta información ampliaría nuestra comprensión de qué personas pueden estar en riesgo de cometer delitos violentos, y contribuir a un mayor conocimiento sobre qué factores pueden ser de protección o perjudiciales para ellas.

Hasta ahora, solo unos pocos estudios sobre las características de los delincuentes y sus crímenes se basaron en personas suecas. Y si queremos estudiar al delincuente sueco, este tipo de datos son esenciales.  Además, esos estudios se limitaron a investigar muestras pequeñas o solo un tipo de delito violento.

Los autores intentan subsanar estas limitaciones identificando clases de individuos que cometieron homicidios o intentos de homicidios, incluso conspiración o preparación, en el contexto sueco.

Para ello, utilizaron información del Registro Sueco de Delitos y del Registro Sueco de Sospechosos Penales. Incluyeron a personas de entre 15 y 60 años de edad, condenadas y/o sospechosas de homicidio entre 2000 y 2015.

Además, se agregó información sobre criminalidad previa, abuso de sustancias y trastornos psiquiátricos.

Se contó con un total de 14.466 individuos. Más del 80% de ellos eran hombres, y la gran mayoría de nacionalidad sueca, aunque existía una proporción importante de inmigrantes de primera y segunda generación.

En cuanto a los resultados, aparece la siguiente información.

El modus operandi más común para el homicidio fue el uso de armas de fuego (42%) y más de la mitad de las personas incluidas habían sido condenadas previamente por delitos contra la propiedad (53%).

Un poco mas de la quinta parte de los individuos incluidos (23%) tenían un transtorno psiquiátrico y una gran proporción tenía problemas de alcohol (23%) o de abuso de sustancias (42%).

Una parte importante de las personas tenía un nivel educativo bajo (41%) y cerca de un tercio había recibido asistencia social recientemente (32,4%).

Con respecto al coeficiente intelectual, su resiliencia y rendimiento escolar, no se tuvieron datos para todos los sujetos, si bien aquellos para quienes sí existían mostraron valores bajos en las tres variables.

La mayoría de personas pertenecía a una clase socioeconómica baja.

Además, se vio cómo una historia previa de delitos es un factor de riesgo, tanto para la reincidencia como para cometer otro tipo de delitos. Esto se debe a que los delitos violentos aumentan el riesgo de seguir cometiendo delitos violentos, cuya intensidad va aumentando.

A diferencia de estudios internacionales, las personas de este estudio tenían una media de 39 años. Los delitos violentos graves suelen ser cometidos por jóvenes, con un promedio de 30 años. Por tanto, es un dato que consideramos se debe tener en cuenta.

Los resultados obtenidos son considerados consistentes para el contexto sueco debido a la gran muestra y la objetividad de los datos.

Son particularmente importantes para las autoridades policiales pertinentes y la organización de inteligencia de la policía, que pueden utilizar los hallazgos para crear mejores perfiles de delincuentes. Además, puede ser información de interés para centros penitenciarios y de libertad condicional, y pueden ser útiles para identificar y prevenir procesos que conducen a la violencia mortal.

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