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Amigos del Club del Lenguaje No Verbal, esta semana presentamos el artículo “Personal Nonverbal Repertoires in facial displays and their relation to individual differences in social and emotional styles” de Ilgen, H.; Israelashvili, J. y Fischer, A. (2021), en el que se estudian las diferencias individuales en las manifestaciones faciales relativamente frecuentes.

Algunas personas levantan constantemente las cejas, otras sonríen continuamente. ¿Pero es esto pura coincidencia o podría reflejar el estilo social y emocional de un individuo en las interacciones?

Algunos trabajos ya han sugerido la posible existencia de diferencias individuales en los micromovimientos faciales. Sin embargo, hasta la fecha, las manifestaciones faciales se han considerado principalmente como estados momentáneos, descritos como lecturas de emociones, señales de intenciones sociales, estados de preparación para la acción o estados motivacionales más generales. Mientras que las reacciones faciales son claramente contingentes a la situación —es decir, respuestas a un evento— también pueden considerarse como disposiciones más estables. Los individuos pueden diferir sistemáticamente en la frecuencia con la que muestran reacciones faciales específicas, en situaciones específicas.

Siguiendo las discusiones en la investigación de la personalidad, la ocurrencia de un comportamiento no verbal en un individuo puede ser relativamente estable en el tiempo. Por lo tanto, mientras que, por ejemplo, todo el mundo puede sonreír más en una boda que en un funeral, algunas personas pueden sonreír más que otras en ambos contextos.

Para profundizar en esta cuestión, los autores investigaron diferentes tipos de medidas de los estilos sociales y emocionales. En primer lugar, midieron dos dimensiones en el dominio interpersonal: extraversión (frente a introversión) y dominio (frente a sumisión). Además, se incluyeron medidas de diferentes estilos en situaciones de conflicto. La finalidad de esto último era distinguir 5 estilos diferentes para afrontar situaciones conflictivas, basados en dos dimensiones: la preocupación por los demás y la preocupación por uno mismo.

Los estilos sociales y emocionales también pueden reflejarse en las diferencias individuales en la regulación de las emociones. Algunos autores distinguen dos tipos de reguladores emocionales: personas que reprimen sus emociones y personas que revaloran el evento emocional.

Esta investigación ha demostrado típicamente que los reevaluadores son más capaces de disminuir la intensidad de sus emociones negativas, en comparación con los supresores. Los supresores todavía experimentan una buena cantidad de emociones negativas, aunque intentan no mostrarlas. Por último, las personas también difieren en lo nerviosas que están por evitar el castigo frente a lo positivas que son para lograr sus objetivos. Así, se han propuesto dos dimensiones de la personalidad: ansiedad e impulsividad.

Hasta la fecha, solo unos pocos estudios han examinado las acciones faciales en relación con las diferencias individuales estables, como el temperamento o el estado de ánimo general. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que en estudios anteriores solo se midieron expresiones planteadas y no espontáneas, enfocándose exclusivamente en las características que los observadores infieren de estas expresiones.

Así, los autores utilizaron en su propio estudio un enfoque novedoso, examinando las acciones faciales espontáneas en relación con las diferencias individuales autoinformadas en los estilos sociales y emocionales. Los participantes fueron 110 hombres y mujeres holandeses, de 20 a 78 años de edad. Cada participante recibió instrucciones sobre el procedimiento, indicando que participarían en sesiones grabadas en vídeo y luego completarían 5 cuestionarios.

Las preguntas por ordenador comenzaron con hechos, pero se volvieron más personales e íntimas durante la sesión, marcando el participante su ritmo de respuesta. Posteriormente, las preguntas con un entrevistador también se centraron en experiencias emocionales específicas (miedo, ira, orgullo). El entrevistador marcó el ritmo de las preguntas y siguió con preguntas sobre las respuestas iniciales del participante.

Los autores encontraron apoyo para el concepto de repertorios personales no verbales: cada individuo mostró una o más acciones faciales con más frecuencia en dos contextos que la media de todas sus acciones faciales. Específicamente, se dentificaron cinco repertorios —sonreír, parpadeo parcial, caída de párpados, tensión y abrir los ojos—, parcialmente consistentes con investigaciones anteriores. Consecuentemente, se examinó la relación de estos con los estilos sociales y emocionales. Cabe señalar que las acciones faciales individuales pueden enviar una señal diferente cuando ocurren en diferentes combinaciones.

El primero, sonreír, el cual también incluía levantar la mejilla y apretar el párpado inferior, entrecerrando los ojos y sugiriendo una sonrisa auténtica e intensa, más que educada. Como era de esperar, sonreír se asoció con un estilo de interacción positivo y extravertido, destinado a afrontar los problemas y encontrar compromisos.

El segundo, el parpadeo parcial, se asoció negativamente con parpadear, levantar el párpado inferior y levantar las cejas internas. Esto sugiere pasividad, puesto que son señales de una mirada activa y alerta. La asociación negativa con la extraversión encaja con esta explicación, sugiriendo una asociación positiva con la supresión de las emociones y la introversión.

El tercero, la caída de párpados, reflejando una baja excitación. Se asoció positivamente con ceder, lo que implica un estilo de interacción sumiso y ansioso basado en el estrés. La pregunta es cómo se pueden distinguir el parpadeo parcial y la caída, ya que ambos representan una postura pasiva. Mientras que el parpadeo parcial parece estar asociado principalmente con no mostrar ningún sentimiento (es decir, una cara de póquer), el otro sugeriría ansiedad y ceder.

El cuarto repertorio, tensión, consistía en fruncir el ceño, tensar los párpados, los labios y levantar las cejas. Los resultados sugirieron que las personas con este repertorio no verbal personal pueden, por un lado, mostrar enfoque y concentración, al tiempo que reprimen sus sentimientos de ansiedad. Finalmente, el quinto repertorio, abrir los ojos, no se asoció con levantar las cejas internas y externas. De hecho, no se encontró relación con los factores autoinformados. Sin embargo, sí se encontró con la reevaluación y negativa con el compromiso.

Resumidamente, todos los participantes mostraron una o más acciones faciales con relativa frecuencia, encontrándose evidencia de estos cinco factores de acciones faciales, denominados repertorios personales no verbales. Tres de ellos están asociados con estilos sociales y emocionales específicos en las interacciones. A saber: la sonrisa se asocia con el compromiso y la extraversión; la caída de párpados con ceder y el parpadeo parcial se correlaciona negativamente con la extraversión.

Las correlaciones con los estilos sociales y emocionales muestran que existe al menos un apoyo inicial para la idea de que las diferencias individuales, en algunas acciones faciales relativamente frecuentes, están relacionadas con estilos específicos de cada persona en las interacciones sociales.

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