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Amigos del Club de Lenguaje No Verbal esta semana presentamos el artículo “Keeping in touch with context: non-verbal Behavior as a manifestation of communality and dominance” de Sejerdej, Simão, Waldzus y Brito. En este artículo hablan de como un el contacto háptico puede tener un significado de comunión con la otra persona o de dominancia dependiendo de una serie de características.

El tocar es un comportamiento fundamental y complejo en la vida social diaria, ya que posee multiples formas y significados. Varía en duración y puede producirse con múltiples partes del cuerpo, pueden ser contactos simultáneos o con un orden.

El contacto háptico transmite proximidad e intimidad y ayuda a establecer y mantener relaciones cercanas. Investigaciones neuroendocrinológicas muestran que los contactos liberan oxitocinas y endorfinas, que están biológicamente relacionadas con las conexiones sociales. También facilita la liberación de dopamina, que hace aumentar la sensación de placer. Otros descubrimientos sugieren que el contacto realza el comportamiento prosocial, que influye en el comportamiento e incrementa la obediencia.

Por otro lado, algunas formas de contacto pueden transmitir, de manera intencionada o no, mensajes relacionados con la jerarquía, que pueden influir tanto en los observadores como en los propios actores. Hay evidencias que muestran que los diferentes tipos de contacto influyen en el poder y en el estatus. Muchas investigaciones muestran que la iniciación en los contactos hápticos frecuentes produce una diferencia en el poder en las relaciones entre dos personas, estableciéndose este efecto para aquellos que inician el contacto.

En el presente estudio se investiga las condiciones para que se perciba intimidad y poder que los contactos hápticos provocan en los observadores combinando cuatro características: iniciación, reciprocidad, grado de formalidad del contacto y el contexto en el que se produce. La idea de base es que el significado de la relación no es sólo producto del contacto, sino que es el resultado de la combinación de las características del contacto.

El contacto es parte del sistema de relaciones con la comunidad, porque la conexión entre los cuerpos crea la experiencia de unión y de comunión. Por otro lado, cuando una persona inicia el contacto otra lo recibe y esto puede ser un signo de asimetría, característico de las relaciones jerárquicas, y, puede crear la impresión de dominancia. Por tanto, se puede crear la sensación de dominancia o de comunión a través del contacto. Para descubrir cómo surgía cada una de ellas se realizaron dos estudios donde se mostraba un vídeo donde un actor tocaba a otro de manera informal o formal y donde ese contacto podía ser o no recíproco. Posteriormente se medía la percepción de la relación existente entre las dos personas que habían participado en el vídeo.

En el primer estudio se hipotetizó que la persona que iniciaba el contacto expresa una intención de comunión en la relación a través del contacto háptico, especialmente cuando se realizaba en un contexto informal y expresa dominancia si no había relación. También se incrementará la percepción de dominancia en el recibidor y si el contacto es recíproco y se incrementará la comunión si se realiza un gesto de aceptación especialmente en un contexto informal.

El estudio se realizó con 172 participantes (119 mujeres y 53 hombres) de entre 17 y 69 años usando una lista de emails de una universidad portuguesa. El experimento consistía en unas breves instrucciones y el visionado de un vídeo con una interacción entre dos hombres para después contestar unas preguntas sobre el mismo. Se usaron diferentes videos, uno donde el contacto era formal y otro donde era informal. También había uno donde había reciprocidad y otro donde no. Además, de un último donde no se producía contacto ninguno. La formalidad se basa en la intimidad que implicaba el contacto. Se llevó a cabo un pretest donde se determinó que, quitando el choque de manos, el contacto que implicaba menos intimidad era el toque en el hombro y que que más era el toque en la rodilla.

Los videos fueron grabados por dos actores profesionales que hablaban entre ellos, ambos a la misma distancia de la cámara, detrás de ellos había una mesa y una pared en blanco. Los actores mantenían una conversación, pero estaba silenciada y no era entendible. En lo relativo al contacto, uno de los actores tocaba al otro en mitad de la conversación durante un segundo. En el contexto informal pone la palma de la mano en la rodilla del otro. En el formal la pone en el hombre. En la situación de reciprocidad, el segundo actor tocaba al primero de la misma manera unos segundos después. Cada participante veía solamente un vídeo al azar y tenía que verlo hasta el final para poder contestar el cuestionario.

El contacto especialmente el informal hace que se perciba con una intención de comunión. La iniciación del contacto incrementa esa percepción, sin importa el tipo de contacto. La reciprocidad afecta al recibidor, pero no al iniciador, ya que le primero es percibido como más tendente a la comunión en el caso informal, que si no es recíproco.

Ningún tipo de contacto, ni de reciprocidad hace que se perciba la dominancia ni en el iniciador ni en el recibidor. Los últimos indicios piden precaución. ¿Por qué no se perciben cambios en la dominancia? Cuando los observadores no tienen ninguna pista sobre la interacción observada, pueden dudar en hacer inferencias relacionadas en términos de asimetría. Si el gesto que se realiza no es muy agresivo lo interpreta como de comunión por defecto. Es posible que para sacar otros significados sea necesario mayor información del contexto. También, puede deberse a que los participantes fuesen estudiantes y por tanto en su entorno sean más habituales los contextos de comunión que los jerarquizados y hayan interpretado así la relación presentada en los vídeos. Por tanto, hay que enfatizar la importancia del contexto. En entorno más jerarquizado, como podría ser una organización, hubiera cambiado la percepción de la dominancia en la interacción a estudiar.

En el segundo experimento se estudió el contacto háptico en un entorno más formal. Investigaciones anteriores señalaban que, en contextos jerarquizados, las personas con menos estatus iniciaban más los contactos formales y las de estatus superiores iniciaban tanto contactos formales como informales. Se propuso que la reciprocidad del contacto tendría más significado para los observadores cuando el tipo de contacto casara con el contexto de la interacción. Por ello se esperaba que en un contexto jerarquizado la reciprocidad de un contacto formal neutralizará la asimetría entre los sujetos; mientras que en un contexto menos jerarquizado la reciprocidad de un contacto más informal reduce más la asimetría que si fuera un contacto formal.

El estudio contó con 190 participantes (127 mujeres y 63 hombres) y se realizó online a través una lista de emails de una universidad portuguesa. El procedimiento fue similar al del estudio uno salvo que en este se les pedía que describiesen lo que era para ellos una persona con autoridad antes de visualizar los mismos vídeos que en el estudio precedente.

En este estudio se concluyó que quien iniciaba el contacto se veía como más dado a la comunión, independientemente de si el contacto era formal o no. Se incrementó la percepción del recibidor si había reciprocidad, aunque no se encontraron diferencias en el tipo de contacto. La reciprocidad del contacto en contextos no jerarquizados reduce la diferencia entre la comunión percibida en el iniciador y en el recibidor cuando el contexto es informal, pero no cuando es formal. En contexto jerarquizados pasa lo mismo con los contactos formales.

En cuanto a la dominancia, se probó que el dominio era mayor cuando no había contacto recíproco. El contacto no recíproco incrementa la percepción de dominio en el iniciador del mismo y baja la percepción en el recibidor del contacto. La reciprocidad anula ese efecto. Por otro lado, la eliminación de la asimetría de dominancia se debe a la disminución de la dominancia en el iniciador mediante la reciprocidad del contacto informal en contexto no jerarquizados y del contacto forma en contextos jerarquizados.

Para concluir los estudios se centraron en descubrir la relación entre la iniciación, la reciprocidad, el grado de formalidad del contacto háptico y el contexto de la interacción. Los resultados muestran que la inferencia que sale por defecto cuando se observa un contacto es la de comunión. Pero no queda claro si depende de la formalidad de contacto. Otra inferencia adicional sería la presencia o ausencia de asimetría en la dominancia siempre que se observe todo el contacto y se ponga en un contexto. A pesar de que estadísticamente no presentó una relación significativa los efectos condicionales indican que la reciprocidad de un contacto formal es más significativa en un contexto jerarquizado, ya que iguala a ambos interlocutores y lo mismo ocurre en un contexto no jerarquizado con el contacto informal.

El iniciador siempre es percibido como con una intención de comunión que el recibidor, aunque hay que tener en cuenta los límites que presenta una investigación de laboratorio. Cuando el contexto es neutro, el iniciador es percibido como poseedor de una intención de comunión. Sin embargo, en el contacto cercano, la diferencia entre el contacto formal e informal desaparece. En una situación amistosa cualquier tipo de reciprocidad aumenta la percepción de comunión en la persona que lo realiza.

La iniciación del contacto expresa dominancia especialmente en un contexto jerárquico. Sin embargo, en estudios precedentes y en el estudio dos incluso en el contexto no jerárquico el iniciador era percibido como más dominante que el recibidor. Esto puede ser así por la asimetría de poder que presentan algunos contextos, por tanto, el que inicia el contacto aumenta su dominancia. El recibidor puede contrarrestar la asimetría con un contacto recíproco, que será visto como una toma de iniciativa por parte del observador.

Como conclusión, se puede decir que, si bien el contacto es, en general, una forma de comportamiento relacional, solo se pude decodificar su significado correcto atendiendo a la combinación de las siguientes características, iniciación, reciprocidad, tipo de contacto y contexto situacional.

Si quieres saber más sobre el comportamiento no verbal y su aplicación, visita nuestro Máster en Comportamiento No Verbal y Detección de la Mentira. También puedes seguir leyendo artículos de comportamiento no verbal en nuestro blog de Comportamiento No Verbal.

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1 Comment

  1. Sara Carreño Reply

    Nos alegra que le guste. En cuanto a la apreciación de género, los autores comentan que quedaría pendiente para estudios posteriores comprobar cuando la interacción la realicen dos mujeres o cuando sean de diferentes sexos. Estaremos pendientes para ver si en un futuro publican esos estudios.

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