Amigos del Club del Lenguaje No Verbal, esta semana presentamos el artículo “Gesture and Language Trajectories in Early Development: an Overview from the Autism Spectrum Disorder Perspective” de Ramos-Cabo, S.; Vulchanov, V. y Vulchanova, M. (2019), en el que los autores realizan una revisión sobre los trabajos existentes en materia de gestos, lenguaje y cómo se desarrollan en niños con trastornos del espectro autista. 

Cuando hablamos de los trastornos del espectro autista, nos referimos a un grupo muy amplio y extenso de distintas neurodivergencias. Sin embargo, sabemos algunas cosas sobre ellas. 

Por ejemplo, uno de los primeros signos de existencia de trastornos del espectro autista (TEA) es la ausencia o aparición tardía de conductas comunicativas, tanto verbales como no verbales. 

En este artículo los autores comentan que existe una gran cantidad de investigaciones que muestran que la evolución del lenguaje en niños con un desarrollo típico (DT) depende enormemente de su capacidad para producir gestos. Sin embargo, aún quedan muchas preguntas sin respuesta para niños con TEA sobre este mismo tema. 

Los autores se preguntan, pues, si los gestos también influyen en el desarrollo del lenguaje en niños con TEA, y si existen diferencias entre los gestos de niños con TEA y niños con DT. 

De todos los estudios que los autores mencionan y comentan en el artículo, se pueden extraer dos ideas principales. 

En primer lugar: la asociación gesto-lenguaje existe en los niños con TEA; en segundo lugar, existen, efectivamente, diferencias en el desarrollo de las habilidades de comunicación verbal y no verbal entre los niños con TEA y los niños con DT. 

Con respecto a la primera idea, múltiples estudios han demostrado que los gestos pueden predecir las habilidades del lenguaje de los niños con TEA y, en particular, los gestos deícticos, que serían relevantes tanto para estos niños como para aquellos con un desarrollo típico. Los gestos deícticos son aquellos que se utilizan para guiar la atención de alguien hacia algo ubicado en el entorno. 

El hecho de que estos gestos estén relacionados con demandas sociales e interactivas, nos indica que podría constituir una poderosa herramienta para intervenciones tempranas en niños con TEA, ya que estos trastornos también se relacionan con la interacción social.

Estudios previos muestran que la intervención en este área mejora el vocabulario de los niños con desarrollo típico, por lo que los autores entienden que podría ser muy beneficioso para niños con TEA, proporcionándoles más recursos de comunicación no verbal que podrían, a su vez, ampliar sus habilidades verbales y, por tanto, mejorar también las sociales. 

Con respecto a la segunda idea, hay numerosos estudios que indican la presencia de diferencias en el desarrollo de las habilidades comunicativas no verbales en niños con TEA cuando se compara con el desarrollo de niños con DT. 

Una de estas diferencias es la menor tasa de gestos en los niños con TEA en comparación con los niños con un desarrollo típico. También aparecería un deterioro progresivo del dominio de los gestos deícticos. 

Una idea que plantean los autores, es que debido al hecho de que hasta el primer año de vida no aparecen evidencias de los retrasos en la comunicación verbal y no verbal, algunos estudios previos no han logrado encontrar otras diferencias en las habilidades de comunicación temprana entre grupos de niños con TEA y niños con DT. 

También se debe considerar que los bebés con TEA pueden desarrollar habilidades de comunicación similares a las de los niños con DT, pero la trayectoria de este desarrollo cambia a partir de ese primer año que hemos mencionado. 

Es decir, en algún momento en los dos primeros años de vida se sufre un declive. Este no se limita al dominio de las habilidades comunicativas, sino también a las conductas sociales, cognitivas y adaptativas. 

En cualquier caso, los autores aconsejan prudencia al interpretar los hallazgos, ya que consideran necesarias muchas más pruebas debido a la complejidad de los trastornos del espectro autista. 

Los autores mencionan la necesidad de investigaciones que repliquen este estudio y los mencionados en él. Para algunas investigaciones mencionadas se utilizaron métodos como la observación de interacciones no estructuradas o análisis de vídeos caseros, por lo que, a pesar de que tienen cierta validez, su control es difícil. 

Comentan que son necesarias metodologías de elicitación del lenguaje gestual que puedan permitir interacciones naturalistas entre el cuidador y el niño en entornos controlados, de forma que las habilidades comunicativas de éste, así como otras cognitivas y sociales, mejoren sustancialmente. 

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