Amigos del Club del Lenguaje No Verbal, esta semana presentamos el artículo “Nonverbal Auditory Cues Allow Relationship Quality to be Inferred During Conversations”, de Dunbar, R. I. M.; Robledo, J. P.; Tamarit, I.; Cross, I. y Smith, E. (2021) en el que los autores se preguntan si es posible inferir la calidad de la relación entre las personas que conversan a través de señales auditivas no verbales, y si es así, cómo.

El lenguaje es, sin duda, uno de los desarrollos evolutivos más importantes logrados por la raza humana. Aparte del papel obviamente central que tiene en el enriquecimiento de la cultura, tiene también un valor incalculable como medio a través del cual transmitimos información, negociamos la cooperación o transmitimos emociones.

Desde hace ya unos años, ha habido un interés creciente en estudiar cuáles son los aspectos del habla que tienen más peso, si los verbales o los no verbales.

Las primeras investigaciones afirmaban que predominaban los elementos no verbales. Mehrabian estaba entre los expertos que afirmaban esta idea, pues decía que, al menos con respecto a la comunicación de los afectos, más del 90% de la conversación se transmitía por señales no verbales, como la entonación, el volumen o las expresiones faciales.

Aunque hay otros muchos expertos que niegan esta versión, nadie duda de que las señales no verbales proporcionan una gran cantidad de información durante los intercambios verbales. De hecho, son las que nos permiten inferir el significado de un enunciado.

Esto también tiene que ver con Mehrabian y su famosa afirmación de que sólo el 7% del significado de cualquier enunciado se encuentra en su componente verbal.

Por otro lado, otros expertos encontraron, tras realizar sus experimentos, que tanto los canales de audio como los visuales, informan de forma independiente de características como el dominio social o la confiabilidad.

Los autores señalan que la crítica que más han recibido los estudios previos sobre el tema, es que se han centrado en la transferencia de información de un nivel muy bajo, como sería el reconocimiento de estados emocionales. Reconocer simplemente la expresión de una emoción, o una disposición afectiva, no es comparable con, por ejemplo, reconocer el grado de compenetración entre dos individuos que están manteniendo una conversación.

Un intento reciente de superar este desafío, descubrió que escuchar un clip breve de dos personas riendo juntas, era suficiente para permitir al oyente predecir si la pareja tenía una relación de amistad o eran extraños, con una precisión entre 53-67%, en 24 culturas diferentes.

Aunque esto está apenas por encima del nivel del azar, los resultados nos sugieren que puede ser posible inferir cierta información sobre la calidad de la interacción social a partir de señales únicamente no verbales.

El estudio de los autores se diferencia de los demás en que se utilizan grabaciones naturales de situaciones reales en las que interactúan dos o más personas. Los estudios anteriores, se centraban en cómo interpretamos información emocional con la declaración de un solo hablante.

El hecho de que se utilicen conversaciones naturales garantiza que los estímulos sean ecológicamente válidos y no incluyan exageraciones prosódicas como las que los actores introducen convencionalmente en los estudios de laboratorio.

Por otro lado, mientras que la mayoría de estudios anteriores se han centrado en las señales emocionales de las expresiones, los autores se centran en interpretar la calidad de la relación.

El estudio tiene como objetivo, por tanto, evaluar en qué medida se requiere información semántica y prosódica para que los oyentes identifiquen la calidad de la relación entre los hablantes.

Los participantes escucharon tres versiones distintas del mismo clip de audio: el clip original, con todas las señales prosódicas y verbales conservadas; una versión en la que se conservaron las pistas prosódicas pero se eliminó el contenido verbal; y una versión en la que el flujo de audio se convirtió únicamente en tonos y ritmo.

En él, participaron 199 hablantes nativos de inglés y 139 hablantes nativos de español para determinar si la familiaridad con el idioma tenía algún efecto.

Los autores hicieron tres predicciones: si el contenido verbal es primordial, esperaban que el rendimiento y aciertos estuviesen por encima del azar cuando los participantes escuchasen el audio completo; mientras que si las señales no verbales juegan un papel tan importante, el rendimiento estará por encima del azar incluso cuando el contenido verbal esté degradado.

Por otro lado, si el contenido verbal es crucial, los autores esperaban que los participantes tuviesen un mejor rendimiento al escuchar su propio idioma, con el que están más familiarizados.

Al clasificar los clips, los participantes podían elegir entre situaciones positivas, como: acuerdo libre, diferencias de opiniones (donde aún así los hablantes desean mantener una buena relación), comunión fática (los hablantes no están preocupados por el tema de conversación, sino simplemente pasan tiempo juntos) y provocación/broma amistosa.

También podían elegir entre interacciones negativas, como acuerdos forzados, desacuerdos sin consideración, chismes maliciosos o provocación agresiva.

El primero de los resultados sorprendió a los autores, ya que no concordaba con sus predicciones: no hubo diferencias significativas en el desempeño de hispanohablantes y angloparlantes al escuchar su propio idioma y el otro.

Las tasas más bajas de respuestas correctas las obtuvieron los clips que efectivamente correspondían a acuerdos forzados y chismes maliciosos. Esto puede deberse a que se necesita una gama más amplia de señales para aclarar el significado de la interacción en estos casos.

También había una tendencia a clasificar erróneamente la provocación/broma amistosa como acuerdos amistosos, y viceversa, lo que parece una alternativa razonable.

En los clips deslexicalizados, los participantes acertaron en un 80% cuando se trataba de clasificarlos como pertenecientes a interacciones positivas o negativas (es decir, tomaban una decisión binaria).

Los resultados generales confirmaron que las señales no verbales de los intercambios conversacionales por sí solas brindan información significativa sobre la calidad de la relación entre aquellos que interactúan.

Este estudio es interesante porque, entre otras cosas, puede tener muchas implicaciones para comprender los mensajes online, donde tenemos menos canales verbales y no verbales disponibles, según la interacción.

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