Amigos del Club del Lenguaje No Verbal, esta semana presentamos el artículo “Effects of color-emotion association on facial expression judgments”, de Takei, A. e Imaizumi, S. (2022), en el que los autores realizan un par de experimentos para investigar cómo se asocian ciertos colores a determinadas emociones cuando se trata de inferir éstas a partir de expresiones faciales.

Los seres humanos a menudo expresamos las emociones vinculándolas con colores en nuestras conversaciones del día a día. Por ejemplo, en inglés y japonés se utiliza mucho el color azul para expresar la tristeza (“I’m feeling blue” = «Me siento triste»). 

Sin embargo, también asociamos las emociones con la percepción visual de los colores. Por ejemplo, en WhatsApp podemos usar un emoticono de una cara de color rojo para transmitir enfado. De hecho, es posible que, debido a que la ira supone un aumento de flujo sanguíneo en el rostro, enrojeciéndolo, las personas hayan aprendido a ver este color en una cara de enfado. 

Todas estas asociaciones lingüísticas y perceptivas forman parte de las asociaciones color-emoción. 

La teoría de la metáfora conceptual puede explicar la asociación color-emoción. De acuerdo con esta teoría, para comprender los conceptos abstractos relacionados con el pensamiento y la acción, los humanos aplican las estructuras de otros conceptos concretos a los conceptos abstractos específicos, que son experiencias perceptivas claras. En otras palabras, las estructuras metafóricas de conceptos como “la tristeza es azul” y “la ira es roja” facilitan la comprensión de conceptos relacionados con las emociones.

Debido a tales asociaciones, la percepción de los colores puede recordar a las personas de forma explícita o implícita las emociones correspondientes e incluso sesgar sus juicios sobre los estímulos emocionales que reciben. 

Por ejemplo, en un estudio de 2020, los participantes tendieron a asociar la ira y el amor con el rojo, la tristeza con el gris y la alegría con el amarillo. En otro estudio de 2012, relacionaron con la ira las palabras escritas en rojo con más rapidez que si éstas se escribían con azul. Esto sugiere que el rojo se asocia con la ira y mejoraría el procesamiento lingüístico relacionado con ella.

En términos de cognición social, es importante que los humanos comprendan los estados emocionales de los demás. Las expresiones faciales son especialmente útiles para ello, pero también se utilizan otros recursos. De forma parecida, los colores asociados con las emociones también afectan al reconocimiento y el juicio de las emociones combinados con las expresiones faciales. 

En un experimento de 2013, los participantes categorizaron rostros enfadados contra fondos rojos, azules o grises. Los resultados mostraron que el juicio de rostros enfadados fue más rápido contra un fondo rojo, lo que sugiere que el color facilita el reconocimiento de expresiones faciales. 

En otro experimento, este de 2020, los participantes categorizaron las imágenes de caras y emoticonos que representaban la felicidad y la ira sobre un fondo rojo o verde. Las imágenes de ira se volvieron a categorizar más rápido de forma correcta sobre el fondo rojo, ocurriendo lo mismo con la felicidad y el color verde. 

Aunque estudios previos como esto sugieren asociaciones color-emoción, algunas han sido más controvertidas, como la de la tristeza y el color azul. En algunos países es así, pero en otros está asociado con emociones positivas. En un estudio de 2020 se sugería que el gris estaba más relacionado con la tristeza que el color azul, pero aún hay que explorar más esta idea. 

Para ahondar sobre todo esto y saber con qué colores se asocian algunas emociones, los autores llevaron a cabo un par de experimentos.

El primero de ellos se realizó con 20 sujetos y se utilizaron fotografías de personas mostrando felicidad y tristeza. Se colocaron sobre un fondo de color amarillo, azul o gris, y se pidió a los participantes que ignoraran los colores y juzgaran si la cara expresaba felicidad o tristeza. 

El experimento dos, en el que participaron 19 personas, fue igual al primero, excepto porque el color del fondo fue mostrado un poco más tarde que el rostro, superponiendo el estímulo facial al estímulo del color. 

Los resultados sugieren que el amarillo, que se pensaba que estaba asociado con la felicidad, facilita el juicio de la expresión facial feliz, lo cual es consistente con hallazgos anteriores. 

Sin embargo, aunque se esperaba que el azul y/o el gris estuviesen asociados con la tristeza, los resultados no apoyaron esta idea. 

Aquí es donde entra la teoría de la metáfora conceptual otra vez, con la idea de que “la felicidad es luz” y “la tristeza es oscuridad”. 

El contraste de alegría y tristeza puede interpretarse no sólo como una valencia emocional distinta, sino también como diferencias extremas en su brillo. 

Los resultados pueden interpretarse como una sugerencia de que el amarillo facilita el juicio de la felicidad porque activa una asociación metafórica de “ligereza-felicidad” que proporcionan los colores brillantes. 

Por otro lado, el gris y el azul podrían no ser colores simbólicos de la oscuridad y, por tanto, no activar la asociación “oscuridad-tristeza”. 

Por otro lado, gracias al experimento 2, se sugiere que la asociación color-emoción es más fuerte cuando el color y la emoción se experimentan perceptivamente de forma simultánea. 

Los autores señalan, como conclusión, que sería muy interesante continuar investigando sobre cómo la luminancia y el brillo de los colores afecta a la percepción de las emociones.

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