Amigos del Club del Lenguaje No Verbal, esta semana presentamos “Perception of emergent leaders’ faces and evolution of social cheating: cross-cultural experiments” de Rostovsteva, V. V.; Mezentseva, A. A. y Butovskaya, M. L. (2022), en el que las autoras realizan un estudio para saber si la apariencia del rostro es una fuente de información real sobre la capacidad de liderazgo de las personas. 

Desde el punto de vista evolutivo, se asume que los líderes serán quienes deben actuar en interés del grupo y facilitar la coordinación entre los miembros de éste para conseguir el bien común. 

Algunos estudios empíricos sugieren que, el engaño, también puede ocurrir en el contexto del liderazgo humano, el cual, a su vez, está estrechamente relacionado con los rasgos de la personalidad específicos de cada líder. 

Por ejemplo, las personas que obtienen puntuaciones altas en maquiavelismo en test de personalidad, son percibidas por los otros, normalmente, como líderes carismáticos y buenos, y tienden a ocupar, además, puestos de alta dirección, especialmente en empresas con poco recorrido. Por el contrario, a largo plazo, estos líderes tienen un efecto perjudicial en las carreras y el bienestar de sus seguidores. 

En un estudio anterior de las mismas autoras, donde se utilizó un juego (basado en el Public Goods Game, o iPGG) en el que se revelaron tres tipos de liderazgos: primero, aquellos no líderes; después, aquellos con liderazgo prosocial; por último, aquellos identificados como líderes-tramposos

El análisis de este estudio reveló que cada uno de estos comportamientos tenía un conjunto de características distintivas de personalidad, comunicación y cooperación. Tanto los líderes prosociales como los líderes tramposos fueron igualmente seguidos por otros miembros del grupo, en el 88% de los casos, indicando la existencia de estrategias comunicativas exitosas para los dos tipos de líder, incluso los tramposos, lo que les permitió, probablemente, generar una sensación de confianza en los demás, a pesar de las intenciones engañosas reales. Este estudio anterior al que nos ocupa, se realizó con jóvenes buriatos del sur de Siberia, un grupo de pastores tradicionales de origen mongol. 

El presente estudio fue diseñado para extender los hallazgos previos. Las autoras plantearon varias preguntas, como: ¿los rostros neutrales de los individuos tienen características comunes que los definen en uno u otro grupo?, si es así ¿qué rasgos físicos y de comportamiento se atribuyen a cada grupo?, entre otras. 

Se plantearon las hipótesis de que los observadores podrían diferenciar el potencial del liderazgo y los estilos de liderazgo por ciertas características físicas y de comportamiento basándose sólo en información facial estática, y, por otro lado, las autoras esperaban que los rostros de los líderes se percibieran como más masculinos, más fuertes, dominantes y saludables en comparación con los demás. 

En este estudio se construyeron unas fotografías prototipo a partir de los rostros de los participantes del primer estudio. En concreto, se consiguió un retrato del “no líder”, un retrato del líder prosocial y un retrato del líder-engañoso, conseguidos haciendo una mezcla con los de todos los participantes de cada grupo. Recordamos que estos jóvenes pertenecían a un grupo étnico concreto.

Después, se reunió a un total de 104 jóvenes, algunos de ellos eran rusos y otros también formaban parte de la comunidad buriata del sur de Siberia.

Dividieron a los participantes en grupos. Cada uno de los individuos de los grupos poseía 20 fichas y entre todos los miembros tendrían un fondo común, que perderían o ganarían en función de sus opiniones con respecto a las fotografías obtenidas del primer estudio: debían negociar qué les transmitía y por qué, y lograr un consenso. 

Los resultados demostraron que vivir en un entorno social de raza mixta no afectó a los juicios de los retratos, ya que los rusos no difirieron de los buriatos en las calificaciones de los retratos ni en la consistencia de sus juicios. 

Parece ser que las características que distinguen a los líderes-tramposos y los líderes prosociales son la forma de los ojos, los labios, la mandíbula y las cejas. Los líderes tramposos tienen los ojos más grandes y redondeados, los labios más carnosos, la mandíbula más redondeada y las cejas más prominentes

El estudio abre nuevas perspectivas para futuras investigaciones, invocando la investigación de estructuras faciales particulares que puedan distinguir a individuos con diferentes cualidades de liderazgo. Las autoras recomiendan seguir estudiando sobre el tema para obtener ideas aún más concluyentes.

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