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Convenciones culturales y lateralidad manual. Club Lenguaje No Verbal.
Convenciones Culturales y Lateralidad Manual. Club Lenguaje No Verbal.

Estimados suscriptores y seguidores del Club del Lenguaje No Verbal, esta semana les presentamos un resumen del artículo “En busca de influencias culturales en la asociación corporal específica de la preferencia de mano y la valencia emocional”, de los autores Juanma de la Fuente, Antonio Román y Julio Santiago de la Universidad de Granada (España) y, Daniel Casasanto del New School for Social Research (EE.UU.), acerca de las convenciones culturales sobre el uso de la mano derecha o izquierda.

En muchas lenguas y culturas se asocia el lado derecho con las cosas buenas y el lado izquierdo con las cosas malas. Casasanto demostró que los zurdos tienden a asociar la izquierda con ideas positivas y la derecha con ideas negativas, mientras que los diestros muestran una correspondencia culturalmente aceptada. Así, cada grupo asocia el bien con su lado dominante, un efecto corporal específico en la estructura conceptual. Las diferencias corporales determinan la dirección de las asociaciones espaciales y de valencia. Curiosamente, Casasanto no encontró pruebas de influencia cultural en relación con “lo bueno está en la derecha” superpuesta al patrón corporal específico.

En base a los resultados hallados en los estudios realizados con hablantes holandeses e ingleses, parece ser que las convenciones culturales que asocian el bien con la derecha no juegan ningún papel en el establecimiento del mapa conceptual entre el espacio izquierda-derecha y las ideas sobre el bien y el mal. Sin embargo, las convenciones sobre izquierda-derecha en la cultura inglesa y holandesa pueden no ser tan fuertes como en otras culturas. En inglés y en holandés, la “izquierda” se asocia con la torpeza, pero no necesariamente con lo sucio o con el mal. La cultura árabe, sin embargo, tiene convenciones más fuertes en favor de la derecha y en contra de la izquierda. En la cultura árabe hay tabúes acerca de la izquierda que se aplican a todo tipo de actividades cotidianas. Si la cultura juega un papel en el establecimiento de la asociación conceptual entre el espacio izquierda-derecha y en la evaluación emocional, su efecto debería ser más perceptible en la cultura árabe que en otras culturas que carecen de esos prejuicios. En este artículo se compara la correspondencia entre el espacio izquierda-derecha y la valencia emocional en árabes, españoles, y árabes biculturales que viven en España.

Experimento 1: Asociaciones espaciales y de valencia en españoles y árabes biculturales. El primer paso fue replicar los hallazgos de Casasanto en españoles diestros y zurdos. España comparte las principales características de la cultura occidental con los grupos americanos y holandeses previamente evaluados, pero también difiere de manera importante debido a sus raíces católicas, frente a los protestantes. Además, la lengua española pertenece a una familia lingüística diferente, las lenguas romances (frente a la germánica). Se planteó asimismo extender los resultados anteriores a los participantes biculturales, mediante la inclusión de un grupo de árabes que viven en España.

A los participantes se les presentó un dibujo que representaba a un personaje de dibujos animados, visto desde arriba con una caja a la izquierda y otra a la derecha Se les dijo que el personaje (llamado Bob o Mohamed, según la cultura del participante) estaba planeando una visita al zoológico y que le encantan las cebras y piensa que son buenas, pero odia a los pandas y piensa que son malos (o viceversa). Se les indicó a los participantes que colocasen el animal bueno en la casilla correspondiente a las cosas buenas y el animal malo en la casilla correspondiente a las cosas malas. Tras completar esta tarea, los participantes respondieron a cinco preguntas informativas.

Después de las preguntas, se les pidió a los participantes que indicaran si eran diestros o zurdos. Experimento 2: Asociaciones espaciales y de valencia en árabes marroquíes. El experimento se llevó a cabo en Marruecos para evaluar un grupo adicional de participantes árabes en la misma tarea. Todos los participantes estaban inmersos en la cultura árabe (en Marruecos) y el lenguaje (Darija, el dialecto local del árabe). El procedimiento fue el mismo que para los grupos anteriores, con la excepción de que los materiales se tradujeron en darija. No se les pidió que indicaran si eran diestros o zurdos. En su lugar, realizaron una prueba de predominancia manual.

Estos resultados replican la asociación corporal específica entre lo bueno y el lado dominante del espacio encontrada por Casasanto en individuos de dos nuevas culturas (española y árabe), probada en dos nuevos idiomas (español y darija). No se han encontrado efectos de las presiones culturales que favorezcan la superposición de la derecha sobre el patrón corporal específico de las asociaciones implícitas. Por otra parte, se han encontrado asociaciones implícitas similares entre el espacio izquierda-derecha y la valencia emocional entre los españoles evaluados en España, los árabes biculturales evaluados en España, y los árabes evaluados en Marruecos. Las comparaciones entre los diestros de los tres grupos no mostraron diferencias significativas en la preferencia implícita de asociar lo bueno con el lado derecho del espacio. No obstante, el grupo árabe marroquí posee creencias explícitas más fuertes acerca de la relación entre la derecha y el bien que el grupo español.

En resumen, los datos actuales confirman que las asociaciones explícitas del lado derecho con las cosas buenas y el lado izquierdo con las cosas malas son más fuertes en la cultura árabe que en la cultura española. La fluidez percepto-motora corporal específica sigue siendo, hasta el momento, la única explicación para la asociación conceptual del espacio horizontal y la evaluación emocional. Mientras que la fuerza de las asociaciones explícitas espaciales y de valencia varían entre culturas, la fuerza de las asociaciones implícitas espaciales y de valencia no varían. Las convenciones idiomáticas y culturales que relacionan la derecha con el bien y la izquierda con el mal no parecen tener ningún efecto sobre las asociaciones implícitas espaciales y de valencia de las personas.

Sin embargo, la prueba definitiva para afirmar esta conclusión, debería incluir los datos de zurdos árabes. Pero dada la dificultad de encontrar este tipo de participantes, una estrategia alternativa será la de cambiar temporalmente la fluidez percepto-motora en los árabes diestros tal y como hicieron Casasanto y Chrisykou, que demostraron que unos pocos minutos de ejecución menos fluida con la mano derecha fueron suficientes para revertir las asociaciones implícitas de los participantes diestros holandeses del bien con la derecha y del mal con la izquierda. En consecuencia, si la cultura influye, los diestros árabes deberían ser más resistentes que los diestros españoles a los efectos del entrenamiento motor.

Si quieres saber más sobre el comportamiento no verbal y su aplicación, visita nuestro Máster en Comportamiento No Verbal y Detección de la Mentira. También puedes seguir leyendo artículos de comportamiento no verbal en nuestro blog de Comportamiento No Verbal.

Fundación Universitaria Behavior & Law – Club del Lenguaje No Verbal

Traducción y edición: Leticia Moreno

Los Gestos en la Conversación. Club Lenguaje No Verbal.
Los Gestos en la Conversación. Club Lenguaje No Verbal.

Estimados suscriptores y seguidores del Club del Lenguaje No Verbal, esta vez les ofrecemos un resumen del artículo “Cuando las palabras fallan: Gestos de colaboración en diálogos explicativos”, de los autores Patrick G.T. Healy y Nicola Plant de la Universidad Queen Mary de Londres (RU), Christine Howes de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) y, Mary Lavelle del King’s College (RU), que trata sobre la naturaleza colaborativa del diálogo.

La conversación es una actividad colaborativa e interactiva en la que tanto el que habla como el que escucha contribuyen simultáneamente al establecimiento de cada turno. Poco se sabe acerca de cómo se realizan los gestos durante una interacción cara a cara. Lo que se sabe indica que un contexto conversacional tiene efectos significativos tanto en el tipo de gestos que se producen y cómo se realizan. Aunque los gestos del que habla suelen ser el foco de atención en la conversación los oyentes también pueden contribuir a la interacción. Una de las funciones de conversación común de los gestos de un oyente es proporcionar retroalimentación al hablante acerca de cómo están respondiendo los destinatarios a la intervención expuesta.

La forma más conocida de retroalimentación de este tipo son los canales de apoyo verbales como “mmm”, “ahah” o asentir con la cabeza que proporcionan evidencia de que los destinatarios han entendido la intervención hasta el momento. La conversación también crea oportunidades para el uso de gestos cuidadosamente coordinados, como la rectificación reciproca de gestos y el uso de los espacios temáticos compartidos, que son exclusivos de la conversación. Los gestos de los oyentes son especialmente interesantes porque la mayoría de los modelos de producción gestual han asumido que los elementos del sistema cognitivo o computacional que los producen están “mecánicamente conectados” a través de los nervios, músculos o esqueleto.

Así pues, los oyentes pueden proporcionar muestras de comprensión al orador. Sin embargo, se puede asimismo sacar provecho de la retroalimentación para señalar problemas en una interacción y esto también puede realizarse con gestos. Esta retroalimentación negativa puede darse en forma de aceptación o puede implicar intentos de iniciar o responder a aclaraciones. Una motivación clave para el análisis que aquí se presenta es la idea de que la evidencia de falta de comprensión determina los puntos de inflexión en una interacción, requiriendo que la gente cambie el curso y realice cambios o rectificaciones para retomar el hilo. Por tanto, esto conduce a la hipótesis general de que los recursos comunicativos son muy valiosos cuando surgen problemas de entendimiento en una conversación. Los gestos, especialmente los de los oyentes, ofrecen tales recursos.

Cuando un hablante tiene problemas en su turno de palabra, sus destinatarios intensifican el uso de recursos no verbales para tratar de resolver el problema. En este trabajo se analiza la hipótesis de que los gestos que realizan los oyentes con las manos deberían ser especialmente valiosos cuando aparecen problemas de comprensión en la conversación. Tal y como se ha demostrado, los gestos y las expresiones faciales de los oyentes pueden proporcionar importante información de contenido específico además de servir de funciones genéricas de gestión de la interacción como quien va a hablar a continuación. Los diálogos aclarativos representan una forma particularmente explícita y crítica de retroalimentación donde los participantes han decidido que algún punto de entendimiento tiene que ser abordado antes de que continúe la conversación.

En este trabajo, se exploran dos elementos de las hipótesis. En primer lugar, que las secuencias de clarificación son situaciones en las que el componente verbal de la interacción es insuficiente y deben emplearse recursos no verbales para compensar. En segundo lugar, si la conversación es un esfuerzo de colaboración, deberían ser situaciones en las que los destinatarios (oyentes) ayuden a retomar el hilo de la conversación. Además, se prevé que si los oyentes están colaborando o tratando de colaborar en la solución del problema abordado en la aclaración, sus respuestas deberían conllevar un mayor uso de gestos específicos de contenido (gestos icónicos y mímica) y no sólo, por ejemplo, movimientos de la mano que supongan retroalimentación genérica, búsqueda de palabras o intentos por tomar la palabra.

Para probar estas predicciones se han examinado los patrones gestuales del hablante y del oyente durante las secuencias de clarificación en interacciones narrativas espontáneas. La tarea básica consiste en recordar una experiencia específica que se haya tenido y describirla a la otra persona. Las experiencias son sugeridas, al azar, de un conjunto de seis experiencias corrientes: dolor de espalda, risa, masaje, dolor de estómago, dolor de muelas y bostezo.

Los resultados hallados proporcionan apoyo adicional para afirmar que en el diálogo libre, ambos participantes hablante y oyente, contribuyen activamente al establecimiento de cada turno. Aunque los oyentes mueven sus manos menos que los hablantes, aportan una retroalimentación simultánea a los hablantes y a veces usan señales no verbales para tratar directamente de ayudar al hablante a establecer su turno.

En general, los hablantes mueven más sus manos y producen más gestos específicos de contenido, mientras que los oyentes proporcionan principalmente información para indicar una atención continua y comprensión. Este trabajo amplía la bibliografía separando las secuencias de aclaración del resto de los diálogos y demostrando que implican un uso distintivo de los recursos no verbales en las que ambos hablantes y oyentes cambian su comportamiento.

Estos resultados y los hallazgos anteriores revelan el papel fundamental de las aportaciones de los oyentes durante las rectificaciones y aclaraciones y son consistentes con la idea de que determinan los puntos de inflexión en una conversación. En consecuencia, sostienen que las personas son especialmente sensibles a estos momentos y, los oyentes dedicarán un esfuerzo adicional importante en solventarlos. Asimismo, revelan un conjunto potencialmente útil de claves para la identificación automática de los puntos críticos en la interacción espontánea.

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Fundación Universitaria Behavior & Law – Club del Lenguaje no Verbal

Traducción y edición: Leticia Moreno

La Conducta de Voto. Club Lenguaje No Verbal.
La Conducta de Voto. Club Lenguaje No Verbal.

Estimados suscriptores y seguidores del Club del Lenguaje No Verbal, en esta ocasión les presentamos un resumen del artículo “La imitación convierte en votantes prosociales”, de las autoras Mariëlle Stel y Fieke Harinck de la Universidad de Leiden (Países Bajos.), acerca del impacto que tiene la conducta de los votantes en el ámbito de la política.

La conducta de voto tiene un gran impacto en el gobierno y en la ruta política que se toma. La influencia de la imitación, definida como el acto de imitar el comportamiento no verbal de otra persona, es un importante factor que no ha sido investigado de forma empírica. La investigación ha demostrado que la imitación facilita los pensamientos y comportamientos prosociales, por lo tanto es posible que afecte a las opiniones de las personas sobre los partidos políticos prosociales e incluso a su conducta de voto. En este artículo se aborda esta cuestión mediante la investigación de los efectos de la imitación sobre la conducta de voto.

Generalmente, el hecho de imitar es inconsciente y se ha podido demostrar en varios ámbitos del comportamiento, como la imitación vocal, facial y de la postura. Esta imitación influye inconscientemente y de manera positiva tanto en las opiniones y comportamientos de los imitadores como de los imitados hacia su compañero de interacción y otras personas en general. Una de las consecuencias de la imitación es que conlleva una visión más prosocial de uno mismo y un comportamiento más prosocial hacia los demás. Así pues, del mismo modo la imitación dará lugar a un voto más prosocial. Se prevé que las personas prosociales se sientan más atraídas hacia partidos de izquierdas o liberales en lugar de hacia partidos de derechas o conservadores. Las personas prosociales se preocupan por la igualdad y la armonía interpersonal, lo que está relacionado con políticas de izquierdas. En investigaciones anteriores se ha demostrado que las personas cuyo razonamiento moral tiene una inclinación más prosocial son igualmente más liberales en sus actitudes políticas. En resumen, se espera que el hecho de ser imitado suponga más votos de izquierdas que de derechas. En un experimento de laboratorio, se ha podido determinar la relación causal entre la imitación y la hipotética conducta de voto. Para poner a prueba las hipótesis mencionadas, los participantes debían interactuar con un cómplice entrenado para imitar o para no hacerlo. Tras la interacción, se midió la inclinación de los participantes hacia los demás. Presentada como una parte sin relación con el experimento, se preguntó a los participantes por que partido votarían si las elecciones políticas se celebrasen en ese momento. Asimismo, para comprobar otros posibles mediadores, se midieron la conexión empática que habían sentido los participantes hacia el compañero de interacción y la actitud de los participantes hacia una cuestión prosocial.

Esta investigación ha revelado que el porcentaje de votantes de izquierdas fue significativamente mayor en los que acababan de ser imitados en una conversación en comparación con los que no estaban siendo imitados. Es este cambio en la visión de uno mismo como más conectado con los demás, y no la conexión con el compañero de interacción, el responsable de los efectos. Por lo tanto, debido a la sensación de estar más conectado con los demás en general, tal y como se planteaba en la hipótesis inicial, los participantes votaron de una manera más prosocial y de izquierdas. El análisis de los participantes que cambiaban el voto parece sugerir que los resultados se deben a que los no imitados cambian con más frecuencia de una tendencia de voto de izquierdas a una de derechas en comparación con los imitados. Normalmente un voto político es la elección deliberada de un partido con el que uno se identifica, o que corresponde con los valores que se han interiorizado a lo largo de la vida. La investigación muestra que el hecho de ser imitado, lo cual se percibe de manera inconsciente, puede incluso influir en este tipo de comportamientos deliberados resultado de nuestras propias normas y valores. Una de las limitaciones del estudio podría ser que la muestra es predominantemente femenina. Los resultados son estables al analizar únicamente a mujeres. No obstante, no se prevé que los resultados sean distintos si la muestra fuera principalmente masculina. En primer lugar, no existen evidencias de que hombres y mujeres difieran en su orientación hacia los demás y en su conducta de voto. En segundo lugar, la investigación previa ha demostrado que no existen diferencias en los resultados entre hombres y mujeres en relación a los efectos que tiene el hecho de ser imitado en las actitudes prosociales o en el comportamiento. Se podría criticar que el hecho de que la imitación tenga lugar justo antes de emitir el voto es una situación excepcional y artificial. Sin embargo, la gente imita de manera inconsciente y es imitada continuamente en su día a día, incluso cuando los demás son desconocidos. Por lo tanto, aunque el marco experimental pueda considerarse artificial, la situación puede generalizarse al mundo real. En futuras investigaciones se podría analizar la duración de éstos efectos de la imitación sobre la conducta de voto. Es posible que los efectos de la imitación sobre la conducta de voto sólo se produzcan cuando la votación se emite durante un periodo de tiempo limitado tras la imitación. Sería interesante, y de interés práctico, investigar cuando empiezan a desaparecer los efectos de la imitación y después de cuanto tiempo los efectos ya no aparecen. En este sentido, el estudio muestra que la imitación afecta incluso a la conducta que no sigue directamente a la imitación, la que se manifiesta después de realizar otras breves tareas. Sería igualmente interesante investigar si la fuente de la imitación influye en la aparición de los efectos. Se podría plantear si el hecho de ser imitado por una persona abiertamente de derechas afectaría a la tendencia prosocial de izquierdas o de derechas en la conducta de voto. La investigación, al demostrar que el hecho de ser imitado despierta la simpatía por el imitador, indicaría que cuando se está siendo imitado por una persona de derechas, esta simpatía que se genera puede cambiar la conducta de voto hacia una tendencia más de derechas. Sin embargo, los resultados actuales parecen suponer que el acto de ser imitado conduce a una visión más prosocial de uno mismo, lo que influye en que la conducta de voto tenga una inclinación más prosocial. En conclusión, los resultados presentes muestran que la imitación no sólo conlleva que las personas estén más orientadas hacia los demás, sino que el hecho de ser imitadas las convierte incluso en votantes más prosociales.

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Fundación Universitaria Behavior & Law – Club del Lenguaje no Verbal

Traducción y edición: Leticia Moreno

Expresiones faciales de enfado. Club Lenguaje No verbal.
Expresiones faciales de enfado. Club Lenguaje No verbal.

Estimados suscriptores y seguidores del Club del Lenguaje No Verbal, esta semana les ofrecemos un resumen del artículo “La función de Compromiso de las Expresiones Faciales de Enfado”, de los autores Lawrence Ian Reed y Steven A. Pinker de la Universidad de Harvard (EE.UU.) y, Peter DeScioli de la Universidad Estatal de Nueva York (EE.UU), que trata de las funciones de las expresiones faciales.

Las expresiones de enfado están entre las señales más comunes de la vida social humana. Una cara de enfado puede incrementar las hostilidades y llevar a un comportamiento destructivo, incluyendo la violencia. Las personas instintivamente pueden sentir que las expresiones de enfado también pueden mantener la paz transmitiendo las expectativas sociales y los límites personales: la amenaza de agresión puede evitar la agresión real. Sin embargo, esta intuición es teóricamente incompleta y no comprobada empíricamente. En los experimentos aquí publicados, se ha probado una particular versión de la misma: que las expresiones de enfado funcionan como amenazas creíbles en las negociaciones.

La teoría acerca de las expresiones faciales plantea que señalan los estados emocionales o las tendencias de acción. El problema de una teoría de señalización simple es que no siempre es evidente por qué es adaptable para un organismo transmitir su estado interno o su inminente acción, o por qué un perceptor debe tomar las señales al pie de la letra. La teoría de juegos ha proporcionado un gran avance en la especificación de la función comunicativa de las expresiones faciales: la hipótesis de que las expresiones indican el compromiso de llevar a cabo una amenaza o promesa en situaciones de negociación. El objetivo del compromiso es influir en las decisiones del socio dejándole la última oportunidad para decidir el resultado. Un problema inherente al compromiso es hacerlo de manera que sea creíble. Dado que el cumplimiento emocional es interno e inobservable, los compromisos subjetivos deben parecer creíbles para ser eficaces.

Sin embargo, un problema importante es que se pueden obtener beneficios engañando a los perceptores con una amenaza o promesa, para después renegar si los costes son demasiado altos (“farol”). En este caso, las expresiones faciales serían “palabrería”, y los perceptores aprenderían a ignorar las señales. Las expresiones de ira revelan estados agresivos e inflexibles y la intención de acercarse con ánimo de hostilizar. El enfado y las amenazas se producen a menudo en situaciones de negociación cuando dos individuos tienen intereses encontrados sobre la división de los recursos, como el precio de venta de un negocio, pero también tienen un interés común en llegar a un acuerdo.

Se ha modificado el juego del ultimátum para investigar el efecto de las expresiones de enfado en la credibilidad de las amenazas en las negociaciones. En el juego del ultimátum estándar, un proponente decide la cantidad de dinero que ofrece a un respondedor, y este decide si acepta o rechaza la oferta, si la oferta es rechazada, ninguno recibe nada. A pesar de que un respondedor racional, e interesado debería aceptar cualquier oferta mayor que cero, normalmente suelen ser malintencionados y rechazan las ofertas que consideran injustamente bajas.

Este comportamiento se ha interpretado como una manifestación de enfado. Para poner a prueba la credibilidad de las expresiones de enfado, se ha alterado el juego del ultimátum de tal manera que antes de hacer una oferta el proponente considera una demanda supuestamente emitida por un respondedor en concreto (Experimento 1) o por un respondedor cualquiera (Experimento 2), que muestra una expresión facial de enfado o una neutra. Además, para examinar si la expresión ha cambiado la credibilidad de la amenaza (en lugar de cambiar el estado de ánimo o algún otro factor no específico), se ha manipulado asimismo la credibilidad inherente de la amenaza variando la cantidad requerida por el respondedor.

En el Experimento 1, se analizaron las ofertas de proponentes en un juego del ultimátum con amenazas de los respondedores. Antes de hacer una oferta, se le dijo a cada proponente que sería emparejado con un respondedor en particular grabado en vídeo. Las amenazas consistieron en un breve vídeo de una expresión facial neutra o de enfado junto con un mensaje escrito exigiendo ya sea el 50% o el 70% del bote. En el Experimento 2, se ha querido probar si se producía el mismo efecto cuando los participantes no se dejaban engañar por sus socios: la persona del vídeo era descrita como un respondedor cualquiera en lugar del socio asignado. Se ha probado si una expresión de enfado aumentaría la credibilidad percibida de una amenaza, incluso cuando no proporciona información sobre un socio específico.

Los resultados de ambos experimentos apoyan la hipótesis de que las expresiones actúan como amenazas creíbles en situaciones de negociación: una expresión de enfado aumenta las ofertas cuando se combina con una demanda menos razonable o verosímil, pero no cuando se combina con una demanda justa, verosímil, y por lo tanto creíble. Los efectos fueron lo suficientemente fuertes como para inducir a los proponentes a hacer ofertas generosas (lo que favorecía a sus socios, algo muy poco frecuente en los juegos de ultimátum), y ocurría independientemente de si los perceptores veían la expresión facial de la persona descrita como su respondedor asignado o una persona descrita como respondedor cualquiera. Estos hallazgos sugieren que las expresiones de enfado no son palabrería sino que son percibidas como señales honestas de la voluntad de la persona de llevar a cabo una amenaza.

Por lo tanto, la expresión y la percepción de la ira pueden evitar un comportamiento malintencionado en situaciones de negociación, beneficiando tanto a remitentes como a receptores. Un sorprendente aspecto de estos hallazgos es el efecto de la expresión de enfado a pesar de haber sido creada en lugar de espontáneamente emitida. En el contexto del experimento, esta expresión de hecho no era sincera sino fingida, sin embargo, los participantes la trataron como si fuera genuina.

En futuras investigaciones se podría examinar si los efectos son generalizables a las expresiones espontáneas, así como al envío de señales de compromiso, mediante la observación de las amenazas de respondedores en interacciones cara a cara permitiendo la expresión espontánea de emociones. El hecho de que las ofertas estén controladas por estados emocionales internos no solo evidencia las teorías de la función adaptativa de las emociones y las expresiones emocionales sino también el estudio de las negociaciones. Los negociadores experimentados saben que, los tratos no solo se ven afectados por el interés propio racional, sino que se ven igualmente influidos por las reacciones emocionales de las partes, incluyendo las percepciones acerca de cómo valora cada parte el bienestar de la otra. Por consiguiente, el estudio del papel de las emociones en los tratos y las negociaciones ofrece la posibilidad de explicar las respuestas tanto racionales como irracionales.

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Fundación Universitaria Behavior & Law – Club del Lenguaje no Verbal

Traducción y edición: Leticia Moreno

¿Vestir de manera formal tiene consecuencias psicológicas? Club Lenguaje No Verbal.
¿Vestir de manera formal tiene consecuencias psicológicas? Club Lenguaje No Verbal.

Estimados suscriptores y seguidores del Club del Lenguaje no Verbal, en esta ocasión les sugerimos un resumen del artículo “Las consecuencias cognitivas de la ropa formal”, de los autores Michael L. Slepian de la Universidad de Columbia (EE.UU.) y, Simon N. Ferber, Joshua M. Gold y Abraham M. Rutchick de la Universidad Estatal de California (EE.UU), sobre las consecuencias cognitivas de vestir de manera formal.

Solemos llevar ropa formal en diversas situaciones, para ir al trabajo, cuando recibimos a alguien, o para una entrevista de trabajo. Normalmente la ropa formal se lleva para seguir las normas, pero también sirve para infundir respeto, transmitir profesionalidad y mantener la distancia social. Así pues, llevar una vestimenta formal está relacionado con la formalidad psicológica y la distancia social, mientras que la vestimenta informal está relacionada con la intimidad y la familiaridad. Durante mucho tiempo la psicología se ha interesado por el significado de la forma de vestir. La ropa influye en las impresiones que causamos a los demás y en cómo estos son tratados. Nuestra propia ropa puede influir en la autopercepción.

El procesamiento abstracto consiste en representaciones mentales de orden superior, holísticas y generales, mientras que el procesamiento concreto se basa en representaciones mentales más subordinadas y limitadas. Estos estilos de procesamiento influyen en una gran variedad de procesos de toma de decisiones, incluyendo la búsqueda de información, la elección intertemporal y las estimaciones de probabilidad. La teoría del nivel de conceptualización postula que, frente al pensamiento concreto el pensamiento abstracto se determina significativamente por la distancia psicológica. Los sucesos psicológicamente distantes son apreciados de una forma relativamente abstracta, mientras que los eventos psicológicamente cercanos se aprecian de una manera relativamente concreta. Un trabajo reciente demuestra que la distancia social en forma de cortesía incrementa el pensamiento abstracto.

El trabajo actual incorpora la bibliografía sobre los niveles de conceptualización y las consecuencias psicológicas de la vestimenta tomando en cuenta el impacto de la ropa en el procesamiento cognitivo abstracto y concreto. En particular, puesto que la vestimenta formal está relacionada con un aumento de la distancia social, entonces se plantea que el uso de ropa formal incrementará el procesamiento cognitivo abstracto. Para ello se han llevado a cabo varios estudios. Los estudios 1 y 2 pusieron a prueba si la formalidad de la ropa de los participantes se asociaba con un procesamiento más abstracto. En los estudios 3 y 4 se manipuló la forma de vestir de los participantes y se analizó el impacto de las prendas de ropa formal. Por último, el estudio 5 examinó si la ropa formal se asocia con un aumento de la distancia social y, a su vez con el procesamiento abstracto.

Tener el poder es tener el control sobre los recursos sobre los que los demás no poseen ese control. Esto conduce a una distancia social asimétrica; los que no tienen el poder dependen de los poderosos (para esos recursos), mientras que los poderosos son más independientes, y por lo tanto más distantes socialmente. El poder como medida de distancia social se debe considerar de manera relativa; los poderosos no se sienten socialmente más distantes en relación a todas las demás personas, sino de sus equivalentes de bajo poder en particular (de los que son más independientes). Esto puede explicar por qué sólo se encuentra un efecto indirecto característico a través del poder.

La ropa formal (al igual que el lenguaje formal) es un indicador de situaciones que no son informales ni familiares. De hecho, encontramos que por encima de cualquier estatus sociométrico que se pueda experimentar con el uso de ropa formal, este aumento de distancia social (sentimientos de poder) predice el procesamiento abstracto. Estas explicaciones se ajustan a los trabajos que demuestran la relación entre la formalidad del lenguaje (es decir, su cortesía) y el procesamiento cognitivo abstracto, así como a una reciente teoría de la distancia social del poder. Una posible alternativa es que el uso de ropa formal fuera un hecho novedoso, y esta experiencia de novedad indujera el procesamiento abstracto, en lugar de la experiencia de formalidad. Los resultados actuales amplían los trabajos mencionados sobre la formalidad del lenguaje y el procesamiento abstracto.

Aquí, se demuestra que no sólo el lenguaje formal incrementa el procesamiento abstracto, sino que también lo hace la forma de vestir formal. Los actuales hallazgos amplían asimismo la investigación acerca de la influencia multimodal en el procesamiento conceptual. Dichos estudios han proporcionado nuevos conocimientos sobre la naturaleza de la conceptualización y la categorización, incluyendo cómo los estados sensoriales influyen y son influidos por los procesos cognitivos. Sin embargo, para entender cómo se producen estos procesos en la vida diaria, es importante examinar las influencias cotidianas y ecológicamente válidas y analizar su impacto en los procesos cognitivos básicos y fundamentales. Ese el objetivo que se ha tratado de abordar en el presente trabajo.

En futuras investigaciones se podría tomar en cuenta de que manera la ropa informal afecta a una diversidad de decisiones influyendo en el estilo de procesamiento. El estilo de procesamiento influye en la atención hacia la elección de atributos, en la búsqueda de información, en la elección intertemporal, en las estimaciones de probabilidad, y en otro gran número de procesos de decisión.

El estilo de procesamiento influye asimismo en la preocupación de los empleados sobre el trato recibido en el trabajo; en los ahorros monetarios estimados; y en la forma en que las personas abordan las decisiones, de manera pragmática o idealista; todas ellas decisiones de la vida real que seguramente se podrían tomar llevando ya sea ropa formal o informal. La formalidad de la vestimenta no sólo puede afectar a la manera en que otros perciben a una persona y en cómo las personas se perciben a sí mismas, sino que también puede influir de forma importante en la toma de decisiones debido a su efecto sobre el estilo de procesamiento.

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Fundación Universitaria Behavior & Law – Club del Lenguaje no Verbal

Traducción y edición: Leticia Moreno

Ergonomía de la Deshonestidad. Club Lenguaje No Verbal.
Ergonomía de la Deshonestidad. Club Lenguaje No Verbal.

Estimados suscriptores y seguidores del Club del Lenguaje no Verbal, esta semana les presentamos un resumen del artículo “La ergonomía de la Deshonestidad: El Efecto de la postura inconsciente en el robo, el engaño, y el incumplimiento de las normas de tráfico”, de los autores Andy J. Yap del Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE.UU.), Abbie S. Wazlawek de la Universidad de Columbia (EE.UU.), Brian J. Lucas de la Universidad Northwestern (EE.UU), Amy J.C. Cuddy de la Universidad Harvard (EE.UU) y Dana R. Carney de la Universidad de California (EE.UU.), que trata acerca del efecto que tiene el diseño ergonómico de los entornos físicos que nos rodean en los pensamientos, sentimientos y actos.

La ergonomía y la geografía física de nuestros entornos habituales son poderosos: determinan nuestras redes sociales y relaciones, el funcionamiento personal e interpersonal, nuestra productividad laboral y nuestro bienestar subjetivo. La investigación citada en este artículo analiza el impacto de nuestro entorno en una importante conducta social: la deshonestidad. A pesar de que podamos prestar muy poca atención a los cambios ordinarios y aparentemente inocuos en nuestra postura corporal, estos sutiles cambios posturales pueden tener un tremendo impacto en nuestros pensamientos, sentimientos, y comportamientos. El hecho de que las posturas corporales expansivas conducen a un estado psicológico de poder es el hallazgo más importante de la actual investigación. Tanto los seres humanos como los animales, demuestran el poder y la dominación a través de posturas expansivas y abiertas (que implican extenderse y ocupar más espacio), mientras que la impotencia y la subordinación son expresadas a través de posturas relativamente más contraídas y cerradas. Estos estudios demostraron que cuando hombres y mujeres adoptan posturas expansivas (frente a contraídas), se sentían más poderosos, manifestando comportamientos más arriesgados, y parecían evidenciar una respuesta fisiológica contra el dolor y el estrés.

Se ha probado la hipótesis de que las posturas expansivas provocan comportamientos deshonestos en cuatro estudios de campo y de laboratorio realizados. El primer estudio fue un experimento de campo en el que se examinó si las posturas expansivas (en comparación con posturas contraídas) empleadas en la investigación anterior conducirían a robar en un paradigma de “exceso de pago”. En el segundo experimento se manipuló la amplitud de los espacios de trabajo en una prueba de laboratorio y se examinó si los cuerpos expandidos inconscientemente (orgánicamente moldeados por el entorno) potenciaban la falta de honradez. En el tercer experimento se analizó si los participantes que se sentaban en un asiento de conductor más amplio eran más propensos a darse a la fuga tras un accidente cuando se les incitaba a ir a más velocidad en un videojuego simulador de conducción; también se puso a prueba el papel mediador de la sensación de poder en estos efectos. Por último, para generalizar los resultados a un contexto real, se realizó un estudio de campo observacional para probar la validez ecológica del efecto examinando si el tamaño del asiento del conductor de un automóvil puede prever el incumplimiento de las normas de aparcamiento en la ciudad de Nueva York.

Los resultados de estos cuatro estudios proporcionan en su conjunto evidencias multimétodo tanto de laboratorio como de campo sobre si las posturas expansivas inconscientemente moldeadas por el entorno físico pueden implicar falta de honradez. Los Estudios 1 a 3 proporcionan pruebas consistentes de la relación causal entre la expansividad postural y el comportamiento deshonesto. La actual investigación plantea que los catalizadores para la deshonestidad podrían estar ocultos en los entornos habituales y cotidianos de las personas, tales como los automóviles, los lugares de trabajo y las oficinas. Nuestros cuerpos están constantemente sometidos a la estructura de los espacios físicos, y los hallazgos revelados aquí sugieren que cuando las posturas corporales se ven inconscientemente expandidas por estos espacios, podríamos estar tentados a comportarnos con deshonestidad. Dicho esto, las posturas expansivas inducidas de manera inconsciente podrían asimismo producir efectos beneficiosos, como la capacidad de resistencia al dolor y al estrés, y el fortalecimiento del funcionamiento ejecutivo, tal como ha demostrado la investigación sobre el poder social. El argumento teórico referido es que el poder induce cambios fisiológicos que hacen que las personas estén más dispuestas y sean más capaces de involucrarse en cualquier acto, ya sea honesto o deshonesto. De acuerdo con esta idea, el poder parece promover comportamientos éticos y socialmente responsables bajo ciertas condiciones.

La investigación reciente ha descubierto igualmente que el poder aumenta la conciencia moral en los individuos con una fuerte identidad moral, pero por otro lado disminuye la conciencia moral en los que tienen una identidad moral débil. Parece que aunque el poder y la postura expansiva pueden dar lugar a comportamientos egoístas y deshonestos, también conllevan consecuencias pro sociales y socialmente responsables si las señales situacionales para tales fines son significativas. Un propósito preceptivo que podría derivarse de este trabajo es que es posible que tengamos que considerar la ciencia de la ética de manera más holística, teniendo en cuenta no sólo el efecto tóxico que a veces tiene el propio poder, sino también el nefasto impacto que entraña el incentivar las cosas equivocadas. Por último, las distintas formas en que las oficinas y los muebles están diseñados necesitan análisis y consideración. En futuras investigaciones podría examinarse de qué manera se podría sacar provecho de las características más sencillas de nuestros entornos físicos, con el fin de promover lugares de trabajo éticos, pro sociales y saludables.

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Fundación Universitaria Behavior & Law – Club del Lenguaje no Verbal

Traducción y edición: Leticia Moreno

Don't Worry, Be Sad! Club Lenguaje No Verbal.
Don’t Worry, Be Sad! Club Lenguaje No Verbal.

Estimados suscriptores y seguidores del Club del Lenguaje no Verbal, en esta ocasión les ofrecemos un resumen del artículo “Don’t Worry, be sad! Beneficios Cognitivos, Motivacionales e Interpersonales del estado de ánimo negativo”, del autor Joseph P. Forgas de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia), acerca de los beneficios que conlleva el estado de ánimo negativo.

El ser humano tiene un carácter cambiante y este variable estado de ánimo sirve para informar de las estrategias cognitivas y motivacionales. Actualmente, las funciones adaptativas del estado de ánimo negativo están levantando cada vez más el interés en el campo de la psicología. Se pueden definir los estado de ánimo como de baja intensidad, difusos y estados afectivos relativamente duraderos sin una causa relevante y, por tanto, poco contenido cognitivo consciente. Las teorías actuales identifican dos tipos de influencias afectivas: (a) efectos informativos (como la congruencia de la emoción), cuando un estado emocional influye en el valor de las reacciones, y (b) efectos de procesamiento, cuando la emoción influye en la forma en que la información es procesada.

La emoción está totalmente vinculada a una red asociativa de representaciones de la memoria y los estados emocionales pueden asociar constructos que más bien suelen ser usados en subsiguientes tareas cognitivas constructivas. La emoción puede asimismo influir en las estrategias de procesamiento. Las primeras evidencias revelan que el estado de ánimo positivo conduce a un menor esfuerzo de procesamiento. Teorías más recientes muestran sin embargo, que el estado de ánimo más que influir únicamente en el esfuerzo de procesamiento tiene una función adaptativa al emplear estilos de procesamiento cualitativamente diferentes.

La evidencia de los beneficios del estado de ánimo negativo se resume en cuatro partes: (a) beneficios para la memoria, (b) beneficios a la hora de emitir juicios, (c) beneficios motivacionales, y (d) beneficios interpersonales. En los experimentos que se llevaron a cabo, a los participantes primero se les indujo un estado de ánimo positivo o negativo y se midieron los efectos del estado de ánimo en las posteriores tareas congnitivas y conductuales. En cuanto a la memoria, es probablemente, la habilidad cognitiva más fundamental.

El estado de ánimo negativo, empleando un procesamiento más adaptable y externamente centrado, debería mejorar la atención y la codificación. Por otra parte, los juicios sociales están sujetos a una variedad de sesgos constructivos ya que se crea una “Gestalt” con un significado de la información que se recibe. Un procesamiento más atento en un estado de ánimo negativo debería asimismo reducir la probabilidad de que una persona se vea influida por un sesgo de inferencia, como el error fundamental de atribución (la tendencia a inferir una intencionalidad sin tener en cuenta los factores situacionales).

Varios experimentos han demostrado igualmente que los estados de ánimo negativo influyen en la reducción de la credulidad y el aumento del escepticismo en lo relacionado con mitos urbanos y rumores. La subjetiva facilidad del procesamiento, o fluidez, es una de las señales implícitas más influyentes que se utilizan a la hora de juzgar la verdad. Puesto que una emoción negativa mejora la atención hacia los detalles estimulantes, también puede mejorar la capacidad para detectar el engaño. El estado de ánimo negativo también puede inhibir el uso implícito de los estereotipos. Otros estudios han demostrado asimismo que mientras que la emoción positiva aumenta los estereotipos a la hora de emitir juicios, “los estados de ánimo negativos (en concreto, la tristeza) se asocian con una disminución o eliminación de prejuicios”.

La emoción negativa puede igualmente reducir la tendencia a crear desventajas artificiales cuando el éxito es incierto en una tarea, y la emoción positiva incrementarla. La emoción negativa puede asimismo producir una variedad de beneficios interpersonales, ya que conduce a interpretaciones más prudentes y consideradas, lo que conlleva estrategias interpersonales más educadas y atentas. Resulta que el estado de ánimo negativo proporciona expectativas más prudentes y cautelosas y conduce a peticiones más educadas y elaboradas, mientras que el estado de ánimo positivo produce acercamientos menos educados y más asertivos. El modelo de asimilación/adaptación implica que el estado de ánimo positivo puede incrementar el egocentrismo y el egoísmo, y el estado de ánimo negativo puede mejorar la atención en las normas de ecuanimidad. Una mayor atención hacia la información externa puede mejorar también la eficacia interpersonal, como la calidad de los mensajes persuasivos.

Estos estudios demuestran los beneficiosos efectos de las emociones negativas para la cognición, la emisión de juicios, la motivación y el comportamiento social. Los resultados son consistentes con las teorías evolutivas que sugieren que todos los estados emocionales, incluyendo los desagradables, funcionan como “módulos mentales” que producen ventajas adaptativas en algunas circunstancias. Cuando las personas se encuentran en un estado de ánimo negativo pueden ser menos propensas a errores de juicio, más resistentes a distorsiones de testigos presenciales, más motivadas, más sensibles a normas sociales, y mejores elaborando mensajes persuasivos eficaces y de gran calidad. Por supuesto, las emociones negativas no siempre son deseables. Los efectos beneficiosos de la disforia son más evidentes cuando las emociones negativas conllevan una mayor atención a las demandas situacionales o aumenta la motivación.

La evidencia indica que en muchas situaciones, las emociones negativas pueden incrementar la capacidad de las personas para controlar y adaptarse a los requerimientos de una situación, y las emociones positivas pueden reducirla. Así pues, estos resultados plantean que la búsqueda incesante de la felicidad a menudo puede ser contraproducente, y desde hace tiempo debería haberse hecho una valoración más equilibrada de los costes y beneficios de las emociones positivas y negativas tanto en la práctica profesional como en la cultura popular.

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Fundación Universitaria Behavior & Law – Club del Lenguaje no Verbal

Traducción y edición: Leticia Moreno

 

Linkedin y currículos inventados. Club Lenguaje No Verbal.
Linkedin y currículos inventados. Club Lenguaje No Verbal.

Estimados suscriptores y seguidores del Club del Lenguaje no Verbal, esta vez les sugerimos un resumen del artículo “El efecto de Linkedin en Currículos engañosos”, de los autores Jamie Guillory y Jeffrey T. Hancock de la Universidad de Cornell (EE.UU.), que trata sobre el engaño en los currículos a través de Linkedin.

En el marco del engaño en la autopresentación, las mentiras para realzar son parte de un esfuerzo por gestionar la forma en que nos comunicamos con el mundo. Una consultora de RR.HH. reveló que el 43% de los currículos contienen imprecisiones significativas. Ser cogido en una mentira para ponerse en valor daña la reputación y conlleva un castigo social o material. En la era de los perfiles online, se han planteado nuevamente los factores que alientan o desalientan el engaño. Estos perfiles se han convertido en algo sorprendentemente común con las redes sociales. En ellas pueden encontrarse webs de orientación profesional, como Linkedin, donde la gente sube sus currículos online y establecen contactos con colegas y amigos.

Aunque el entorno online puede facilitar el engaño, ciertos factores deberían limitar el engaño y fomentar la honestidad. Los perfiles de redes sociales hacen que las autopresentaciones estén públicamente disponibles y conectan individuos al perfil (colegas y supervisores) que pueden comprobar si es falso o no. Los investigadores, han demostrado la importancia de las relaciones sociales en el fomento de la honestidad entre los individuos. ¿Cómo afecta Linkedin a la tensión entre la motivación para el engaño en la autopresentación y la motivación para ser honesto, dado que el hecho de ser descubierto daña la reputación? El presente estudio examina cómo los currículos en Linkedin afectan a la frecuencia y al tipo de engaño que se produce.

La investigación sugiere que el engaño basado en la identidad ocurre en mayor medida en la comunicación mediada por ordenador que en la comunicación cara a cara. La razón principal de que el engaño digital sea más frecuente en la comunicación online se debe a que “la interacción basada en textos o las representaciones virtuales” no están físicamente conectadas a un individuo. Los objetivos de la autopresentación, sin embargo, son un común e importante motivador para el engaño sin importar el medio. La investigación demuestra que el querer parecer competente motiva el engaño. Cuando se trata de parecer competente, la motivación para mentir surge de la necesidad de impresionar a un público, como un posible empleador.

Los perfiles de las redes sociales están diseñados para transmitir impresiones a una audiencia. Los fines de la autopresentación deberían conducir al engaño en perfiles de redes sociales, sobre todo en el caso de perfiles de Linkedin, que están diseñados para transmitir la competencia profesional. Cuando una persona crea un perfil de Linkedin, la web proporciona una configuración predeterminada para hacer público el perfil, generando un posible público al que el interlocutor deberá dar explicaciones por sus mentiras. La configuración pública debería aumentar la posibilidad de que un empleador descubra el engaño. En cambio, los currículos tradicionales, son confidenciales y no son ampliamente compartidos fuera de las entidades. Las muestras de información socialmente conectadas en éstos sitios deberían limitar el engaño, ya que ser detectado tiene graves consecuencias.

Entonces, ¿Cómo afecta exactamente Linkedin al engaño? Existe una percepción generalizada de que el engaño está muy extendido en el entorno online. La investigación reciente, sin embargo, ha mostrado que la esencia del engaño (más que las señales no verbales) mejora la precisión en la detección del engaño. Así pues, el miedo a ser cogido en una mentira debería ser mayor al elaborar un currículo público. La primera hipótesis que se plantea es la siguiente: El engaño ocurrirá con menor frecuencia en perfiles públicos que en perfiles privados o currículos tradicionales. No obstante, no todas las mentiras son iguales. Una reacción más sutil ante la presión de crear un currículo público en Linkedin podría afectar asimismo al tipo de mentiras que se cuentan para llevar a cabo los objetivos de la autopresentación.

Por lo tanto, se debe realizar el engaño estratégicamente, mintiendo sobre distintos tipos de información en función de la publicidad de las afirmaciones. Concretamente, al crear un currículo público se debería mentir menos sobre los empleos anteriores, ya que esta información puede comprobarse fácilmente. La segunda hipótesis que se plantea es: Los perfiles públicos contendrán menor engaño acerca de información verificable, pero mayor engaño sobre información no comprobable que los currículos tradicionales o los perfiles privados. En este caso, los participantes del estudio fueron asignados aleatoriamente a una de las tres condiciones de elaboración de currículos: tradicional en Word, u online en un perfil de Linkedin que podía ser privado o público.

El carácter público de Linkedin determina el engaño en los currículos de los participantes. Aunque la tasa de engaño no difirió entre los dos tipos de currículos, los participantes mentían de forma diferente dependiendo de si su autopresentación era un currículo tradicional o de Linkedin. Los participantes que crearon perfiles públicos de Linkedin mintieron menos acerca de la información verificable e incrementaron su atracción con consecuencias mínimas por mentir más acerca de la información no comprobable. Los participantes que elaboraron currículos tradicionales mintieron más sobre la información comprobable fundamental para el trabajo, probablemente porque existe menos riesgo de ser descubierto. Los que elaboraron un currículo tradicional cumplieron los objetivos de la autopresentación engañando acerca de la información verificable, y mintieron menos acerca de la información no comprobable. Por lo tanto, estos hallazgos son consistentes con las hipótesis, y tienen importantes implicaciones teóricas y prácticas.

En primer lugar, estos datos son consistentes con la idea de que las motivaciones de la autopresentación conducen al engaño. En segundo lugar, los hallazgos indican que la aceptación de que en Internet existe mucho engaño no es necesariamente correcta. Los datos sobre los currículos de Linkedin reflejan tasas inferiores de engaño en comparación con anteriores trabajos en este campo. Además, los datos son una muestra del reciente debate sobre el predominio del engaño en la comunicación diaria, con algunas investigaciones que sugieren que la mayoría de las personas miente un poco cada día y otras que sugieren que sólo unas pocas personas mienten mucho.

En el actual estudio, más del 90 % de los participantes mintió al menos una vez en su currículo. La investigación revela que la publicidad de la información afecta a la honestidad de una manera más compleja de lo que se suponía anteriormente. Los participantes valoraron la publicidad estratégicamente, adaptando sus mentiras en base a si otras personas podían comprobar online que la información era engañosa, lo que indica que la publicidad de la información no garantiza la honestidad. En consecuencia, el carácter público de las autopresentaciones online determina cómo usamos el engaño para lograr nuestros objetivos.

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Fundación Universitaria Behavior & Law – Club del Lenguaje no Verbal

Traducción y edición: Leticia Moreno

El uso de emoticonos en los SMS. Club Lenguaje No Verbal.
El uso de emoticonos en los SMS. Club Lenguaje No Verbal.

Estimados suscriptores y seguidores del Club del Lenguaje no Verbal, esta semana les presentamos un resumen del artículo “Estudio longitudinal del uso de emoticonos en los mensajes de texto con teléfonos inteligentes” de los autores Chad C. Tossel, Philip Kortum, Clayton Shepard, Ahmad Rahmati y Lin Zhong de la Universidad de Rice (EE.UU.) y Laura H. Barg-Walkow del Instituto Tecnológico de Georgia (EE.UU.), que trata sobre la comunicación a través de los emoticonos.

Los mensajes de texto (SMS) se han convertido en un importante modo de comunicación en todo el mundo y se está incrementando rápidamente. El interés de este estudio es el uso de emoticonos a través de los SMS. Se ha observado que estas señales visuales son la principal forma de expresar emociones en la comunicación mediada por ordenador (CMO) y una manera de reemplazar la comunicación no verbal cuando no se produce cara a cara. Se trata de un análisis de los emoticonos que contienen los mensajes de texto obtenidos de smartphones de usuarios a lo largo de 6 meses. Estos datos fueron analizados para describir la frecuencia y la variedad del uso de emoticonos a través de SMS. Asimismo se pretende evaluar las diferencias de género.

Muchos investigadores han señalado la importancia de las señales no verbales para entender el significado y la naturaleza del mensaje cara a cara. Sin embargo, las teorías de la comunicación afirman que a la CMO le falta información contextual y que es un medio perjudicial para la comprensión del contenido y naturaleza de los mensajes. Un trabajo más reciente ha demostrado que los emoticonos pueden proporcionar esta información y mejorar la CMO. Varios investigadores han planteado que estas señales mejoran la comunicación escrita al igual que el lenguaje visual o corporal apoya la comunicación verbal. La inclusión de emoticonos ayuda a los lectores a comprender mejor el nivel y sentido del contexto emocional que rodea al mensaje transmitido por Internet. Los emoticonos se utilizan con más frecuencia en comunicaciones simultáneas. En la mensajería instantánea, los emoticonos positivos se utilizan con más frecuencia que los emoticonos negativos y el uso de emoticonos refuerza el valor del mensaje. Los emoticonos se emplean principalmente para expresar emociones, reforzar los mensajes, y para mostrar humor o sarcasmo.

Debido a la brevedad de las comunicaciones vía SMS y el hecho de que se utilizan tanto de forma simultánea como diferida, es posible que los emoticonos tengan diferentes patrones de uso o más importancia. Por otro lado, dado que las mujeres recurren más a la comunicación no verbal en las interacciones cara a cara, los investigadores han querido averiguar si esto también sucede en la CMO. Curiosamente, los estudios centrados en las diferencias de género han alcanzado resultados heterogéneos. Los hombres suelen emplear emoticonos para el humor y para mostrar emociones mientras que las mujeres los usan generalmente para expresar sarcasmo. Se ha encontrado un patrón de uso de género similar en la mensajería instantánea. El uso de emoticonos en diferentes tipos de tareas no ha logrado demostrar diferencias de género. Es evidente que, en los diferentes estilos de comunicación mediada, no existen diferencias de género invariables.

Los emoticonos se usan de manera diferente dependiendo de la tarea, el contexto y el medio. La frecuencia con la que realmente se usan en SMS así como las diferencias de género en los patrones de uso son cuestiones empíricas que se abordan en la presente investigación. Dada la importancia que tienen los emoticonos al aportar un contexto socioemocional, se prevé que un gran porcentaje de mensajes contendrá al menos un emoticono. La investigación sobre las diferencias de género en el uso de emoticonos es diversa. Dado que los mensajes de texto son en su mayoría comunicaciones privadas con amigos, se prevé que los resultados se asemejan más a las investigaciones sobre comunicación cara a cara, siendo las mujeres las que envían más emoticonos en su mensajes de texto en comparación con los hombres. Se prevé asimismo que las mujeres usen una variedad más amplia de emoticonos que los hombres.

El tipo de comunicación que se realiza a través de los SMS no parece requerir tanto contexto socio emocional como otros medios de comunicación mediados, tal vez debido a su simplicidad y fiabilidad. La mensajería de texto permite comunicaciones más breves y elimina algunas de las presiones inherentes a otros tipos de comunicación. Este estudio muestra que esto implica una falta de señales socioemocionales en la utilización de emoticonos. Las diferencias en el uso de emoticonos no reflejan el número o la estrechez de los lazos sociales.

Sin embargo, existen diferencias de género en el uso de emoticonos a través de este tipo de CMO. Los resultados muestran que los mensajes de texto parecen seguir patrones similares a los de la comunicación cara a cara. Es decir, las mujeres son emocionalmente más expresivas y emplean más señales no verbales en los SMS que los hombres. Se ha descubierto que consistentemente las mujeres envían más mensajes con emoticonos que los hombres. Es probable que esta diferencia se deba a que las mujeres utilizan emoticonos por razones más variadas que los hombres. Sorprendentemente, los hombres utilizan un repertorio más amplio de emoticonos en sus mensajes.

Así pues, parece que los usan para expresar una gama más amplia de emociones a través de SMS. Las mujeres utilizan normalmente un conjunto más reducido de emoticonos. Los datos no sirven para conocer la intencionalidad detrás de los mensajes o los significados de la interpretación; sin embargo, esto podría ser interesante para futuras investigaciones. La mayoría de los estudios anteriores se han centrado en comunicaciones públicas. Los mensajes SMS son de naturaleza extremadamente privada. En general, en estos mensajes privados se ha observado una falta de uso emoticonos, con sólo un 4% de ellos que contienen al menos uno.

Aún así, se han podido observar diferencias de género a lo largo de los 6 meses, a pesar de la reducida muestra de la que se disponía. Por supuesto, este trabajo sólo ha dejado entrever una pequeña parte de la complicada naturaleza de las comunicaciones mediadas reales. Sería necesario por tanto una mayor investigación para entender la complejidad de la comunicación humana a través de la tecnología.

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Fundación Universitaria Behavior & Law – Club del Lenguaje no Verbal

Traducción y edición: Leticia Moreno

Las caras sonrientes no siempre dicen la verdad. Club del Lenguaje No Verbal.
Las caras sonrientes no siempre dicen la verdad. Club del Lenguaje No Verbal.

Estimados suscriptores y seguidores del Club del Lenguaje no Verbal, esta vez les presentamos un resumen del artículo “Las caras sonrientes, a veces no dicen la verdad: la expresión facial en el juego del ultimátum afecta a la toma de decisiones y a los potenciales relacionados con eventos” de los autores Patrick Mussel y Johannes Hewig de la Universidad Julius Maximilians (Alemania), John J. B. Allen de la Universidad de Arizona (EE.UU.), Michael G. H. Coles de la Universidad de Illinois (EE.UU.) y Wolfgang Miltner de la Universidad Friedrich-Schiller (Alemania), acerca de las expresiones faciales y la toma de decisiones en los negocios.

En las interacciones sociales, las expresiones faciales contienen información valiosa que puede influir directamente en la interacción. Sonreír es una expresión frecuentemente observada en la interacción humana de la cual se deducen las creencias y acciones posteriores. Como comportamiento social desempeña un papel crucial en la toma de decisiones, se cree que las expresiones faciales tienen asimismo una influencia directa en la toma de decisiones, como por ejemplo en las negociaciones económicas.

Un paradigma común para la investigación de la negociación económica es el juego del ultimátum. En él un “proponente» divide cierta cantidad de dinero en dos partes, una para sí mismo, la otra para un “respondedor”. El “respondedor” puede aceptar o rechazar la oferta. Si la oferta es aceptada, ambos jugadores reciben la cantidad de dinero propuesta por el “proponente”. Sin embargo, si la rechaza, ninguno recibe nada. La Teoría de la elección racional explica la conducta humana suponiendo que las decisiones se toman en base a motivos racionales. Esta teoría predice que los receptores deberían aceptar cualquier propuesta, ya que algo de dinero es mejor que nada, y el “proponente”, sabiendo esto, debería ofrecer lo menos posible.

Sin embargo, los datos empíricos muestran que los individuos difieren en gran medida de las predicciones de la Teoría de la elección racional, al rechazar normalmente las ofertas injustas. Por lo tanto, la limitación que presenta esta Teoría es que no tiene en cuenta el papel de las emociones en la toma de decisiones. En una interacción social, cabe esperar que el estado emocional provocado por las expresiones faciales afectará a la posterior toma de decisiones. Sin embargo, poco se sabe sobre el efecto de las expresiones faciales en la conducta de negociación económica, como en el juego del ultimátum. Se ha descubierto que la sonrisa reduce la ira percibida en manifestaciones verbales negativas, puede ser que de manera similar se reduzcan las emociones negativas provocadas por las ofertas injustas en el juego del ultimátum. Por lo tanto, se ha examinado la hipótesis de que la expresión facial del “proponente” podría influir en la toma de decisiones en el juego del ultimátum. Además, se ha investigado si la expresión facial podría asimismo afectar al procesamiento neuronal de las ofertas realizadas por el “proponente”.

A pesar de haberse demostrado que las expresiones faciales influyen en el error asociado con la negatividad, investigaciones previas no han analizado la negatividad relacionada con el feedback (NRF) en el juego del ultimátum. Sin embargo, del mismo modo que una expresión sonriente podría reducir la percepción de la ira provocada por las ofertas injustas, también podría influir en la negatividad relacionada con el feedback (NRF). Por lo tanto, se prevé que la NRF de las ofertas injustas de “proponentes” sonrientes se vea reducida en comparación con las ofertas injustas de “proponentes” que no sonríen.

En este estudio se ha descubierto que los aspectos de la interacción social pueden influir en la toma de decisiones en el juego del ultimátum. Mientras que la Teoría de la elección racional prevé que todas las ofertas deberían ser aceptadas para maximizar el beneficio personal, los individuos normalmente difieren de esta predicción; aún más importante, se ha descubierto que la expresión facial y el sexo del “proponente” influyen en la toma de decisiones económicas, con mayores índices de rechazo de caras no sonrientes, en comparación con caras sonrientes, y de hombres, en comparación con “proponentes” mujeres en ofertas moderadamente injustas. Respecto al sexo, se puede especular que los “proponentes” mujeres pueden atenuar la ira provocada por las ofertas injustas, sobre todo en comparación con los “proponentes” masculinos que no sonríen. Esta suposición se corresponde con los estereotipos de género acerca de que los niños y los hombres son más agresivos que las niñas y las mujeres.

En resumen, los resultados avalan que, bajo ciertas circunstancias, la toma de decisiones no se basa únicamente en el beneficio económico; sino que más bien, otros factores, como la expresión emocional del “proponente”, pueden anular la maximización de ganancia y conllevar el rechazo de la remuneración. De acuerdo con investigaciones recientes, se ha observado una alteración de las respuestas neuronales en el juego del ultimátum originada por el valor de las ofertas. En general, las ofertas más pequeñas provocan una NRF más fuerte, un componente que se ha interpretado como un indicador de castigo, o de eventos “peores de lo esperado”.

Por otra parte, una oferta injusta de “proponentes” que no sonríen podría interpretarse como doblemente desfavorable, y en cambio, así como los eventos que son claramente “peores de lo esperado”, las ofertas injustas de los “proponentes” sonrientes, aunque no sean positivas, no son percibidas de manera tan negativa como las propuestas que se hacen sin sonreír. Por consiguiente, los resultados demuestran que las correlaciones neuronales de evaluación de las ofertas están influidas por la expresión facial del “proponente”. Es importante tener en cuenta que el efecto de la NRF no explica por completo la influencia del sexo y de la expresión facial en la toma de decisiones. Si bien se ha descubierto que la expresión facial modula tanto la toma de decisiones en el juego del ultimátum como el procesamiento neuronal de la oferta, no explica por completo el efecto del comportamiento.

Por lo tanto, se concluye que un proceso neuronal otro que el procesamiento de la oferta, contribuye a la influencia del sexo y de la expresión facial en la toma de decisiones. El efecto que tienen las caras sonrientes sobre la intensidad de la NRF es que, en comparación con las caras no sonrientes, dan lugar a una NRF menor y a un aumento de los índices de aceptación. Una cara sonriente no siempre dice la verdad y a veces viene seguida de un comportamiento negativo, como una oferta injusta.

Sin embargo, en base a los resultados de este estudio, la expresión facial sonriente puede reducir las respuestas neuronales y conductuales ante ese comportamiento negativo. Así pues, las expresiones faciales son un aspecto importante de la interacción social que afecta a la toma de decisiones en las negociaciones económicas. Los hallazgos ponen de relieve que el valor de una oferta económica depende del contexto en el que se propone. Por lo tanto, la explicación de la toma de decisiones en contextos económicos, y muy probablemente en otros contextos, debe tener en cuenta factores sociales como la actitud y el sexo de los individuos que participan en la interacción como principal influencia en el complejo cálculo neuropsicosocial que suscitan las decisiones y el comportamiento.

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