Amigos del Behavioral Economics Club, esta semana presentamos el artículo “Cognitive Biases, Risk Perception, and Risky Driving Behaviour”, de Mairean, C.; Havârneanu, G. M.; Baric, D. y Havârneanu, C. (2022), en el que los autores realizan un estudio para saber si se relacionan un par de sesgos cognitivos con los comportamientos de riesgo cuando conducimos, y si es así, cómo lo hacen. 

Los comportamientos de riesgo al volante representan una amenaza para el conductor pero también para el resto de usuarios de la carretera. Estos comportamientos son, por ejemplo: el exceso de velocidad, no respetar los semáforos en rojo ni las distancias de seguridad, no usar los cinturones o conducir bajo los efectos de las drogas. 

Una cantidad importante de estudios sugiere que la mayoría de accidentes de tráfico están relacionados con deterioros cognitivos y disminución del rendimiento al conducir causado por el alcohol u otras drogas. De hecho, tanto el volumen de alcohol que tenga una bebida en particular, como el consumo excesivo de alcohol, están asociados con conductas peligrosas al volante. 

Los estudios muestran que el consumo de alcohol puede influir en la autopercepción del conductor, y sugieren que las personas pueden creer que son más aptos para conducir después de beber.

Pero ¿y cuando el conductor no ha bebido? Según otros estudios, un determinante importante del juicio o la conducción arriesgada está representado por sesgos cognitivos relacionados con la evaluación de las habilidades personales de conducción, el control personal y la vulnerabilidad percibida en el tráfico.

Dos tipos comunes de sesgos con el sesgo del optimismo y la ilusión de control. 

El sesgo del optimismo se usó para describir la tendencia de las personas a creerse menos vulnerables a los eventos negativos en comparación con sus pares. 

Aunque el sesgo del optimismo puede mejorar la autoestima y la motivación, una mayor sensación de invulnerabilidad puede tener consecuencias perjudiciales y llevar a las personas a adoptar conductas de riesgo o a no tomar las medidas de precaución adecuadas. 

La ilusión de control, por otro lado, representaría dos ideas: por un lado, la creencia de que uno puede controlar los resultados para obtener lo que desea a través de sus habilidades personales; por otro lado, que estas habilidades son suficientes para prevenir resultados negativos, cuando en realidad no es así. 

Al igual que el sesgo del optimismo, la ilusión de control se ha relacionado con comportamientos de riesgo, particularmente en el área de la salud y los juegos de azar. En la seguridad vial, se ha demostrado que tiene relación con la conducción de riesgo.

Se debe mencionar que diferentes modelos teóricos afirman que la decisión de llevar a cabo conductas de riesgo en la conducción se produce a través de la evaluación de riesgos y beneficios. 

El objetivo central del estudio fue investigar la relación del sesgo de optimismo y la ilusión de control con el comportamiento de conducción arriesgado en una muestra de conductores rumanos, ya que Rumanía es el contexto del estudio. 

En Rumanía, cada año, más de 9.000 personas resultan gravemente heridas después de accidentes de tráfico. Además, el contexto rumano es de particular importancia, dado que Rumanía es un país con antecedentes importantes de seguridad vial débil dentro de la Unión Europea. 

Participaron un total de 366 personas conductoras, aproximadamente la mitad eran hombres y la otra mitad, mujeres. Se midieron el sesgo del optimismo, la ilusión de control y la percepción de los riesgos, así como el comportamiento de conducción. 

Los resultados revelaron que el sesgo de optimismo tuvo una correlación negativa con los comportamientos de conducción arriesgados, mientras que la ilusión de control tuvo una correlación positiva.

Esto contradijo las expectativas iniciales de los autores. Parece ser que la creencia de los conductores de que son menos vulnerables a los eventos negativos del tráfico no les condiciona a la hora de adoptar comportamientos de conducción imprudentes. 

Tomando como referencia literatura previa, además de los resultados del presente estudio, parece ser que el sesgo del optimismo puede motivar a los conductores a asumir mayores riesgos porque se sentirían menos vulnerables; sin embargo, esto puede no cumplirse cuando los conductores perciben que las causas de un posible accidente están fuera de su capacidad de control y responsabilidad. 

Por otro lado, parece ser que una alta ilusión de control está relacionada con una alta tendencia a llevar a cabo conductas de riesgo cuando se conduce. La percepción del riesgo medió en la relación entre la ilusión de control y el comportamiento de riesgo. Es decir, cuando los participantes presentaron un alto nivel de ilusión de control, fueron más propensos a percibir bajo riesgo en diferentes situaciones de tráfico, lo que lleva a una mayor tendencia a tener conductas de riesgo. 

Los autores consideran que estos resultados informan a los profesionales que trabajan en la seguridad vial de que, para reducir riesgos cognitivos también debemos reducir la percepción del riesgo. Además, proporcionan información valiosa que los individuos pueden utilizar para prevenir conductas irresponsables en carretera. 

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